La reforma laboral del presidente Gustavo Petro volvió a ser radicada en el Congreso de la República. La iniciativa había sido presentada en marzo de este año, pero se hundió en la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes el pasado 20 de junio, antes de terminar la primera legislatura.
La nueva radicación tiene en alerta a varios sectores del país, pues el proyecto fue presentado sin previo aviso. Llama la atención que en esta nueva propuesta se contemplan nuevos artículos. La anterior tenía 76; esta incluye 92 puntos.
Ahora, de nuevo, se destapa el contenido del proyecto de ley. Este conserva la médula espinal de la reforma laboral que, desde el inicio del Gobierno, se anunció “para promover el trabajo decente”.
Tipos de contratos, licencias de paternidad y maternidad, recargos nocturnos, horas extras, entre otros, son los asuntos abordados en el documento radicado por la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez.
El objetivo principal de la reforma laboral de Petro es que la mayoría de los contratos sean a término indefinido. En ese sentido, la vinculación al mercado laboral sería, primordialmente, mediante contrato de trabajo a término indefinido.
Entre tanto, excepcionalmente, podrán celebrarse contratos de trabajo por tiempo fijo, por el tiempo que dure la realización de una obra o labor determinada, o para ejecutar un trabajo ocasional, accidental o transitorio, dice el documento radicado.
¿Y si no se requiere al empleado de forma permanente? En tal caso, cuando se hagan contratos a término fijo y de obra o labor determinada, el trabajador tendrá derecho al pago de vacaciones y prestaciones sociales en proporción al tiempo laborado, cualquiera que éste sea.
Indemnizaciones por despido no justificado de trabajadores con más de 10 años en una empresa: así quedarían en la nueva reforma laboral
En su primera oportunidad, el proyecto de ley estuvo envuelto en críticas y reclamos por los impactos que tendría en el empleo existente y la falta de ataque a problemas estructurales del mercado laboral como la desocupación y la informalidad.
Ahora, de nuevo se destapa el contenido del proyecto de ley, que conserva la médula de la reforma laboral, que, desde el inicio del Gobierno, se anunció “para promover el trabajo decente”.
El problema fue que a la propuesta legislativa le empezaron a sacar posibles efectos que hacían la cura peor que la enfermedad. Por ejemplo, un estudio del Banco de la República estimó que, con las medidas que aumentaban el costo de la nómina, se conduciría al recorte de al menos 450.000 empleos, en vez de generar nuevas oportunidades.
Lo anterior, por el incremento en los costos de contratar personal en la formalidad. Ante esto, el Gobierno ha dicho que el trabajador, que es quien le ayuda al empleador a generar su riqueza, merece mejores condiciones.
Freno a los despidos
En ese contexto, es claro que el Gobierno quiere desestimular los despidos de trabajadores y garantizar así la sostenibilidad en el puesto. Por esa razón, puso las indemnizaciones más onerosas, lo que ha venido cambiando en los distintos textos (el original y la ponencia para debate).
Pues bien, ahora hay otra novedad en los ajustes que le hicieron al nuevo documento, radicado este jueves 24 de agosto: una mayor protección al trabajador con más de 10 años de permanencia en una empresa. Así, al trabajador despedido, con un contrato fijo, tendrán que pagarle 45 días, impajaritablemente.
Desde la oposición empezaron a surgir voces que llaman la atención sobre la manera en la que se radicó el proyecto de reforma laboral: “Prácticamente a escondidas. La ministra la radica sola, sin ni siquiera el acompañamiento de la bancada de su partido político”, dijo el parlamentario Andrés Forero, quien agregó que el nuevo texto sería igual al anterior, lo que evidencia la poca receptividad a las propuestas que distintos frentes han realizado a esa importante iniciativa de transformación del Gobierno nacional. “No genera empleo y sí propicia conflictividad entre el empleador y el trabajador”, expresó el congresista.