Pedidos de renuncia al presidente del Banco Mundial, David Malpass, se conocieron el miércoles luego de que rehusara hablar sobre el impacto de las energías fósiles en el recalentamiento del planeta, en un evento en Nueva York.
Interrogado en una mesa redonda dedicada al financiamiento de la lucha contra el cambio climático, Malpass se negó a dar una respuesta.
“¿Acepta usted el consenso científico de que el uso de energías fósiles recalienta peligrosa y rápidamente el planeta?”, le preguntó el moderador del evento, a lo que el jefe del Banco Mundial rehusó responder.
La mesa redonda, organizada el martes por el diario The New York Times, se desarrolló en el marco de la Semana del Clima en Nueva York, al margen de la Asamblea General de Naciones Unidas.
Luego de varias preguntas para saber si reconocía el hecho de que las energías fósiles tenían un impacto real en el recalentamiento terrestre, por fin y presionado por el público Malpass declaró que no sabía.
“No soy un científico”, se justificó Malpass, que prefirió destacar el “enorme esfuerzo” realizado por el Banco Mundial para ayudar al financiamiento contra el cambio climático.
Su comentario suscitó numerosas reacciones de parte de oenegés especializadas y que solicitaron su renuncia.
“El Banco Mundial no puede ser dirigido por un escéptico (del cambio) climático. El presidente (Joe) Biden y el consejo de administración de la institución deben licenciarlo de inmediato”, declaró en un comunicado Luisa Galvao de la asociación Amigos de la Tierra.
“Con Malpass a la cabeza, no se puede confiar en el Banco Mundial como aliado del desarrollo sostenible”, dijo a su turno Bronwen Tucker, de Oil Change International.
El Banco Mundial no respondió a las solicitudes de comentarios hechas por la AFP.
La víspera, el exvicepresidente estadounidense Al Gore acusó a Malpass de ser un “escéptico del cambio climático”, estimando que había sido incapaz de mejorar el financiamiento de proyectos climáticos en países en desarrollo.
Considerado fiel partidario del expresidente estadounidense Donald Trump, quien propuso su candidatura, Malpass fue elegido como presidente del Banco Mundial en abril de 2019.
Parece inevitable: en 2023 habrá recesión, advierte el Banco Mundial
La inflación en el mundo está alcanzando niveles históricos y no cede. Las presiones en los precios se mantienen –luego de la recuperación económica y el fortalecimiento de la demanda– por las tensiones que ha generado en materia de suministro de petróleo, gas, alimentos e insumos, el conflicto entre Rusia y Ucrania, jugadores clave en estos sectores. Los precios en estos sectores han ido al alza amenazando no solo la seguridad energética, sino también la alimentaria.
Para atajar el aumento en los precios, los bancos centrales de los países han venido aumentando las tasas de interés, llevándolas a los mayores niveles de los últimos años. Solo en el caso de Colombia, la inflación a agosto fue del 10,8 % anual, mientras que las tasas están en 9 % y en la reunión de la junta directiva del Banco de la República de finales de este mes, los analistas no descartan que llegue a doble dígito.
Sin embargo, parece que el remedio puede resultar peor que la enfermedad. El Banco Mundial, en un estudio reciente, advirtió que “cuando los bancos centrales de todo el mundo aumentan simultáneamente las tasas de interés para responder a la inflación, el mundo podría estar avanzando poco a poco hacia una recesión global en 2023 y una serie de crisis financieras en los mercados emergentes y las economías en desarrollo que les podrían causar daños duraderos”.
La entidad señala que los bancos centrales de todo el mundo han estado subiendo las tasas de interés este año con “un grado de sincronización no visto en las últimas cinco décadas”, una tendencia que probablemente continuará hasta bien entrado el año próximo, de acuerdo con el informe. Sin embargo, es posible que la trayectoria prevista en la actualidad de los aumentos de las tasas de interés y de otras medidas de política no sea suficiente para reducir la inflación mundial a los niveles registrados antes de la pandemia.
Los inversionistas esperan que los bancos centrales aumenten las tasas de política monetaria mundiales hasta casi un 4 % de aquí a 2023, una cifra que representa un aumento de más de 2 puntos porcentuales por sobre el promedio de 2021.
En el estudio se plantea que, a menos que las disrupciones en el suministro y las presiones del mercado laboral disminuyan, esos aumentos de las tasas de interés podrían dejar la tasa de inflación básica mundial (sin incluir la energía) en alrededor del 5 % en 2023, casi el doble del promedio quinquenal antes de la pandemia.
*Con información de la AFP.