Mark Zuckerberg, anunció un cambio importante en el enfoque informativo de la red social más popular del mundo. Así, marcó una nueva época en la conflictiva relación de las plataformas digitales con los medios de comunicación tradicionales. Después de prácticamente arruinar a muchos diarios y revistas del mundo, que han visto mudarse al mundo digital a los anunciantes y a los lectores, las redes sociales empiezan a dar un vuelco en su política de contenidos. Facebook News, por ejemplo, será una pestaña paralela que los usuarios verán junto al popular ‘Feed’. Pero mientras en este los usuarios reciben todo lo que sus contactos comparten, en la pestaña ‘News’ solo circulará información profesional, producida por medios tradicionales y sin la intervención de algoritmos. Periodismo hecho por periodistas. The New York Times, uno de los que se sumó a la iniciativa, lo calificó como una “tregua incómoda”, en la tensa relación con los medios. Por ahora, el modelo salió al aire solo en Estados Unidos, pero ya confirmaron que lo ampliarán a nivel internacional paulatinamente. Las casas editoriales más representativas participan: Fox News, Condé Nast (con sus marcas The New Yorker y Vanity Fair), News Corp (propietaria de The Wall Street Journal y The New York Post), USA Today, Los Angeles Times, Bloomberg, NBC y ABC, entre otros.
Todos ellos recibirán ingresos por licenciar sus contenidos a Facebook. Numerosos medios locales participan también. Aunque no hay cifras oficiales, Facebook podría pagarles en el primer año uno 100 millones de dólares a los medios vinculados. Apple se adelantó desde marzo a este enfoque con su servicio Apple News Plus, que por 10 dólares ofrece en el iPhone el acceso a contenidos de más de 100 medios norteamericanos. Hubo forcejeos en la negociación entre la empresa y las casas editoriales por el reparto de utilidades. Apple se queda con el 50 por ciento de cada suscripción, una tasa que algunos medios califican de desproporcionada. Pero el servicio ya completó seis meses y los medios vinculados parecen optimistas.
Tim Cook, Presidente de Apple Estas decisiones trajeron expectativas al negocio de la información, que pasa días difíciles. La inversión publicitaria en el mundo digital se concentra en dos grandes plataformas, Facebook y Google, que combinadas reciben el 80 por ciento de la inversión. Queda muy poco de la creciente pauta digital para repartir entre los portales de los medios y las iniciativas independientes que surgieron con la explosión de internet. Al mismo tiempo, la inversión publicitaria tradicional en prensa, radio y televisión ha caído notablemente, y en algunos países apenas llega a la mitad de la cifra invertida en digital. En los últimos años, los medios han intentado varias estrategias para acomodarse a la nueva situación y encontrar un modelo de negocio viable. Entre las más populares están los llamados muros de pago, que consisten en cobrar por los contenidos de sus ediciones en la web, con un número limitado de noticias abiertas y gratuitas. Con este modelo, el poderoso y tradicional The New York Times logró crecer de 3 a 8 millones el número de suscriptores, justo cuando parecía que nadie quería pagar por información que encontraba gratis en la red.
La emblemática experiencia de este diario norteamericano enseñó a los demás medios del mundo que la salvación está en ofrecer mejor periodismo y mejor calidad, en lugar de recortar y reducir. Un libro con el estudio de caso, del periodista español Ismael Nafría, se convirtió en lectura obligada de gerentes y directores de medios en todos los idiomas. El británico The Guardian ensayó un modelo diferente: el de las donaciones. Hoy todos pueden leer el contenido digital y algunos contribuyen para financiar el buen periodismo. Este modelo funciona relativamente bien y el diario tiene por ahora unas finanzas aceptables. En Colombia los medios apenas acaban de estrenar los muros de pago. Publicaciones Semana y el diario El Espectador figuran entre los primeros en ponerlos en práctica. Hace poco, Noticias Uno emprendió una campaña de crowdfunding para sostener el noticiero, ante su inminente salida del aire.
Mark Zuckerberg, Fundador de Facebook Pero poner en los hombros de los suscriptores –ya no solo de los anunciantes– el peso de financiar la producción de noticias tiene tanto de largo como de ancho. Por una parte, devuelve a los medios la independencia que algunos perdieron en su afán comercial, lo que el público castigó al irse a internet. Pero no es fácil asegurar con suscripciones la facturación suficiente para sostener los ritmos informativos diarios que requieren los tiempos actuales
El vuelco que acaban de dar las plataformas digitales podría cambiar la ecuación. Internet llegó a su punto de mayor crisis con Facebook, YouTube y Twitter en el centro de la polémica, porque permitieron que la redes se inundaran de mentiras, información falsa, odio y violencia verbal. A eso llegó por factores como las noticias falsas y el llamado clickbait, titulares escandalosos sin contenido, publicados para generar tráfico e inversión publicitaria, originado en portales casi anónimos, sin filtros de calidad, y viralizadas por usuarios que las comparten así no más, a veces sin siquiera haberlas leído. Tras el desastre producido por ese manejo irresponsable en las redes, tiene una nueva oportunidad la información curada, producida por periodistas profesionales y discutida en salas de redacción serias. ¿Por qué las plataformas decidieron cambiar el enfoque? No solo por la crisis de las noticias falsas. Europa puso una razón de peso, cuando el Parlamento Europeo decidió cobrar derechos de autor a las plataformas que publiquen contenidos de los medios. En abril el Consejo de la Unión Europea aprobó una controvertida reforma en el tema de derechos de autor, que implementarán lo países miembros en los próximo dos años. Esta norma exige a las plataformas de internet pagar regalías a los propietarios de contenidos por las publicaciones que reciban inversión publicitaria.
Sundar Pichai, Presidente de Google Los artículos 11 y 13, en específico, establecen el llamado “impuesto por enlace”, que le cobrarán a Google y Facebook por cada contenido que agreguen en sus plataformas y que provenga de un productor con derechos. Los medios europeos celebraron la medida, que cristaliza una vieja aspiración de los editores. Claramente las redes sociales se han nutrido y beneficiado de los contenidos producidos por otros, sin compartir sus cuantiosas utilidades. The New York Times calculó en junio pasado que Google recibió al menos 4.700 millones de dólares por contenidos de los medios de comunicación, y ni un solo dólar de estos llegó a manos de los creadores.
Esto llegará a su fin a más tardar en 2021 en Europa. Por eso Facebook y Apple decidieron poner en marcha un modelo de negocio compartido con los medios, antes de que la ley los obligue. La cultura de lo gratis parecía inamovible en los tiempos de internet, a pesar de que hace insostenible la actividad de los medios de comunicación. Pero los vientos cambiaron en otras industrias, como el entretenimiento, donde después de años de piratería hoy todo el mundo paga por suscribirse a servicios de música, películas y series. Los medios parecen tener una segunda oportunidad.