La industria acerera del país podría tener números positivos en 2020. El presidente corporativo de Acesco, Carlos Arturo Zuluaga, dijo que desde noviembre de 2019 empezó a ver una recuperación en las ventas de los productos de esta firma y que este año también pinta bien para la actividad. En ello influyen el buen desempeño de la economía, la recuperación del indicador de obras civiles, el repunte en la construcción de vivienda y contratos asociados a grandes obras como Regiotram, ampliación de TransMilenio y primera línea de metro de Bogotá.
Pero eso no quiere decir que no persistan las preocupaciones en un entorno internacional cada vez más impredecible. El ejecutivo advirtió que la industria local del acero no se recupera del golpe que significó la norma 232, expedida por el gobierno de Estados Unidos, para establecer aranceles a la importación de este bien (junio de 2018). A esto hay que agregar que sigue entrando tubería de China a precios de dumping. "Además, es decepcionante la decisión del gobierno nacional de no interponer un gravamen ad-valorem a los tubos de acero de origen chino”, advirtió.
China produce y consume la mitad del acero del mundo. Pero está incrementando el inventario debido a la desaceleración de su economía y al coronavirus. “Las fábricas no están despachando por la epidemia”, dijo Zuluaga. Esto podría llevar a precios aún más bajos debido al aumento de la oferta. Solo el metro de Bogotá requiere 220.000 toneladas de acero (casi lo que produce Acesco en un año), por lo que el directivo pidió repetir la gestión pública hecha cuando se ejecutó Reficar. “Al comienzo del proceso de construcción de la refinería no estaba previsto comprar acero local. Sin embargo, el trabajo de la Andi y otras autoridades permitió que la industria local pudiera participar; se debe hacer lo mismo con el metro y otras obras”, aseguró Zuluaga.
El Ministerio de Industria y Comercio fijó en 2019 aranceles a las barras de acero provenientes de China y Turquía. Sin embargo, esas medidas pueden resultar insuficientesfrente al dumping o contrabando técnico. El sector acerero de Colombia ha pasado dos años difíciles. Ojalá la industria pueda aprovechar el boom en obras civiles y de infraestructura que permite pensar en un panorama despejado.