Las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) colombianas son todo menos pequeñas. Las mipymes componen el 98,9 por ciento del tejido empresarial y emplean a más de 17 millones de personas, lo que las convierte en un sector estratégico para la economía nacional, aun más en un contexto de reactivación.

Existe amplia literatura que demuestra que la inclusión financiera es clave para la consolidación de un aparato productivo moderno y eficiente, ya que la capacidad de las empresas para acceder a financiamiento aumenta la probabilidad de desarrollar proyectos e inversiones rentables que, de otro modo, quedarían sin explorar debido a limitaciones de recursos internos. Este punto adquiere mayor relevancia en el caso de las mipymes, especialmente en economías emergentes como la colombiana, donde las restricciones crediticias son más severas debido a la falta de colaterales y antecedentes crediticios asociados a la alta informalidad.

Aunque las mipymes representan una parte crucial del sector empresarial en Colombia, muchas enfrentan serios desafíos para acceder a crédito, lo que ha generado estrés financiero importante. | Foto: Getty Images

El indicador de acceso a productos financieros de las personas jurídicas en Colombia, que mide la proporción de empresas con registro activo en Cámaras de Comercio que registran al menos un producto financiero, se ubicó en 73,1 por ciento para 2023, alcanzando un máximo histórico. Esta cifra contrasta con el acceso a crédito, que es inferior al 35 por ciento.

Al desagregar el acceso al crédito por tamaño de empresa, se revela que este indicador disminuye en la medida en que el tamaño de las compañías se reduce. El porcentaje de grandes empresas con créditos vigentes en diciembre de 2023 fue de 81,9 por ciento; de medianas, 75 por ciento; de pequeñas, 60,8 por ciento, y solo de 14,8 por ciento para las microempresas, demostrando así que el reto en las mipymes está en el acceso a financiamiento.

El sector financiero es consciente de la importancia de las mipymes en la economía y por ello están presentes dentro de las metas acordadas con el Gobierno nacional en el Pacto por el Crédito. De los 55 billones de pesos incrementales en desembolsos a sectores estratégicos en los próximos 18 meses, 4,1 billones están comprometidos para la economía popular, unidades productivas de baja escala que se dedican a labores mercantiles y domésticas.

El avance del Pacto por el Crédito en septiembre muestra que se desembolsaron más de 10 billones en los sectores estratégicos: manufactura y transición energética, agropecuario, turismo, vivienda e infraestructura, y economía popular. Solo en economía popular se desembolsaron 30.000 millones de pesos, que beneficiaron a más de 18.000 unidades productivas.

El Pacto por el Crédito es una iniciativa del Gobierno Nacional y el sector financiero para, entre otras cosas, facilitar el acceso a financiamiento para micro, pequeñas y medianas empresas. | Foto: Nuttapong Punna

Este enfoque no solo está en la economía popular. Los desembolsos a las mipymes de los sectores estratégicos superaron el billón de pesos solo el mes pasado, teniendo el sector agropecuario la participación más representativa con 794.000 millones en desembolsos.

El crecimiento y la consolidación de las mipymes colombianas dependen de que logren acceder a créditos y otros instrumentos financieros. El sector financiero y el Gobierno nacional unieron esfuerzos para que las pequeñas gigantes tengan la oportunidad de innovar y ser más competitivas a través del Pacto por el Crédito. Esta acción decidida de aumentar los recursos destinados a la economía popular y a sectores estratégicos contribuirá, sin duda, al desarrollo inclusivo y sostenible de Colombia.