Corficolombiana es un holding con inversiones en infraestructura, energía y gas, turismo, agroindustria y financiero, y un portafolio de empresas que suman más de 17 billones de pesos.
Bajo la sombrilla del Grupo Aval, opera prácticamente en dos terceras partes del país. Ha hecho apuestas de inversión en medio de ciclos económicos que han combinado escenarios prósperos, pero también difíciles. Y aunque ha sentido la profunda desaceleración del año pasado y que continuó el primer trimestre de 2024, presiente que en los próximos meses el curso de la economía empezará a cambiar a un nivel más estable.
En medio de este panorama, Corficolombiana alista su portafolio de inversiones, que ha oscilado entre 1,5 y 2 billones de pesos. Solo en los últimos ocho años ha invertido 15 billones y este año espera poner recursos por 2 billones.
Gustavo Ramírez Galindo, vicepresidente ejecutivo de Corficolombiana, hace una mirada a 2023, lo que resta de 2024 y los próximos años. Los resultados de 2023 muestran los efectos del ciclo del negocio y de las condiciones económicas y financieras más retadoras, caracterizadas por el proceso de desaceleración de la economía colombiana, la inflación elevada y las altas tasas de interés.
Ramírez explica que una parte muy importante de sus negocios ha tenido que ver en los últimos años con el desarrollo de proyectos de concesión de infraestructura de las 4G, los cuales están terminando su etapa de construcción.
El año pasado la empresa reportó utilidades por más de 800.000 millones de pesos. En el balance general, los activos consolidados crecieron 6 % anual y excedieron los 57 billones de pesos. Este aumento se dio principalmente por el avance en construcción de las concesiones viales 4G en Colombia y de los gasoductos de Promigás. Por su parte, el disponible consolidado cerró 2023 en 5,9 billones de pesos, según su informe de gestión.
Por sectores, en el de infraestructura, la finalización de la construcción de los proyectos de 4G implicó la disminución de los ingresos asociados a esta actividad. El margen bruto de la operación en este sector disminuyó 6,4 %.
Pero mientras en infraestructura el margen bruto caía, en el sector de energía y gas aumentó 6,5 % anual. Este comportamiento se explica por el incremento en el consumo de algunos clientes industriales y los generadores térmicos, según explica en su informe de gestión.
“El sector de energía es un sector que ha estado enfocado en garantizar la seguridad energética de Colombia. Nuestra principal empresa en ese sector es Promigás, que distribuye y transporta gas en Colombia y también en Perú, y que ha estado bastante activa en estas épocas de fenómeno de El Niño, en las que ha sido la generación térmica generada por gas la que ha garantizado que, a pesar del ciclo de sequía, pueda haber suministro de energía eléctrica”, explicó Ramírez.
Otro sector en el que también el ciclo económico ha impactado los resultados es la agroindustria. “El margen bruto estuvo afectado por la disminución en los precios internacionales del caucho y del aceite de palma, cuyo efecto se acentuó debido a la revaluación peso colombiano”.
El margen bruto del sector turismo fue 10 % superior al observado en 2022, favorecido por los incrementos en tarifa y la contribución de la línea de alimentos y bebidas (estrategia de los últimos años de Hoteles Estelar), que compensaron el impacto del cese de operaciones de las aerolíneas de bajo costo y la contracción de la demanda.
Ramírez señala que la ocupación hotelera después de la pandemia ha estado en niveles altos. Sin embargo, se ha venido también ralentizando, principalmente por efecto de la menor actividad económica.
Ojo a la inversión
Lo que más le preocupa es el decrecimiento de la inversión agregada, porque “una baja inversión hoy significa bajo crecimiento de actividad económica en el futuro”, dice Ramírez. A pesar de esa tendencia general, Corficolombiana pasó de invertir 1,5 billones en 2023 a 2 billones de pesos este año, de los cuales aproximadamente 890.000 millones de pesos se irán en infraestructura de carreteras (4G), 900.000 millones de pesos para el sector de energía, principalmente a través de Promigás, y el resto en agroindustria y turismo.
Confía en que las tasas de interés bajen, “ojalá en el muy corto plazo. Y cuando uno invierte en el largo plazo, pues tiene que ver más allá de los ciclos puntuales, estamos seguros y confiamos en que la economía tomará otra vez su senda de crecimiento y ahí estamos nosotros listos para invertir”.
Cuando se evalúan grandes inversiones a largo plazo, la incertidumbre y el marco regulatorio del país son claves, y más en sectores como infraestructura y energía, por ello considera tan importante “tener unas reglas de juego claras y estables”.
En infraestructura ve nuevos retos. El número de proyectos ha disminuido y el interés del Gobierno está en el sector férreo, y estructurar estos nuevos proyectos toma tiempo y coincide con dificultades fiscales que limitan la capacidad para invertir. Ante ello, Corficolombiana sigue buscando opciones para ampliar sus negocios y evalúa proyectos en Latinoamérica. También está viendo iniciativas privadas, como el aeropuerto de Cali. Algunos proyectos han sido complejos, como la vía al Llano, pero le apuesta porque reconoce su importancia para el desarrollo del país. “Es prácticamente la única comunicación que tiene el país con la media Colombia de la altillanura. Nosotros llevamos muchos años en esa carretera. Tiene un problema, un reto geológico estructural que nosotros hemos enfrentado”.
Otra de las nuevas miradas se da en el sector energético, que está cambiando en Colombia y en el mundo, y aquí la seguridad en el suministro y la transición hacia energías más limpias también lleva a replantear inversiones.
Gran parte de la nueva inversión de Corficolombiana se destinará a adecuar la infraestructura de transporte, distribución y regasificación a las nuevas necesidades y a las nuevas ofertas de gas, también para ir preparándose en caso de importar gas, tal y como auguran algunos expertos, ante el asomo de escasez de reservas de esta energía. Están atentos a las medidas gubernamentales para garantizar el suministro y señalan que “la energía más cara es la que no se tiene”.
Y en línea con la transición hacia energéticos más limpios, la empresa también está lista a impulsar energías renovables como la solar y el desarrollo del hidrógeno “Hay varias formas. Uno es a partir del gas. Nosotros estamos trabajando en la generación de lo que se llama hidrólisis, es decir, a través del agua, que implica un proceso de descomposición, el cual necesita energía eléctrica, que debe provenir de fuentes limpias. Entonces, uno genera la energía, por ejemplo, a través de paneles solares y con esa energía descompone el agua y produce el hidrógeno”, explicó Ramírez.
En menor porcentaje, del portafolio de inversión de Corficolombiana, el turismo y la agroindustria son otras de sus apuestas. Sin embargo, preocupa, además de los vaivenes de los commodities, la seguridad en las zonas rurales del país y en las ciudades. “Es un tema que no puede pasar desapercibido y que consideramos fundamental, porque sí creemos en el campo, en el sector agroindustrial, creemos en la potencialidad turística que tiene Colombia. Hemos invertido y estamos en esos sectores hace mucho tiempo y creemos que tienen demasiado potencial y seguimos invirtiendo en ellos”.
Para Ramírez, el mensaje es de optimismo, es de convicción. “Acá estamos, acá nos gusta estar. Estamos para largo plazo y seguimos evaluando oportunidades de inversión en Colombia”.