Dos meses después de que Colombia recibiera las buenas noticias sobre la calidad de los yacimientos del sector Cravo Norte en el Arauca--que le darán al país la posibilidad de exportar petróleo a partir de 1987--el gobierno ya ha hecho clara su intención de tomar cartas en el asunto. El discurso pronunciado por el Jefe del Estado en la población de Barrancabermeja el miércoles anterior fue, según los analistas, una clara indicación de la postura que se adoptará respecto a las ventas externas de crudo. El potencial de exportación de 120.000 barriles diarios de combustible hace necesario que se discuta, según el Presidente "el mejor aprovechamiento de los excedentes".La posibilidad de que se encuentren nuevos yacimientos como resultado del ritmo de exploración, unida a la necesidad imperante de divisas que tiene el país, condujo a Betancur a hablar de una racionalización de las exportaciones. En tres escenarios principales, el mensaje presidencial esbozó las futuras políticas de comercialización del crudo. De tal manera, se dejarían en Colombia los crudos livianos procedentes de Arauca, ya que por su calidad permitirían un uso más intensivo de las refinerías nacionales relegando por lo pronto, la posibilidad de construir una nueva planta de tratamiento. A cambio, se exportarían los crudos pesados, o preferiblemente una combinación de crudos, lo cual podría generarle al país una suma cercana a los 300 millones de dólares al año. Por otro lado, el Presidente propuso que la comercialización del producto se deje tal como está. Es decir, en manos de las compañías extranjeras y de Ecopetrol, aunque sería ésta la que se encargaría de una coordinación general. Además, Betancur habló de mantener la exención de impuestos de Ecopetrol, aunque sorpresivamente subrayó "podría ser oportuno estudiar el establecimiento de una especie de retención petrolera sobre los volúmenes de crudos exportados, pertenecientes a la empresa".Los planes que ahora se hacen sobre los buenos vientos petroleros contrastan con la preocupante situación que enfrenta el gobierno en el corto plazo. Sin atreverse a negar que los descubrimientos de Cravo Norte le salvaron el futuro al país, varios especialistas consideran que es recomendable cierta dósis de mesura en las proyecciones. De un lado, se criticaron apartes del discurso presidencial por ser "demasiado alegres", en opinión de un consultor privado. Concretamente, la creación de un crudo colombiano Colombia Excelsior, como lo llamó Betancur, presenta dificultades técnicas y prácticas. "Aunque en principio la idea es buena, la situación geográfica de los diferentes pozos hace su aplicación muy difícil", fue el comentario de un ingeniero. Otro punto que se destacó tiene que ver con las sumas derivadas de las exportaciones. La crisis que se presenta actualmente en los mercados internacionales del crudo, puede extenderse hasta finales de la década, con lo cual las perspectivas de ingresos serían sustancialmente menores. Más aún, la baja en los precios del petróleo, compromete todavía más el mercado del carbón y puede deprimir, según lo indica la experiencia, el valor por tonelada del mineral, poniendo en serios problemas el éxito financiero del proyecto de El Cerrejón.Obviamente, la suerte de la balanza energética estará enmarcada dentro de la situación general del país a partir de 1986, fecha en que sus efectos se empezarán a sentir. Las proyecciones actuales son claras en indicar que un buen comportamiento del petróleo y el carbón es definitivo para la suerte del país. Por lo tanto, es indispensable que se hagan cálculos realistas para no caer en la imprevisión o si no, como anotara un observador, "se puede llegar a la paradójica situación en la que el petróleo salido de Caño Limón se acabe volviendo tan ácido como el pozo de la fuente que lo produce". -