De nuevo vuelven las palomitas al cine, uno de los temas que preocupó a las compañías relacionadas con la exhibición de películas. El Ministerio de Salud expidió la Resolución 1746, la cual remplaza a las anteriores reglas. Dentro de las novedades está precisamente que permiten la venta presencial de alimentos y bebidas, pero con una serie de requisitos para acceder a estos productos.
En el caso de los grupos familiares, según las nuevas directrices, cuando las personas habitan en la misma vivienda, pueden utilizar máximo cuatro sillas seguidas, de lo contrario tendrán que conservar las exigencias de separación, que implican guardar dos metros de distancia entre silla y silla.
Para la compra de productos alimenticios la exigencia para las salas de cine es que deben estar debidamente empacados, pues el objetivo es que no queden expuestos al medioambiente mientras las personas llegan al sitio de ubicación.
Una de las exigencias para los espectadores es que no podrán ingerir alimentos en un sitio distinto al puesto que les fue asignado.
En el caso de los autocines y autoeventos, la venta de confitería se realizará únicamente al momento de la compra de la boletería. La entrega de los productos deberá hacerse directamente en cada vehículo.
El consumo de bebidas embriagantes está prohibido en las salas de cine, según expresa la resolución.
En las nuevas reglas de juego para los cines se reitera la necesidad de demarcar las zonas de ingreso y evacuación, la conservación del distanciamiento en las filas, al igual que la disponibilidad de agua, jabón y toallas desechables para el lavado de manos.
Qué dicen los dueños del negocio
Si bien ya hay algunas salas de cine en funcionamiento, la vuelta a la normalidad aún tardará, según confirmó en SEMANA Gustavo Palacios, representante de los exhibidores ante el Consejo Nacional de Cine. Desde su perspectiva, después de tener el protocolo actualizado, a través de la resolución de MinSalud, están otra serie de trámites que no son tan rápidos de cumplir.
Palacios se refiere por ejemplo a que, luego de tanto tiempo cerrados, hay muchas de las autorizaciones que ya se tenían, que se fueron venciendo. Un caso sería el de los requisitos que hay que cumplir alrededor de la disponibilidad de los bomberos para espectáculos públicos.
En cada ciudad hay que surtir procesos con las respectivas administraciones locales, las cuales, una vez cumplidas por parte del exhibidor, tendrán que ser sujetas a verificaciones, para las cuales se requieren visitas, que no siempre podrán ser agendadas tan ágilmente.
Pero, más allá de todos esos procesos logísticos, lo que más preocupa a los dueños del negocio del cine son los aplazamientos en las fechas de los grandes lanzamientos cinematográficos, muchos de los cuales ya tienen fechas previstas, pero para el año entrante.
Desde esa perspectiva, según destaca Palacios, el temor de los exhibidores es que no se logre la rentabilidad mínima, teniendo en cuenta que también tiene una limitación en el aforo de las salas.
“Abrir una sala significa reactivar un montón de costos, entre empleados, pago de servicios, nuevas adecuaciones para cumplir protocolos”, indicó. Lo cierto es que volver a ver las salas de cine con toda su oferta tendrá que ser un proceso gradual.
Por ahora, ya hay algunas abiertas, pero el tema comercial que tanto preocupa a los exhibidores no dejará que, aun teniendo ya las respectivas reglas de juego por parte de MinSalud, se dé el paso definitivo para el retorno del cine a la normalidad.