SEMANA: ¿Los estragos económicos y sociales generados por la pandemia requerirán un replanteamiento del Plan de Desarrollo del Gobierno? LUIS ALBERTO RODRÍGUEZ: La verdad es que el Plan Nacional de Desarrollo fue un ejercicio extenso, bien pensado y que tiene tres niveles de decisiones: por un lado los asuntos estructurales que requiere el país, como políticas de Estado, que van más allá de la pandemia; están también las cosas del corazón del presidente basadas en los principios de emprendimiento, equidad y legalidad, y en tercer término, algunos asuntos que estaban planteados desde antes y que sin duda han tenido una aceleración porque solucionan problemas claves para el país. SEMANA: ¿Pero no es hora de cambiar las prioridades? L.A.R.: La pandemia nos aceleró algunas decisiones sociales y económicas, y efectivamente nos ha llevado a definir nuevas prioridades. En especial en dos temas que serán claves en los próximos dos años: la disminución del desempleo y el impuso a la reactivación de la economía. Estamos dando prioridad a las acciones que combatan el desempleo y la desceleración, y que nos permitan dinamizar la actividad económica del país.
SEMANA: ¿Qué acciones emprenderán para frenar el desempleo y activar la economía? L.A.R.: En empleo debe haber una reorientación para priorizar las inversiones en aquellos proyectos que requieran de manera más intensiva mano de obra. Este será un tema fundamental y aquí pensamos enfocarnos en dos actividades puntuales: la construcción de más vías terciarias, con una inversión más agresiva y un nuevo foco en las concesiones, y la ejecución de obras público-privadas. SEMANA: ¿Esto implica que harán una especie de Plan Marshall? ¿Cómo operará? L.A.R.: Estamos trabajando en un plan de reactivación de la economía con tres ejes principales: aumentar la inversión en vías terciarias, impulsar nuevos proyectos de infraestructura a través de alianzas público-privadas (APP) y acelerar la inversión en transformación digital, tanto en el sector público como en el privado. SEMANA: ¿Cuándo estará listo este plan de reactivación y cómo se financiará? L.A.R.: Estamos en el proceso de construcción del plan de reactivación, y aunque todavía no hay fecha, esperamos tenerlo para finales de julio o los primeros días de agosto. Ya estamos corriendo algunos modelos. En cuanto a la financiación, esta semana se dio un paso clave con la aprobación en el Consejo de Política Fiscal (Confis) de un aumento de vigencias futuras para reactivar la economía. A partir de 2021 y hasta 2028 este cupo pasará de 0,4 a 0,55 por ciento del PIB, una decisión muy importante, porque equivale a aumentar en 20 billones de pesos el monto total de estas apropiaciones y nos permitirá financiar varios proyectos de infraestructura. Además, el Confis autorizó ampliar el cupo de vigencias futuras de 0,4 a 0,5 por ciento del PIB a partir de 2029 y hasta 2033, que equivale a una ampliación de 10 billones adicionales.
