A medida que se acumulaban las sanciones impuestas por Occidente, la moneda rusa caía a mínimos históricos frente al dólar estadounidense. Gran parte de las reservas de divisas en poder del Banco Central de Rusia fueron congeladas y las agencias calificadoras rebajaron la calificación crediticia de Rusia a la categoría de “bono basura”. A principios de marzo, el rublo sufrió su mayor caída, de más de un 33 %, con respecto al dólar.
Desde ese momento, el rublo se ha recuperado y ahora se está comerciando en niveles cercanos a los vistos antes de la invasión rusa, una señal de que el impacto inicial de las sanciones –unas de las más duras en la historia– podría estar atenuándose. En parte, el repunte de la moneda rusa puede explicarse a través de la posición financiera fortalecida en la que se halla Rusia, gracias a un gran aumento de las ganancias de las exportaciones de gas, así como a una importante caída de las importaciones.
Según Bloomberg Economics, se espera que Rusia gane cerca de 321.000 millones de dólares (unos 292.000 millones de euros) de sus exportaciones energéticas en 2022, un tercio más de lo que ganó en 2021, si sus grandes clientes, incluyendo a la Unión Europea, continúan comprando petróleo y gas rusos. Según observadores, otro factor que puede explicar la recuperación del rublo es que está siendo apuntalado artificialmente por el Banco Central de Rusia a través de controles de capital.
“Las oscilaciones de la moneda rusa no reflejan los aspectos fundamentales de la economía rusa. La mayoría de las veces, esos fundamentos se ven reflejados en la moneda. Pero tan pronto como se implementan controles de capital, esa imagen se opaca”, dijo a DW Craig Erlam, analista de mercado sénior de Oanda (corporación líder en datos y negociación de divisas y CFD). “No hay manera de saber si la economía rusa está ahora ante el mismo panorama de mediados de febrero, antes de la invasión a Ucrania, aun cuando el rublo parezca sugerirlo”, explicó a DW.
A pesar de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó en enero que la economía de Rusia crecería este año un 2,8 %, ahora se prevé que caiga entre un 10 y un 15 %.
Impulso artificial del rublo
A medida que el rublo se hundía a raíz de la invasión y las consiguientes sanciones occidentales, el Banco Central de Rusia pasó a tener el papel de extintor de incendios para rescatar a la moneda, que caía cada vez más. Para intentar salvarla, la institución financiera duplicó la tasa de interés de referencia al 20 %, restringió el acceso de las empresas nacionales a moneda extranjera y fijó límites a los retiros de moneda extranjera. También tomó medidas para evitar la fuga de dólares, incluida la prohibición de que los inversores se deshagan de las acciones y los bonos rusos.
El rublo experimentó otro gran impulso cuando el presidente ruso, Vladimir Putin, exigió que los países “hostiles” pagaran el gas ruso en rublos, en lugar de hacerlo en euros o dólares. Putin, sin embargo, se alejó más tarde de su postura inicial permitiendo que los compradores extranjeros siguieran pagando en moneda extranjera, pero solo después de abrir cuentas especiales en el banco ruso Gazprom, que convierte esos pagos a rublos.
“Efectivamente, solo está apoyando artificialmente al rublo, mientras parece estar obligando a los compradores en países hostiles a utilizar esa moneda”, explicó Erlam. “Eso es parecido a las medidas que ya se han impuesto al banco Gazprom, y a otros bancos rusos, en términos de obligarlos a convertir el 80 % de sus pagos en moneda extranjera a rublos. Esto respalda aún más ese tipo de medidas desesperadas”.
El rublo es alimentado por “un montón de manipulación”
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo que el resurgimiento del rublo está siendo impulsado por “un montón de manipulación”. “Se impide a la gente extraer dinero en rublos, con lo cual se está apuntalando artificialmente su valor. Eso no es sostenible. Pienso que ese cambio se notará”, dijo Blinken a la cadena NBC el domingo (3.04.2022).
Los volúmenes del negocio con rublos han disminuido debido a las sanciones, y muchos corredores de bolsa y especuladores siguen desconfiando de las operaciones en esa moneda. Pero, a pesar de este reciente repunte, la perspectiva del rublo parece menos positiva a largo plazo. Se espera que la moneda rusa –que se ha debilitado notablemente frente al dólar en las últimas dos décadas– siga luchando por resurgir, mientras Occidente busca alejarse con celeridad del petróleo y del gas rusos, los salvavidas de la economía de Moscú.
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