En las crisis están las oportunidades. Esta es la frase de combate de empresarios, inversionistas y analistas para descubrir posibilidades de nuevos negocios, estrategias de expansión y capitalizar momentos que para la mayoría son muy complejos. Y qué crisis más difícil que la actual. Cuando el mundo apenas trataba de superar la pandemia y las profundas cicatrices que dejó no solo en la salud, sino en lo económico y social, llegó un conflicto bélico que está replanteando la geopolítica global.
La invasión de Rusia a Ucrania profundizó una de las tendencias que había empezado a surgir el año pasado producto de la reactivación, la reapertura de los mercados y sectores, y una nueva dinámica económica: la inflación. La demanda mundial llevó a que el tráfico internacional logístico, tanto de productos como de insumos, se restringiera, y, cuando los países empezaron a abrirse gracias a la vacunación y a menores contagios, esa mayor demanda no pudo ser satisfecha adecuadamente; y las rigideces se han mantenido, por ejemplo, en lo que muchos han denominado la crisis de los contenedores.
Pero la guerra ha hecho más difícil la situación. Rusia y Ucrania son protagonistas globales de materias primas en alimentos –como trigo, maíz y fertilizantes– y del sector energético –como petróleo, gas y carbón–. Pero, en medio del conflicto, los precios se están incrementando.
Los países de la Ocde a febrero ya registraron una inflación anual de 7,7 por ciento, la más alta desde 1990. Estados Unidos acaba de publicar su inflación en los últimos 12 meses a marzo: 8,5 por ciento, la mayor desde diciembre de 1981.
América Latina no es ajena a esta situación. La inflación está disparada –en Colombia a marzo llegó a 8,5 por ciento anual–, y los bancos centrales empezaron el aumento de las tasas de interés de referencia. Sin embargo, la situación para algunos países de la región implica oportunidades.
Las primeras señales las dieron reconocidos inversionistas y banqueros. Larry Fink, CEO de BlackRock, la gestora de activos más grande del mundo, considera que Latinoamérica se podría ver beneficiada por lo que llamó el “nuevo orden mundial”.
En el evento Latin America Virtual Forum 2022, reseñado por el Diario Financiero, de Chile, Fink aseguró: “Hemos visto grandes impactos, ya sea en los semiconductores, el mercado de la energía o los alimentos básicos. Todas las empresas nos preguntan, ¿cómo minimizamos las dependencias? Creo que es realmente importante para Latinoamérica”. Y agregó: “Si Brasil, México, Colombia y otros se enfocan y dicen ‘estamos abiertos para los negocios’, vamos a ver más empresas cerca del nearshoring (externalización de servicios con empresas de un país cercano) u onshoring (compra de servicios en el exterior) de la demanda”.
Por su parte, André Esteves, socio principal de BTG Pactual, en un evento en Chile y reseñado también por el mismo medio, señaló respecto a las nuevas presiones inflacionarias: “Esto es desafiante, pero no necesariamente negativo para Latinoamérica. Tenemos el reto de lidiar con el mayor costo de capital a nivel mundial. Pero lo que estamos viendo en el comienzo de 2022 es una muestra de que eventualmente podemos beneficiarnos de este nuevo escenario global”.
Para él, una de las principales ventajas es que “somos los mayores productores de materias primas del mundo como región”, por lo que es favorable el alza del precio de los commodities.
Con el petróleo a más de 100 dólares por barril y con techos que han estado cerca de 120, se abren nuevas posibilidades para los países que tienen hidrocarburos. Lo mismo pasa con el carbón: se están volviendo a prender las plantas de generación con base en este mineral en Europa, y Asia aún lo mantiene en su portafolio. Aunque la agenda busca los mecanismos para descarbonizar el planeta, la tarea puede enfocarse en reducir emisiones, con nuevas tecnologías, sin dejar de usar el carbón. Y, por otro lado, la región puede convertirse en una verdadera despensa de alimentos para el mundo.
Esteves destacó, además, que “en Latinoamérica somos pacíficos (...). En términos de riesgo geopolítico clásico, somos una región del mundo bastante tranquila”.
“Si administramos adecuadamente nuestras economías y mantenemos nuestras instituciones, si mantenemos nuestra transición y las transformaciones de las últimas décadas, creo que tenemos una muy buena oportunidad de beneficiarnos. Tenemos una muestra muy pequeña en el comienzo de este año, con toda esta confusión en el mundo”, puntualizó el banquero brasileño.
