Las plantas térmicas del país, 72 en total, están botando humo, operando a máxima capacidad para generar, en promedio, el 30 por ciento de la energía que forma parte del sistema interconectado nacional (SIN). Son el respaldo de las hidroeléctricas, que, en condiciones normales, aportan más del 70 por ciento de la energía que consume el país. Ya lo habían hecho durante el fenómeno de El Niño, cuando salvaron la patria de un apagón, pese a que han sido satanizadas en medio de una política de transición energética acelerada como la que quiere el Gobierno del presidente Gustavo Petro.
En las térmicas el gas es protagonista y se trae de afuera, mientras que el servicio a hogares, industria y vehículos se presta con la producción nacional. Ahora el gas escasea, y como solo hay una terminal de importación y regasificación en el país, conocida como Spec, que entrará en mantenimiento durante cinco días a partir del 31 de octubre, fue necesario que el Ministerio de Minas estableciera un racionamiento programado de gas para no afectar las térmicas.
El asunto ha puesto a temer a los usuarios, quienes se preguntan qué sucederá con el servicio en esos días.
Tanto el ministro de minas, Andrés Camacho, como el presidente de la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), Orlando Velandia, venían sosteniendo que no había escasez de gas, sino acaparamiento, pero un informe de la ANH reveló que la producción del combustible entre enero y agosto se redujo en 7,7 por ciento. De ahí el aumento de la incertidumbre con los cinco días de mantenimiento de la terminal de importación, que durante la época crítica de la pandemia recibió 20 buques con gas, y desde el fenómeno de El Niño en septiembre de 2023 ya va en 65. Sobre el racionamiento programado y otros temas energéticos, habló José María Castro, gerente general de la Spec.
Entendiendo el papel de la regasificadora
SEMANA: ¿Cuál es la situación de la planta de regasificación y qué ocurrirá la semana entrante?
José María Castro: Spec es la única terminal de importación y regasificación de gas natural licuado que hay en Colombia. Llevamos operando casi ocho años, desde diciembre de 2016, conectando al país con los mercados internacionales de gas natural licuado. Somos un puerto, y como cualquier infraestructura en temas energéticos contamos con un barco flotante que almacena y regasifica gas natural licuado.
Desde que se creó la Spec se vio como un respaldo para la generación de energía (el gas importado es para encender las térmicas) en momentos de baja hidrología y de cualquier interrupción en el servicio.
Durante el fenómeno de El Niño de septiembre del año pasado pudimos respaldar casi el 70 por ciento de la generación térmica en Colombia, entregando casi entre 30 y 35 por ciento de la demanda de gas.
Spec, el ‘as’ en el Fenómeno del Niño, ¿y ahora?
SEMANA: La Spec navega en aguas tranquilas hasta que llega un fenómeno de El Niño. Ahora hay un posible déficit. ¿Qué diferencia habrá entre el efecto del mantenimiento habitual y el que viene?
J.C.: La Spec siempre ha sido respaldo para la generación eléctrica. En 2020, cuando estábamos en pleno covid, los embalses llegaron a niveles del 28 por ciento, y nosotros, en cuestión de tres meses, recibimos casi 20 buques de gas natural licuado. Para procesarlo se operó a máxima capacidad.
Desde que entramos en fenómeno de El Niño en septiembre del año pasado hasta la fecha, hemos recibido 65 buques metaneros en promedio, casi 1,5 buques por semana, para poder respaldar esa generación energética con gas natural. Ha aumentado muchísimo la necesidad de importar gas no solo porque la lluvia ha estado por debajo de lo normal, sino por la disminución de la oferta de gas local.
Ampliarán la planta que es ‘salvavidas’ energético
SEMANA: Se ha hablado de la necesidad de ampliar la capacidad de la planta. ¿Cómo será eso?
J.C.: Desde hace varios años venimos hablando de la necesidad de importar más gas para abastecer a todos los sectores. Hemos trabajado en planes de ampliación de nuestra capacidad de regasificación, que hoy es de 450 millones de pies cúbicos por día, lo que representa entre 45 y 50 por ciento de lo que podría necesitar Colombia en un día. El año entrante, en julio, aumentaremos nuestra capacidad de regasificación a 475 millones de pies por día y luego, en julio de 2027, subiríamos la capacidad a 533 millones de pies por día.
Bajo el esquema regulatorio que se definió para la planta de importación y regasificación, nosotros somos la infraestructura, el puerto que recibe los barcos, los descarga, almacena el gas natural en estado líquido a una temperatura de -163 grados centígrados. En la medida en que lo requiera el país, lo transformamos a través de un proceso que le llamamos gasificación, es decir, lo volvemos a estado gaseoso y lo entregamos al Sistema Nacional de Gasoductos para abastecer la demanda.
SEMANA: ¿Cuánta inversión se requiere para hacer esa ampliación?
J.C.: Las estimaciones van entre 80 y 90 millones de dólares.
Contratos de exploración e importación de Venezuela
SEMANA: En esa búsqueda de gas todas las alternativas cuentan. ¿Sería mejor levantar la restricción a la firma de nuevos contratos de exploración o habilitar el gasoducto para importar gas de Venezuela?