SEMANA: ¿Esto implica que el case del plan de reactivación arranca con 30 billones más? L.A.R.: En efecto, el plan de reactivación tendría unos recursos por 30 billones de pesos que nos permitirán generar alrededor de 1,3 millones de empleos y elevar el crecimiento de la economía en cerca de 1,5 por ciento adicional en los primeros cuatro años. SEMANA: ¿Cómo y en qué proyectos se invertirán estos recursos? L.A.R.: Eso hace parte del plan de reactivación que estamos construyendo, pero una parte importante será en infraestructura por APP. Hay que resaltar que los proyectos ejecutados bajo esta modalidad, primero, no son operaciones de crédito; segundo, deberán ser presupuestados como gastos de inversión; tercero, constituyen un instrumento para aumentar la capacidad de inversión pública con la participación del sector privado, y cuarto, esperamos que tengan un impacto importante en términos de crecimiento económico y productividad. Estimamos que la ampliación del cupo de vigencias futuras nos permitirá apalancar inversiones de entre 100 y 150 billones de pesos en obras de infraestructura por APP. SEMANA: ¿Cuáles son los alcances del programa de vías terciarias? L.A.R.: El país debe hacer una inversión muy agresiva en estas vías. Históricamente hemos invertido muy poco en conectar la Colombia rural. Un estudio de Juan Mauricio Ramírez y Leonardo Villar muestra que en las últimas tres décadas el país ha invertido, a precios de hoy, apenas el 0,01 por ciento del PIB; es decir, unos 100.000 millones en promedio al año. Esto debe cambiar, debe haber una inversión significativa porque les permitirá a los campesinos traer sus cosechas a los centros de acopio y comercialización, y también generar empleo. Otra inversión intensiva en mano de obra es la que se hace en infraestructura, con obras viales por APP y esperamos, además, darle mayor impulso a la transformación digital, que nos ayudará con más empleo e inversión. SEMANA: Esto quizás frene un poco el desempleo, pero ¿cómo aumentar la generación de empleo? L.A.R.: La forma más natural de generar empleo es que la economía crezca. El país venía justamente en esa senda de reactivación, pues cerramos el año pasado con un crecimiento del 3,3 por ciento y en los primeros meses de 2020 los números estaban por encima del 4 por ciento, según el Índice de Seguimiento de la Economía que mide el Dane. Pero tras la pandemia estas cifras se han visto afectadas y estamos frente a una situación muy compleja que ha golpeado a todo el mundo, a las empresas de todos los tamaños y a las finanzas de los hogares. Por eso pensamos que es hora de hacer una especie de pactos para que la economía crezca y se logre la reactivación.
SEMANA: ¿Qué lecciones les ha dejado la pandemia? L.A.R.: Muchas decisiones se han acelerado porque nadie había anticipado lo que ha pasado en los últimos meses. En realidad la pandemia ha acelerado algunos temas que en otras circunstancias nos hubiera tomado mucho más tiempo. Uno de ellos es el digital. Antes de la pandemia, en el Estado se podían iniciar 35 por ciento de los trámites por medios digitales y terminar allí el 17 por ciento. Estamos terminando de evaluar qué tanto han evolucionado los trámites digitales en estos tres meses y ya sabemos que de ese 65 por ciento que no se hacía por medios digitales, una buena parte se está resolviendo allí. SEMANA: ¿Á qué se refiere con temas que se han acelerado durante la pandemia? L.A.R.: Lo primero que quiero destacar es que a pesar de que estuvimos cerrados un mes casi por completo, el país nunca se paró. Segundo, desde el Estado logramos acelerar decisiones de desarrollo social que hubieran tardado mucho tiempo y que incluso otros países nos preguntan cómo lo hicimos. Tercero, logramos avanzar en el registro social para identificar la población más vulnerable que pudo recibir tanto las transferencias condicionadas (Familias en Acción) y no condicionadas (Ingreso Solidario). Esto nos permitió identificar cerca de tres millones de hogares necesitados que no estaban incluidos en los programas sociales, que ya atienden casi 4,5 millones de familias en el país. Cuarto, pusimos en marcha el mecanismo de compensación y devolución del IVA para las familias de menores recursos, que estaba en la Ley de Crecimiento aprobada el año pasado y se aceleró en la pandemia. En este caso, inicialmente habíamos previsto llegar a 100.000 beneficiarios este año y terminamos llegando a un millón.
SEMANA: ¿Qué impactos esperan del programa de Ingreso Solidario? L.A.R.: Primero déjeme decirle que ese tema ha estado en el corazón de Planeación Nacional: desde hace tiempo nos preguntábamos cómo llegar a esos hogares en pobreza o pobreza extrema que no han sido identificados por otros programas del Estado. Y más aún, con transferencias en efectivo. Ese era un gran reto, si tenemos en cuenta que nos tomó 20 años llegar a identificar 2,6 millones de hogares de Familias en Acción. La pandemia nos hizo más evidente esa pregunta y aunque en el Plan de Desarrollo teníamos previsto llegar a un total de 300.000 hogares, en solo dos meses ya llegamos a 2,5 millones de hogares con Ingreso Solidario. Y muy pronto completaremos 3 millones. Si bien se han presentado algunos errores, estos se han venido corrigiendo y lo cierto es que se trata de uno de los programas más efectivos para llegar a los más vulnerables.