El 2020 no solo fue un año bisiesto. En materia económica también fue un año atípico de principio a fin. Nadie esperaba que el mundo viviera una pandemia y mucho menos que las economías entraran en recesión. El panorama empezó a complicarse más por las medidas restrictivas: comenzaron en Asia, pasaron por Europa y pronto llegaron al continente americano. Los cierres buscaban contener la propagación del SARS-CoV-2, pero, en paralelo, le dieron un duro golpe a la economía.
Colombia no fue ajena a estos choques: llegó la recesión y en el segundo trimestre la economía se desplomó a niveles nunca antes vistos del -15,7 por ciento. Atinarles a las cifras macroeconómicas significó un reto enorme para los analistas. Los organismos internacionales cambiaban una y otra vez sus estimaciones de desempleo, PIB, inflación, y ni qué decir del dólar, que rompió barreras y alcanzó los 4.168 pesos el 18 de marzo.
Mes tras mes, el Banco de la República recibe las proyecciones del dólar y la inflación estimadas por analistas de bancos, comisionistas, fondos de pensiones y fiduciarias, y, una vez se conocen los valores reales de estos índices, el banco central publica el ranking de los más acertados.
De acuerdo con el Emisor, entre julio de 2019 y diciembre de 2020, los equipos con los mejores pronósticos fueron, en su orden, BBVA Valores (BBVA Colombia), Davivienda, Citivalores (Citibank), JP Morgan y Positiva Compañía de Seguros.
Calcular en cuánto cerraría la inflación supuso una difícil tarea, pero no imposible. El comportamiento en las variables del costo de vida de los colombianos fue un punto clave.
Algunos economistas optaron por analizar el comportamiento de este índice en las crisis anteriores; otros apelaron a la intuición e incluso a la inspiración. Pero ¿qué metodologías utilizan para dar en el clavo? Las medidas tomadas a fin de mitigar el impacto en el bolsillo de los colombianos fueron una constante. La eliminación temporal del IVA en los planes para celulares, las reducciones en las matrículas escolares y universitarias, el congelamiento en los pagos de las facturas de servicios públicos, entre otras, también formaron parte de estas proyecciones. ¡Y acertaron!