Comerciantes informales, vendedores ambulantes. Se les llama de distinta manera, pero se trata de una gran masa de colombianos que viven en condiciones precarias, con los pocos pesos de ingresos que obtienen al día, pese a que permanecen durante largas jornadas en la calle, ofreciendo el producto que tienen a la venta. Esta gente no está incluida en la reforma laboral del gobierno que hace trámite en el Congreso de la República.
Más allá de las escenas que se tienen en la mente, acerca del comerciante informal que va de un lado a otro con su negocio, ahora hay estadísticas contundentes, que evidencian la cruda realidad que viven a diario.
El Politécnico Grancolombiano y la Corporación Fomentamos son los realizadores de un estudio que saca la foto de los comerciantes informales, no solo en materia económica, sino en sus condiciones sociodemográficas.
Dentro de los resultados de la investigación se destaca la amplia participación de la mujer en el comercio informal. Según respondieron en la encuesta aplicada para adelantar el estudio académico, el 81,1 % de los indagados se reconocieron como mujeres, un 18,2 % como hombres y el 0,7 % como integrante de la comunidad LGTBIQ+ (lesbianas, gay, travesti, bisexual intersexual y qeer).
El tener que acudir a la actividad del comercio informal como forma de ganarse la vida está ligado a múltiples condiciones sociales y personales que resultad complejas. Por ejemplo, la mitad de las personas que son vendedores ambulantes dicen estar solos, tanto porque son solteros, como por su condición de separado, divorciado o viudo. Entre tanto, el 73 % carga la responsabilidad como cabeza de una familia.
Según el informe del estudio, el 86 % de la población que vive de esta actividad tiene edades entre los 30 y los 70 años, ya que muchos acuden a esas labores, como la única alternativa de ganarse la vida cuando ya poco son apetecidos en el mercado laboral, tanto por muy viejos o por no tener preparación y experiencia en el mercado de trabajo. “El rango de edad que más concentra comerciantes informales está entre los 51 y 60 años (29 %), acercándose a la tercera edad. Y se suma otro 20 % que hace parte de la población considerada como tercera edad”, dice el estudio.
¿Cómo se vive con 10 mil diarios?
En Colombia, el Dane presentó recientemente el índice de pobreza monetaria, en el cual, hubo movilidad social, es decir, muchos de los que eran pobres subieron un peldaño y pasaron a ser vulnerables, o los vulnerables se volvieron de clase media. No obstante, entre los comerciantes informales la pobreza es el común denominador. Esta gran franja de la población colombiana recibe ingresos entre $10.001 y $30.000 diarios, pero, incluso, hay unos que reciben menos de $5.000 por día. “En el 58 % de los casos no reciben el salario mínimo”, concluye el estudio.
Otros hallazgos
Es importante aclarar que las conclusiones del estudio parten de una encuesta de 67 preguntas, que fue aplicada a 4.519 personas de 22 municipios en los departamentos de Antioquia, Boyacá, Cundinamarca y Valle del Cauca. He aquí otros resultados:
1. Con escasa educación. El nivel de formación, en un 75 % de la población encuestada, no llega a la educación superior. Solo 5 % cuenta con estudios profesionales y menos del 1 % tiene estudios posgraduales. Esto les dificulta aún más la tarea de encontrar una oportunidad laboral en el mercado formal, con mejor remuneración.
2. Mucha gente que alimentar. La mitad de los encuestados tienen entre 1 y dos personas a cargo. El 24 % no tiene a nadie por quien responder económicamente. Eso si, hay un 21 % que con ese ingreso precario tiene entre 3 y 7 personas bajo su sombrilla.
3. De seguridad social ni hablar. Si no se tiene ni el ingreso suficiente, mucho menos se contará con aseguramiento en salud y pensiones. “El 81 % de los encuestados no cotiza al sistema de seguridad social, y aunque la mayoría de personas deberían estar vinculados al régimen subsidiado a través del Sisbén, esta situación no siempre se logra; solo el 33 % son beneficiarios y el 46% se encuentran vinculados al régimen subsidiado a través del Sisbén”.
4. Vivienda en arriendo, lo que predomina. Un 46 % de los participantes en la investigación señala que vive en arriendo. El 32 % habita en casa propia y 21 % está compartiendo la vivienda con familiares.
Mucho por hacer requiere el país para modificar las realidades de los comerciantes informales.