El ministro de Minas, Andrés Camacho, sacó pecho, pues, según él, ya el país superó el fenómeno de El Niño y no hubo un solo segundo de racionamiento de energía.
Al decir del funcionario, se trata del evento climático más bravo de los últimos tiempos, “con mayores temperaturas y menos lluvias en las últimas 5 décadas”, dijo.
Aun así, agregó que ”la preparación de más de un año, con 50 acciones”, habría logrado evitar el racionamiento del esencial servicio.
Y de la superación del fenómeno de El Niño, si bien hay lluvias recientes que llevan a pasar de la alerta roja a la naranja, como lo referenció el exministro de Minas, Amylkar Acosta, aún no se ha vuelto a la normalidad. “El fenómeno de El Niño ha sido el detonante de la actual crisis energética, causada por la estrechez entre la oferta y la demanda, con un margen de solo el 5 %, llevando al Sistema interconectado nacional (SIN) a su máximo grado de estrés”, manifestó el experto, quien agregó que “con las lluvias recientes hemos pasado de la alerta roja a la alerta naranja. No hemos vuelto a la normalidad”.
Más allá de si pasó o aún sigue vigente algo del fenómeno climático, el asunto es que a los colombianos sí les ha estado cobrando factura el hecho de que se hayan tenido que encender las térmicas para garantizar el suministro de luz, ante la falta de suficiencia para la generación de energía a partir del agua, con niveles de embalses muy por debajo de las cifras necesarias.
El reciente informe del Dane evidenció que la inflación de la electricidad subió en más del 19 %, frente al resultado total del dato anual nacional, que fue de 7,16 %”.
Por esa razón, Acosta recuerda que lo ocurrido con el Sistema Nacional Interconectado se debe, en gran medida, al notorio atraso en la ejecución de los proyectos, tanto de generación como de transmisión.
Hay demanda no atendida
“Como ejemplo está el caso de la región Caribe que, según comunicado de XM, la empresa que administra y opera el SIN, registra demanda no atendida”, lo que, de acuerdo con lo manifestado por Acosta, “es un término eufemístico para no hablar de racionamiento, debido a la sobrecarga de las redes de transmisión e incapacidad de transportar la energía que se demanda”.
Y no es todo. El exministro de Minas, para sostener su tesis, puso de presente lo manifestado por el presidente del Grupo Energía Bogotá (GEB) Juan Ricardo Ortega, según el cual “Bogotá está ad portas de un apagón por el mismo motivo”.
¿Qué sería volver a la normalidad?
Para volver a la normalidad, según explicó Acosta, “es imprescindible acelerar la ejecución de los proyectos atascados y hacia el futuro se requieren nuevas subastas para la expansión del parque de generación, ya que el resultado de la más reciente, en febrero de este año, se quedó corta para garantizar la Oferta de Energía Firme (OEF) para los años 2027-2028″.
Sin satanizar fuentes de energía tradicionales
La coyuntura crítica por la que acaba de pasar el país debe dejar lecciones en medio de una transición energética que, en general, lleva a satanizar las fuentes tradicionales de energía que se vienen utilizado hasta ahora. “Mostró la importancia de contar con el respaldo del parque térmico de generación, para apoyar la generación hídrica, afectada por El Niño”, recordó Acosta.
De igual manera, el exministro enfatizó en que, de no ser por ese complemento, “se habría precipitado el apagón”.
En ese sentido, Acosta dijo que no se puede olvidar que, “tan necesario como contar con las energías renovables, cuyos proyectos, especialmente los parques eólicos, aún no se integran a la matriz eléctrica, que le darían mayor resiliencia a este frente al cambio climático” son las demás fuentes energéticas.