Estos son tiempos en los que todo el planeta está buscando razones para el optimismo. La recaída de muchos países en las cuarentenas por los rebrotes de coronavirus golpeó las expectativas de todos los que ahora empiezan a dudar sobre si realmente entramos en una etapa de recuperación.
Sin embargo, hay una señal positiva que parece estar levantándose en el horizonte, especialmente para los países productores de petróleo como Colombia: el precio de este commodity empezó a repuntar y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) envió un mensaje claro sobre su compromiso de mantener la restricción en la producción y lograr una mejor cotización.
Por eso, durante las primeras semanas de 2021, las cotizaciones de este producto han sorprendido favorablemente y ya causan entusiasmo entre algunos analistas. Por ejemplo, el petróleo Brent se ha mantenido durante varias jornadas alrededor de los 56 dólares. Cabe recordar que hace menos de tres meses había tocado un mínimo de 37 dólares.
El WTI, por su parte, superó la barrera de los 50 dólares, máxima cotización después de la debacle de abril del año pasado, cuando esta clase de crudo, por un fenómeno estrictamente contractual, llegó a cotizarse a menos 37 dólares.
La razón de este repunte de comienzos de año es la positiva primera reunión de la Opep+ (como se le conoce a la suma de los países Opep con otros productores importantes como Rusia) realizada el pasado 5 de enero.
En esa reunión, Arabia Saudita, uno de los principales países petroleros, anunció un recorte voluntario adicional en la producción, equivalente a un millón de barriles diarios.
El anuncio causó sorpresa y contrasta con la situación entre los países productores a comienzos del año pasado, cuando por cuenta de la guerra de precios, la cotización llegó a niveles históricamente bajos. Sin embargo, esa estrategia es consistente con un panorama oscuro en materia de demanda: según la Agencia Internacional de Energía, este año se prevé una caída en la demanda de por lo menos 300.000 barriles diarios.
Así, la única opción es reducir la oferta para compensar este eventual choque de demanda.
Nelson Castañeda, presidente de Campetrol, explicó que estos recortes de producción ayudan en la recuperación de los precios internacionales del crudo, “en la medida que buscan equilibrar el balance del mercado, que en el último año se ha caracterizado por una demanda debilitada por el impacto de la pandemia. De esta manera, a pesar de que en la actualidad el principal determinante del mercado mundial del crudo es el consumo y sus perspectivas, el acuerdo de recortes al suministro permitió la corrección de la sobreoferta mundial, y les brindó cierta estabilidad al alza a los precios, lo que resulta positivo para la economía colombiana de cara al proceso de reactivación que necesita el país”.
Precios sostenibles
Sobre lo que no hay consenso aún es si esta tendencia es sostenible y si un aumento de precios del crudo en medio de la incertidumbre que origina la pandemia puede durar más que unos meses.
De hecho, ante la expectativa de que las cuarentenas y las restricciones en la movilidad sigan siendo la regla en el mundo, lo que se debería esperar es que la tan anhelada recuperación de la demanda se demore más de lo esperado, con lo que se vendría de nuevo una caída en la cotización del oro negro.
El exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas es más optimista. Para él, un factor decisivo es que la economía mundial va a seguir recibiendo estímulos considerables. Tan solo el presidente entrante de Estados Unidos, Joseph Biden, anunció un estímulo adicional equivalente a dos billones (millones de millones) de dólares.
“Una buena parte de ese estímulo se va a ir al consumo de combustibles”, dijo, lo que hace esperar que la presión por el lado de la demanda internacional se mantenga.
En el mismo sentido se pronunció Kathryn Rooney Vera, directora de investigación macroeconómica global y estrategia de inversión en Bulltick Capital Market. Para ella, la recuperación económica que se va a evidenciar hará que los commodities, entre ellos el petróleo, tengan un mejor comportamiento este año.
¿Y Colombia?
El precio del petróleo es una variable clave para la situación económica de nuestro país. La vigencia anterior fue la más dura en la historia para la principal compañía petrolera del país, Ecopetrol, y el contraste es evidente con lo que pasó en 2019. En esa vigencia, Ecopetrol le pasó al Gobierno nacional a través de utilidades, impuesto de renta y regalías cerca de $26,3 billones. Solo en utilidades fueron girados $13 billones.
Es claro que por cuenta de los resultados del año pasado, en 2021 la administración central no va a recibir ni la mitad de esos recursos.
Por eso hay mucha expectativa con lo que pueda pasar en materia de precios de aquí a diciembre, porque eso puede representar una diferencia considerable.
Por cada dólar adicional en el precio promedio del crudo durante un año completo, el Estado colombiano puede agregar unos 400.000 millones de pesos por la vía de dividendos, impuestos y regalías. Así que si el precio promedio anual aumenta 10 dólares, mágicamente les aparecerán cuatro billones de pesos más a las arcas públicas.
De ahí el optimismo entre algunos analistas: actualmente el precio del crudo está cerca de los 56 dólares el barril, esto es más de 10 dólares por encima del precio con el que Ecopetrol proyectó toda su operación para 2021, que fue de 45 dólares.
A esto se suma que la compañía ya ha hecho la tarea en materia de ajuste y ahorros, y que hoy puede dar utilidad inclusive con precios entre 30 y 35 dólares el barril.
La mira estará puesta en la recuperación mundial, especialmente la de China y Estados Unidos, lo que podría ayudar a mantener el precio en niveles de más de 50 dólares, lo cual sería la mejor noticia para el país en este frente.
No obstante, las alarmas están encendidas: la pandemia no da señales de ceder terreno y esto podría condicionar la recuperación económica este año, aplazando así una mayor actividad y, en consecuencia, generando una menor demanda de combustibles. El riesgo está latente.
Colombia no ha podido dejar su dependencia del crudo. Lo que pase con este producto significa un impacto grande para la economía local. Por esta razón hay que cruzar los dedos para que el precio de este commodity se mantenga por encima de los 55 dólares. Esto haría muy felices a los colombianos y sería una noticia muy positiva en medio de tanta incertidumbre.