Terpel es una compañía que, literalmente, ayuda a mover a Colombia. Por eso sintió con fuerza el frenazo de la economía, provocado por las medidas de aislamiento y las restricciones a la movilidad para intentar contener el coronavirus. No obstante, la pandemia no detuvo a esta empresa.

Terpel buscó la manera de cumplir su promesa de valor de servir a las personas y ser un aliado del país. Y qué mejor momento para demostrarlo. Desarrolló múltiples acciones, entre ellas la donación del combustible para transportar mercados en el ámbito nacional, muestras de covid-19, profesionales de la salud, kits de protección y hasta vuelos humanitarios. Obsequió todo el combustible que requirió el Banco de Alimentos de Colombia (Abaco) para llevar más de 29 millones de kilos de comida a más de 158 municipios, o para que los aviones de la Patrulla Aérea Colombiana (PAC) trasladaran muestras de diagnóstico de covid-19 desde distintos puntos del país.

Durante la emergencia, la compañía adecuó algunas de sus estaciones de servicio para ofrecer mercados a campesinos; se unió a la campaña de la Andi para donar respiradores, y a las alcaldías de Bogotá y Neiva para brindar espacios seguros a mujeres víctimas de violencia intrafamiliar.

A pesar del desplome en las ventas, que en algunos meses alcanzó un 75 por ciento en estaciones de servicio (EDS) y un 95 por ciento en aviación, aseguró la empleabilidad del ciento por ciento de sus trabajadores y dio ayudas a su red de proveedores y aliados. Con los empleados emprendieron campañas de capacitación, talento y salud mental, mientras que a sus aliados les congelaron el pago de regalías, les entregaron kits de protección e hicieron programas para mejorarles el flujo de caja.

Además, donaron mercados para los isleros, trabajadores de las plantas de abastecimiento y comunidades cercanas a la operación. Igualmente, entregaron combos de comida rápida de las tiendas Altoque a población en condiciones de vulnerabilidad, así como caldos y cafés gratuitos a los transportadores de Colombia. En fin, fueron muchas acciones que demuestran la solidaridad y el compromiso de la empresa con el país, con las que lograron beneficiar a más de 1,7 millones de personas en 750 municipios.

Durante los últimos meses, la actividad ha venido mejorando y en algunos segmentos comienza a estar cerca de los niveles prepandemia, mientras que en otros, como en aviación, la recuperación tardará varios años. Sin embargo, Sylvia Escovar, presidenta de Terpel, reitera que la compañía no detuvo sus planes: seguirá invirtiendo y sorprendiendo al país con más innovaciones.

Para Escovar, quien se retira de la presidencia después de ocho años (aunque seguirá vinculada a la junta directiva de la compañía), en 2021 empezará una nueva era para Terpel, en la que se reforzarán temas como las energías renovables, la descarbonización, la digitalización y los nuevos servicios. Con esto espera seguir siendo la marca más cercana al corazón de los colombianos y un aliado del país.