SEMANA: ¿Cómo les ha ido a los restaurantes con la participación de Colombia en la Copa América?
Guillermo Henrique Gómez París (G. G.): Hemos tenido mejores ventas. Un impacto moderado, a nivel nacional, que lo ponderamos en un 10 %. Es claro que a medida que la Selección Colombia ha ido avanzando en el torneo, la afluencia de público mejora, de tal suerte que tenemos una expectativa para el domingo muy positiva.
SEMANA: ¿Qué esperan el domingo, día de la final de la Copa América, en términos de ventas?
G. G.: Podríamos llegar hasta un 15 %, que es una buena noticia, tras 18 meses de contracción en las ventas. Y al punto del optimismo, algunos establecimientos que tradicionalmente no ofrecían experiencias para ver partidos, incluso, están dispuestos a habilitar sus sedes para que más público llegue a restaurantes a ver el partido y celebrar el triunfo de la Selección.
SEMANA: ¿Qué ha hecho el sector para acomodarse a esta coyuntura favorable en términos no solo del gasto, sino también del espíritu y del ánimo de la gente?
G. G.: Es motivante, porque estamos viviendo momentos en los que el consumo se ha contraído y esto ha desmotivado sustancialmente el ánimo del sector, pero al ser la selección de fútbol un representante de Colombia en el exterior y dar los resultados que está dando, sobre todo tras partidos donde se nota el esfuerzo, el compromiso, el talento.
Y los resultados, pues hace que se incentive bastante la disposición de los restaurantes en poder brindar las experiencias gastronómicas. Hay que entender que no todos los formatos de restaurante son amigables con este tipo de eventos, pero los que tienen esa facilidad están haciendo su mejor esfuerzo, decorando el lugar, armando combos especiales, ofertas en especial de bebidas alcohólicas y, obviamente, habilitando pantallas para poder transmitir los partidos.
SEMANA: ¿Cuál es la realidad del sector?
G. G.: Es muy fuerte, porque las ganancias de la industria gastronómica son marginales. Se complementan muy bien con el servicio a la mesa cuando los clientes tienen capacidad de pedir entradas, de pedir bebidas, de pedir postres, pero hoy lo que ha prevalecido es que siguen llegando los clientes a los restaurantes, pero están limitando el consumo al plato fuerte. Y esto golpea significativamente los ingresos de establecimientos gastronómicos que se han visto enfrentados de manera consecutiva a inflación en los precios de los insumos, de los alimentos, de los servicios públicos y de los arriendos. El último dato del Dane confirma que son estos los aspectos de la economía que más impactan la inflación y son los costos directos de un restaurante.
SEMANA: ¿Y eso qué tanto les está golpeando en términos de la facturación?
G. G.: Ha sido fuerte. El año 2023 lo cerramos con una caída del 27 % en las ventas y en lo que va ha corrido de 2024 estamos en -24 %.
SEMANA: ¿Qué están esperando para este segundo semestre y el cierre del año?
G. G.: Desafortunadamente no hay elementos que nos permitan ser optimistas en cuanto a que mejore la situación. Llevamos meses escuchando expertos que dicen que no nos preocupemos, que la inflación va a ceder, pero en el caso de la gastronomía no vemos que ceda. Los servicios públicos siguen aumentando sin compasión, especialmente la energía eléctrica. Hemos dicho que, en el caso específico de la Costa Atlántica, hoy es más caro el recibo de la energía que el pago por arriendo del local comercial. Los arrendamientos siguen subiendo y los alimentos no ceden en sus precios.
Entonces, ya nos cuesta un poco creerles a esos pronósticos, porque vienen vaticinándolo de meses atrás y no vemos que en la realidad se materialice así el acumulado de inflación de Colombia haya bajado. Pero lo que tiene que ver con los impactos de operación del sector gastronómico siguen altos los costos.
SEMANA: ¿Ustedes están participando de la estrategia de reactivación del Gobierno?
G. G.: Por supuesto. Acodrés hace parte de Aliadas, una alianza de gremios que estuvo presente en la primera reunión convocada por el director de Planeación Nacional. Vamos a participar en las mesas, fundamentalmente en las que tienen que ver con turismo y agricultura. Sin embargo, estamos haciendo una solicitud específica al señor ministro de Hacienda y es que, ya que se habla de llevar iniciativas de reactivación al Congreso de la República, entre ellas un proyecto de reforma tributaria, considere de manera especial reducir el impoconsumo, que es un impuesto que recaudamos los restaurantes formales para el Gobierno y que dada la caída en ventas y el aumento permanente de nuestros costos, está impactando de manera muy fuerte la caja de los negocios.
Nuestro mensaje al señor ministro de Hacienda es que ayude a sostener a sus recaudadores, porque si desaparecen los recaudadores, se afectan tanto los ingresos de la Nación como en la industria gastronómica. Y creemos que amortiguar el impoconsumo, bajándolo del 8 % al 4 % en un primer año e ir recuperando el porcentaje año a año, es una herramienta de competitividad tributaria que le daría la mano especialmente a los formales, porque también hay que reconocer que la industria gastronómica se destaca por una alta informalidad, que en la realidad se convierte en una competencia desleal, porque mientras el establecimiento formal debe pagar la seguridad social de los trabajadores, debe pagar los impuestos correspondientes a ocupar un local comercial, el informal no asume esto y sí le está ofreciendo al público platos con precios muy accesibles que hacen que la gente deje de asistir a establecimientos formales.