J.C.: Todas las opciones son válidas en la medida en que al final Colombia pueda garantizar un abastecimiento de gas y tenga seguridad energética. Una no debe excluir a la otra. Necesitamos señales de que eso se hará para el largo plazo, no solo para los próximos dos o tres años.
¿De dónde crisis del gas?
SEMANA: Con el gas hace tres años se estaba en los gozosos y hoy en los dolorosos. ¿Por qué se llegó a esta situación?
J.C.: Es cierto. Llevábamos casi 50 años disfrutando de ese servicio en condiciones uno A, mientras que se ven otros mercados en los que no hay gas natural disponible por tubería, lo que hace que uno valore lo que tenemos en Colombia desde hace medio siglo. Lo que ocurre ahora es algo que se ha venido anticipando desde hace varios años.
La Unidad de Planeación Minero Energética (Upme) lo venía mencionando. Tanto es así que ellos habían planteado una terminal de regasificación adicional en el Pacífico, cosa que no se dio, de pronto por las demoras y por las situaciones que se presentan alrededor de las licencias ambientales o las consultas previas.
Se estimaba que el déficit sería en 2027, pero se adelantó por varias razones: la declinación natural de los pozos fue mucho más rápida de lo esperado, por ejemplo. Lo cierto es que ya estamos en el momento en el que el gas natural importado tendrá que complementar más la oferta de gas colombiano.
5 días de racionamiento
SEMANA: ¿Quién va a sentir el racionamiento en esos cinco días?
J.C.: Gracias al papel del gas para la generación térmica, en esos días no va a haber racionamiento de energía eléctrica. Habrá gas natural para toda la demanda esencial, es decir, la de las casas, los comercios, y seguramente el Ministerio de Minas tomará algunas medidas en ciertos sectores que podrán disminuir su consumo de gas natural.
SEMANA: El Gobierno ha estado en negación frente a la crisis. ¿Cómo ve esa posición?
J.C.: Lo que Colombia necesita es seguridad en el abastecimiento de gas para todos los sectores. Eso se logra con la combinación de muchos factores. Como país, todos tenemos que velar para que podamos tener gas y energía en el largo plazo.
SEMANA: Si se llegara a disponer del gasoducto de Venezuela para traer gas, ¿cómo se insertaría con la Spec?
J.C.: El país cuenta con un sistema de gasoductos conectado casi con todos los principales centros de consumo. Entonces, ya sea que venga un gas por Venezuela, o que venga por la Spec, o venga por el offshore, o de otras terminales de regasificación, al final del día todo ese gas se transporta a partir de ese sistema de gasoductos y llegará siempre a donde lo requiere el consumidor.
¿Qué hay del precio del gas?
SEMANA: En materia de precio, ¿qué tanto le puede pegar al usuario final si se trae el gas importado?
J.C.: En términos de gas internacional, se pueden realizar dos tipos de contratación para la compra, los spot (son al instante y sin que medie plazo de entrega). Allí solo se requiere un compromiso con un barco que le venda, lo que hace que el precio dependa de la oferta y la demanda.
Pero también se puede contratar a largo plazo, a tres o cinco años. Eso tiene un dinamismo mucho más estable, menos volátil y se podría aprovechar la cercanía que tenemos con Estados Unidos, el mayor exportador de gas natural licuado, pues cuenta con unas fuentes gigantescas de oferta.
En estos momentos, ya los precios de gas que se tienen, a partir de los procesos de comercialización cerrados el año pasado, o los que se espera que se realicen en lo que resta del año, reflejan unos precios de mercados internacionales.
¿Regasificadora en el Pacífico?
SEMANA: ¿Sería necesaria otra terminal como la Spec?
J.C.: A partir de los planes de ampliación de capacidad que tenemos, podemos aumentar en alrededor de casi 100 millones de pies cúbicos día. Eso representa entre 12 y 15 por ciento de la demanda colombiana.
En la medida en que el país necesite mucho más, habrá seguramente otras alternativas. Aquí lo clave no es solo pensar en cuántas terminales de regasificación tendremos, sino que estén ubicadas estratégicamente, sobre todo para el almacenamiento. De nada sirve tener tres o cuatro regasificadoras si no están eficientemente ubicadas.
SEMANA: ¿El Pacífico sería una ubicación estratégica para otra regasificadora?
J.C.: La Upme, en su momento, mencionó la del Pacífico. Hay que evaluar las particularidades de la demanda y las capacidades y volúmenes que se requieren en los diferentes sectores del país. Eso hay que cruzarlo con la capacidad de transporte o de gasoductos que tenemos.
Apagar las térmicas, ¿será?
SEMANA: Después de esta radiografía, ¿qué piensa de lo que dijo el presidente Petro en algún momento acerca de apagar las térmicas?
J.C.: Hasta ahora hemos observado esa volatilidad en la generación de las hidroeléctricas por la alta dependencia que tienen del agua. Durante todos los años se ha visto la necesidad de que la generación térmica respalde la hidráulica. Son energías que se complementan.