En 1995 era insensato pensar que 1996 fuera a ser peor. Pero fue peor. En 1996 se esperaba que todo mejorara en 1997. No sucedió así. Y los que creían que en 1997 la crisis tocaría fondo era porque aún no habían vivido el 98 y mucho menos el 99.¿Alguien recuerda un año peor que 1999? Todas las palabras más temidas del argot económico se han paseado por los titulares de diarios, revistas y noticieros: recesión, déficit fiscal, devaluación, desempleo, crisis financiera, desconfianza creciente de los inversionistas internacionales, tasas de interés por las nubes, falta de liquidez, se pegó el dólar al techo de la banda.Esos fantasmas, que parecían propios de economías inestables, irresponsables, llegaron al país. ¿Para quedarse? Según pudo establecer SEMANA, la respuesta es no. De acuerdo con los cálculos de 14 de los analistas más prestigiosos a nivel nacional e internacional el año 2000 marcará un cambio de tendencia en todas las variables económicas. Los pronósticos: crecimiento de 2,3 por ciento, inflación de 10,7 por ciento, devaluación de 9,7 por ciento, desempleo de 18,9 por ciento, déficit de 3,1 por ciento y tasa de interés de 18,4 por ciento. Probabilidad de que se elimine la banda: alta, de 72 por ciento. La gran pregunta es: ¿será este repunte sostenible?