A finales de septiembre, la expectativa y el consenso en los mercados era que la Junta Directiva del Banco de la República redujera en 75 puntos básicos las tasas de interés, e, incluso, el mismo ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, alcanzó a mencionar que era el momento de bajarlas 100 puntos básicos.
Sin embargo, la junta sorprendió con una votación apretada de cuatro contra tres, por una reducción de 50 puntos básicos. Y el asombro fue mayor cuando se conoció el dato de inflación de septiembre, que, en términos anuales, se ubicó en 5,81 por ciento, frente al 6,12 que había registrado en agosto pasado.
De hecho, la cifra anual de septiembre es la más baja desde diciembre de 2021, y el resultado tiene un especial valor porque se dio en medio del paro camionero y con un incremento de 400 pesos en el galón del diésel, como parte del acuerdo para levantar la protesta.
Esta situación deja sobre la mesa un panorama que ha generado controversia en los últimos días, pues las tasas de interés están en 10,25 por ciento, mientras la inflación se ubica en 5,81 por ciento, lo que, para muchos, en especial desde el Gobierno y el sector privado, manifiesta un espacio para una reducción mucho más agresiva de las tasas con el fin de impulsar el crecimiento y la inversión. Por ello, cada vez es mayor la expectativa de la reunión de la Junta Directiva del Emisor de finales de octubre.
En las minutas de la pasada reunión se destacó que el grupo mayoritario que definió la reducción de 50 puntos consideró que las condiciones son favorables para proseguir con el relajamiento de la política monetaria y destacó la que calificó como “sustancial” disminución de la inflación anual durante julio y agosto, la reducción de las expectativas de inflación implícitas en el mercado de deuda, el reciente recorte de la tasa de interés, así como las señales de futuras disminuciones hechas por la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED).
Si al parecer la inflación está bajo control, ¿por qué la junta del Banco no baja con mayor velocidad las tasas?
Para César Pabón, director de Estudios Económicos de Corficolombiana, “en materia de inflación el riesgo más latente es arriendos, que pesan una cuarta parte del IPC y están bastante rígidos”. Explica que, según el Banco de la República, la inflación debería llegar a su rango meta a mediados del próximo año, “pero si componentes como arriendos no se desaceleran, será difícil incluso alcanzar ese objetivo”. Pero hay otros factores. Según las minutas, las primas de riesgo en América Latina aumentaron y en Colombia lo hicieron en mayor proporción. “Así lo muestran los Credit Default Swaps (CDS) para Colombia (una medida de riesgo de la deuda a distintos horizontes), los cuales se ubican actualmente por encima de sus principales pares latinoamericanos y de otras economías emergentes”, señala, y agrega que esto está asociado, entre otros factores, a la reducción en los precios internacionales del petróleo y a un tema en el que insiste: la retadora situación fiscal en el frente local.
Juan David Ballén, director de Análisis y Estrategia de Casa de Bolsa, también indica que la prima de riesgo está muy alta “y eso era algo que no sucedía antes en otros ciclos económicos. Por eso es importante mantener aún la cautela en materia de tasas”. Añade que si Colombia recorta 50 puntos básicos tendría una tasa a un dígito, que sería baja frente a economías comparables, teniendo en cuenta que “somos el país más riesgoso”.
Los estimativos están sobre la mesa. Mientras Casa de Bolsa, por ejemplo, calcula que la reducción de tasas en la próxima reunión de la junta será de 50 puntos básicos, para el equipo de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá llegará a 75. Pabón, de Corficolombiana, considera que bajarán 50 puntos, pero dice que hay espacio para reducir más.
¿Qué podría meterle presión a la junta para que no realice reducciones mayores a los 50 puntos básicos? Como explica Camilo Pérez, jefe de Investigaciones Económicas del Banco de Bogotá, hay inquietud por noticias que se puedan generar en estos días en el frente fiscal, las cuales podrían modificar el escenario. Y a mediados de esta semana hubo una información que generó preocupación: entre enero y septiembre de este año, el recaudo tributario llegó a 206,83 billones de pesos, mientras que en el mismo periodo del año anterior fue de 224,53 billones, es decir, 7,9 por ciento por debajo.
