1 Confianza ante todoLa confianza es el principio rector del sistema bancario, sector donde Carlos Raúl Yepes trabajó por largos años. Pero no solo allí es importante este valor. Para el expresidente de Bancolombia, la confianza debe ser parte del comportamiento diario de los individuos donde sea que se desarrollen. Sostiene que esta es la base de todas las relaciones, pues no hay nada que produzca mayores resultados que la confianza en todos los niveles, personas, empresa o sociedad. Es cierto que hay fraudes y que las empresas deben protegerse, dice, pero el primer paso para que exista una relación entre un cliente y una empresa es justamente la confianza. “Si logramos que los clientes confíen en nosotros, podremos alcanzar mejores relaciones”, afirma. Por supuesto, considera que la confianza no viene sola, hay que ganársela.2 No es lo mismo tener utilidades que ganarMientras trabajaba en el sector más poderoso de la economía, Yepes propuso una reflexión poco usual: repensar el concepto de la rentabilidad. El mejor negocio es aquel donde gana el mayor número de personas posible, decía. No puede ser buen negocio aquel donde solo se beneficia una de las partes y pierda la sociedad, el medioambiente y la comunidad. Según el exbanquero, las empresas pueden ayudar a resolver los problemas de la sociedad, más allá de la filantropía y el asistencialismo, eso es ganar. Sostiene que la coherencia entre lo que se piensa, se dice y se hace es la mayor inversión que se debe hacer para perdurar en el tiempo. Más allá de la rentabilidad neta por la que se han medido tradicionalmente las empresas, especialmente las financieras, propone andar por otro camino que puede ser más rentable, actuando con ética, equidad y generosidad.3 por el respetoEl respeto es uno los valores esenciales de la sociedad, que, desafortunadamente, se ha ido perdiendo. El respeto por todos, es decir, por la sociedad, los clientes, los empleados, las autoridades. Según Yepes, cada actividad de la vida debe estar basada en el respeto para que esté bien cimentada, de lo contrario cualquier estructura puede fallar. Y como valor hay que ganárselo. Por ejemplo, en las empresas, más allá de la calidad de sus productos o el precio, los consumidores aprecian el comportamiento ético, la solidaridad, la conexión con la sociedad, el respeto por las personas y el medioambiente.Le puede interesar: ¿Cómo se distribuye el crédito en Colombia?4 Solidaridad y sentido humanoHoy la sociedad espera que las empresas sean solidarias, humanas, éticas y respetuosas del medioambiente. El que no entienda esto y que no esté permanentemente en su búsqueda tendrá su perdurabilidad y existencia en el mercado seriamente comprometida. Según Yepes, muchos líderes tienen una desbordada ambición personal que los lleva a actuar con codicia y egoísmo, y sus metas son conseguir resultados como sea y a costa de quien sea. Esa actitud, anota, se refleja en la cultura del atajo, del vivo y del avispado. Y la nueva regla de esa cultura es “con tal de que a mí o a mi empresa le vaya bien, qué me importan los demás”.5 Las palabras acertadasEl otro camino que propone Carlos Raúl Yepes es una comunicación más efectiva. No basta con el mensaje. Hay que asegurar que lo que se dice no caiga en oídos sordos, sino que se replique y se entienda. Por eso en su trabajo en el banco utilizó su propio diccionario con palabras como calidez, cercanía, respeto, inclusión, solidaridad, integridad, responsabilidad, confianza, coherencia y otras más. Afirma que en la construcción de una cultura el uso del lenguaje es muy importante, al igual que las buenas maneras, algo que se ha ido olvidando en las organizaciones.Le recomendamos leer: Cada vez menos colombianos tienen una visión positiva del emprendimiento6 Un propósito comúnNada inspira más que tener un propósito común, un norte que entusiasme y al que se le dedique esfuerzo, cuidado y pasión. Cuando se tiene un propósito común, lo primero que se debe hacer, dice, es propiciar una agenda para lograr una transformación cultural, la cual empieza por cada persona, para que todos sean capaces de transformar las organizaciones, la sociedad y los individuos.7 La ética en los negociosSin un trasfondo ético, dice Yepes, no puede haber transformaciones ni reflexiones ni progreso. La ética supera lo legal, es mucho más que cumplir los diez mandamientos y requiere de una acción concreta y diaria porque además es la base de la justicia social, de la inclusión y de las transformaciones. La ética en los negocios es la esencia de la estrategia, determina la cultura de una organización y, por lo tanto, la forma en que en ella se actúa y se decide. Y algo en lo que poco se reflexiona y es de vital importancia es la omisión. Una parte de las faltas éticas tiene que ver con esto, cuando se calla debiendo hablar o denunciar, cuando no se es capaz de alzar la voz. Para el exbanquero, ignorar situaciones y no actuar para remediar sus efectos nocivos es tan perjudicial como actuar y producirlos. Éticamente no solo hay la obligación de no producir un daño individual o social, sino también de evitarlo.8 Derechos colectivosUno de los grandes males de la sociedad de hoy es la pérdida del respeto por lo público. Ya la autoridad ha venido desvaneciendo su papel en la sociedad y frente a las comunidades porque se la considera corrupta, ineficiente e incompetente. “Dejamos de respetar a las autoridades–señala– porque empezamos a creer más en los derechos individuales que en los colectivos”. En las relaciones con el Estado muchos creen que solo tienen derechos y sobre todo a exigir. Afirma que se ha debilitado el sistema judicial, politizado las decisiones y llenado el sistema legal de normas que no protegen al ciudadano en su diario vivir y convivir. Por eso sostiene que hay que volver a las reglas básicas y mínimas en la relación entre Estado y ciudadanos para que exista un verdadero reconocimiento de cada uno, de sus obligaciones y sus deberes, para que el recíproco respeto sea la clave del entendimiento.También le sugerimos leer: "Es momento de hallar lo que nos une, no lo que nos separa"9 Ponerle alma al trabajo“Le estamos poniendo el alma”, fue una de las frases que acuñó Carlos Raúl Yepes en Bancolombia. Con esto quería desafiar un mercado que ha sido frío y muchas veces distante. Poner el alma a todo lo que se hace significa hacer un mayor esfuerzo y un compromiso adicional con la sociedad. Esto implica la capacidad de servir y hacer felices a las personas del entorno. Los bancos y las empresas, en general, deben servir a la sociedad, pero además hacerlo con calidez, con cercanía, con respeto y con inclusión. Hay que recuperar el sentido humano que se ha desdibujado en muchas compañías, y cambiar esa tendencia.10 Buenos seres humanosHumildad y sencillez son dos características difíciles de encontrar en estos tiempos. Sin embargo, son dos valores fundamentales en el cambio que propone Yepes. Hay muchos y muy buenos banqueros, empresarios y expertos en todo, dice, pero escasean personas y profesionales humildes. Que sean capaces de relacionarse con los demás, no desde la superioridad, sino desde la igualdad. No hay que tener solo buenos empleados en las organizaciones, sino buenas personas fuera de las oficinas. No se gana nada con solo tener empleados estrellas si incumplen las leyes o faltan a sus deberes de ciudadanos. La sociedad necesita funcionarios íntegros, tanto dentro como fuera de las empresas.