Las señales
Además de los precios de los commodities, otras señales están impulsando los mercados de la región. De acuerdo con un documento de Casa de Bolsa, las acciones y las monedas en el corto plazo se han venido recuperando. El mercado accionario ha sido el activo de mejordesempeño pospandemia, dice el análisis. Esto ha estado impulsado por unas acciones que estaban relativamente baratas, impactadas favorablemente por la reactivación y, precisamente, por el aumento en el precio de los commodities.
Según los cálculos de la comisionista, el mercado accionario de Perú ha tenido el mayor crecimiento, con 18,22 por ciento a lo largo de este año. En ese mismo periodo, Colombia registró 15,48 por ciento, y les siguen Chile con 14,45 y Brasil con 14,44. “A diferencia de lo sucedido desde el inicio de la pandemia y de lo corrido del año en los mercados latinoamericanos, los índices accionarios de Estados Unidos se han debilitado por la normalización de la política monetaria en ese país y las tensiones geopolíticas entre Rusia y Ucrania”, señala el informe. Registra que el mercado de acciones en Estados Unidos en lo que va del año se ha contraído 4,25 por ciento.
Por su parte, el dólar viene a la baja. Entre 2020 y 2021, presentó una fortaleza generalizada frente a los países de la región. Sin embargo, el incremento en el diferencial de tasas y un mayor precio de los commodities provocó que esta tendencia se revirtiera. De igual manera, la percepción de riesgo ha contribuido al fortalecimiento de las monedas frente al dólar. En lo que va del año, se ve una valorización de las monedas de la región: de acuerdo con el estudio, el dólar ha caído 16,29 por ciento en Brasil, 8,50 por ciento en Colombia, 7,89 en Chile y 7,56 en Perú.
“El peso colombiano no ha sido ajeno al comportamiento de sus pares, no obstante, su valorización no ha sido tan significativa. Consideramos que la incertidumbre que genera el posible resultado de las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo entre mayo y junio podrían estar limitando el movimiento de la divisa”, agrega el documento de Casa de Bolsa.
Destaca el informe que el resultado de los comicios presidenciales tanto en Perú como en Chile no ha afectado el comportamiento ni de sus bolsas ni de sus monedas.
Para Juan David Ballén, director de Análisis y Estrategia de Casa de Bolsa SCB Grupo Aval, hay un nuevo ciclo en commodities “y se proyecta que van a seguir altos por mucho tiempo. Si se da ese superciclo y se juntan algunos factores con condiciones atractivas a la inversión, vamos a ser una de las regiones más favorecidas en ese escenario”. Esto se podría ver reflejado en mayor crecimiento, más recaudo de impuestos y reducción del déficit fiscal.
La experiencia
En el ámbito empresarial, en medio de la pandemia se dio una de las grandes movidas en los negocios colombianos. La multinacional Essity, que tenía una participación cercana al 50 por ciento en el Grupo Familia, decidió aumentarla y se quedó con el control de este conglomerado industrial.
¿Qué explica el movimiento en momentos de dificultades globales? Compañías como Essity, que operan en más de un centenar de países, comparan las diferentes geografías y ven en Latinoamérica un potencial de crecimiento que no se encuentra en Europa o en Estados Unidos, mercados ya más maduros.
“Mientras que los europeos están creciendo hoy a dígitos bajos, los latinoamericanos lo están haciendo a doble dígito. Estas compañías globales ven en nuestros mercados una gran fuente de crecimiento y una posibilidad de ofrecer soluciones a esa clase media, que la pandemia retó tremendamente”, dice Andrés Gómez, presidente de Grupo Familia. Y añade: “Definitivamente, Latinoamérica se está convirtiendo en ese oasis en el mundo, con todos los vaivenes que tiene. Se ve una gran oportunidad en estos momentos vía estabilidad, institucionalidad, y economías crecientes a unas velocidades mucho más altas de las que se están encontrando en otras latitudes”.
La pregunta es si la incertidumbre electoral –por ejemplo, en Colombia– no suscita reticencia por parte de la inversión extranjera. Gómez responde que el péndulo político no es el racional de la toma de decisiones. “La coyuntura electoral no disuade los planes de crecimiento y visión de largo plazo. ¿Qué protegen estas compañías? Que operen en países donde la institucionalidad se proteja, donde la democracia sea fundamental, donde la empresa privada se respete. Pero el movimiento del péndulo político hacia la izquierda o hacia la derecha, independientemente de que suceda en Colombia, en Perú, en Chile, en Argentina, en México, en Brasil, es indiferente siempre y cuando los fundamentales de la sociedad se mantengan”, puntualiza.