“El tema fiscal sigue generando mucha incertidumbre, en particular con la discusión del Presupuesto General de la Nación del próximo año, con el cumplimiento de la regla fiscal de este año, pero además con este nuevo ítem: la discusión del proyecto de ley del Sistema General de Participaciones. Esto, naturalmente, se convierte en un gran riesgo”, dice Pabón.
La preocupación fiscal es muy alta y, en un evento de Corficolombiana, quedó demostrada cuando Roberto Steiner, codirector del Banco de la República, advirtió: “La política fiscal, y esto es cierto en muchos países, no facilita una postura de política monetaria muy diferente a la que tenemos. Podríamos tener una política monetaria menos contractiva si la situación fiscal fuese distinta, pero la situación fiscal es la que es y es un insumo para las decisiones de la autoridad monetaria. Estamos siendo cautelosos, tiene costos evidentes, pero también tiene beneficios”.
Colombia, Brasil y México registran las mayores primas de riesgo y, como advirtió Steiner, si un país está muy endeudado, enfrenta primas de riesgo más altas y esto lleva a tasas de interés elevadas.
En su exposición, el codirector del Banco de la República explicó el caso de Brasil, que empezó a bajar las tasas de interés. “Se le fue la mano y ahora las ha tenido que subir y la expectativa es que las siga subiendo”, afirmó y agregó: “Al final uno no se hace matar por bajar la tasa de interés 75 puntos o 50 puntos, pero sí soy un firme convencido de que no las debemos bajar para volverlas a subir”.
Además, hay varios interrogantes para tener en cuenta en el entorno. Según Ballén, son muy pocos los países que han podido tener una tasa de interés baja con relación a la inflación, y aquellos que lo han hecho han visto que el dólar ha subido fuertemente. Asegura que dadas las circunstancias actuales es posible que la tasa en términos reales siga siendo alta respecto a la historia y advierte que hay que evitar la fuga de capitales.
“Normalmente se habla de fuga de capitales internacionales, pero creo que el inversionista extranjero que está en el país ya conoce las circunstancias a las cuales se enfrenta y no pienso que sea el que más se asuste. Sí nos preocupa, por ejemplo, el inversionista local, que tiene sus recursos aún ahorrados en pesos porque las tasas de interés son altas y cubren la devaluación, pero muchos están invertidos a corto plazo. Entonces es posible que, si las tasas de interés dejan de ser atractivas para que los inversionistas tengan el dinero aquí, los locales decidan sacar su capital. Ahí se centra también nuestra preocupación”, puntualiza Ballén.
Como suele advertir Leonardo Villar, gerente del Banco de la República, seguramente esperarán a tener más información para definir el rumbo de las tasas de interés en los próximos meses. Esto incluirá el incremento del salario mínimo, así como lo que hagan los bancos centrales de la región y la misma FED de aquí a diciembre. Sin embargo, la votación en la junta está muy apretada.
La preocupación de las tasas impacta las decisiones empresariales por el costo del dinero para las nuevas inversiones. Sin embargo, como señaló Steiner en el evento, de acuerdo con las reuniones que el Banco de la República ha sostenido con empresarios, no es la primera inquietud. Antes que ese tema, mencionan “anuncios detestables y recurrentes por parte del Gobierno contra el sector privado, inminencia de reformas tributarias que creen que pueden ir en contra de sus propios intereses, al igual que temas de seguridad no solo jurídica, sino también física”.
Y respondió las críticas que le han hecho a la junta, en el sentido de que ‘se quedó dormida’, mientras los bancos comerciales están bajando más rápido las tasas de interés. “Eso a mí me parece una buenísima situación, porque los bancos no fondean la cartera a diez años con la tasa de interés overnight del Banco de la República. Si son capaces de bajar tasas de interés a largo plazo, es porque están convencidos de que a largo plazo pueden conseguir recursos de captación más baratos. Es decir, creen que la inflación va a bajar y que las tasas nominales de interés van a ser más bajas. Eso es un respaldo muy grande a lo que está haciendo el Banco Central”.
Los ojos están puestos en la decisión de la junta. ¿Qué tan dividida estará la votación?