Las cuentas siguen sin cuadrarle al Gobierno. Esta semana que inicia será clave para el trámite de la ley de financiamiento que ha llevado el Ministerio de Hacienda al Congreso, en la búsqueda de recursos por cerca de 12 billones de pesos, que le permitan cerrar el hueco en el presupuesto del año entrante.
Una de las grandes razones para este apretón fiscal ha sido la destorcida en el recaudo tributario. Según un informe de Anif, en lo corrido de 2024, con corte a septiembre, el recuado alcanzó 206 billones de pesos, lo que representó una caída del 8,2 % frente al mismo periodo del año anterior. Y sus proyecciones establecen estas menores cifras de recaudo llevarían a que los ingresos del Gobierno Nacional Central terminaran el año en 276 billones de pesos.
Agrega que las proyecciones de ingresos de la nación se corrigieron a la baja a lo largo del año, y si su estimación es correcta, los ingresos del Gobierno estarían 76 billones de pesos por debajo de lo proyectado en el Presupuesto General de la Nación de 2024 aprobado el año pasado.
Quedó en evidencia que las estimaciones de ingresos del Presupuesto General de la Nación para este año fueron optimistas, dice el centro de pensamiento, y, además, “desconectadas de la realidad económica”.
Advierte que las cifras de recaudo y las de la actividad económica muestran un “divorcio” en lo corrido del año cuando, usualmente, los impuestos están en función de la actividad económica, y hoy por hoy, son difíciles de conciliar.
¿Qué afectó el recaudo? Varios factores se han sumado y Anif realizó un ejercicio para analizar esta situación y cuantificar las dos principales explicaciones: por una parte, los mayores anticipos de renta en 2023 y, por otra, una composición de crecimiento desfavorable al recaudo.
El presidente Gustavo Petro ha mencionado que la caída en las cifras de recaudo se explica por un error de calibración en los anticipos de renta por cuenta de un decreto de febrero de 2023 firmado por el entonces ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, que condujo a un mayor recaudo en 2023, en detrimento de los ingresos fiscales durante 2024. Según el mandatario, el decreto fue motivado por un intento de mostrar el éxito de la reforma tributaria y un aumento rápido y significativo del recaudo. “Los datos de recaudo en 2023 le dan algo de razón al presidente. El recaudo en materia de renta aumentó mucho más que la actividad económica el año pasado. Este desfase puede explicar parcialmente por qué las cifras de recaudo en 2024 exhiben importantes caídas”, dice Anif en su informe.
Además, analistas y la misma Anif han manifestado su preocupación por la desaceleración de varios sectores económicos que, en años anteriores, han tenido papeles relevantes para el recaudo en materia de renta corporativa.
“Los sectores de hidrocarburos e industria, por ejemplo, siguen exhibiendo cifras de caída en actividad con corte al tercer trimestre. El valor agregado en el sector de minas y canteras tuvo una caída de 7,1 % anual en el tercer trimestre de 2024, mientras la industria se contrajo 1,3 % durante el mismo período. El sector de comercio, por su parte, exhibió un crecimiento de 1 %, inferior al 2,1 % de la economía como un todo. Vale la pena recordar que estos tres sectores explicaron el 64 % del recaudo de renta corporativa del período 2021-2023″, señala Anif.
Anota el informe que la evolución del valor agregado de la economía difiere del PIB por la exclusión del rubro de impuestos menos subvenciones, y del valor agregado de cada uno de los sectores económicos ponderado por la participación respectiva en el recaudo de renta del año anterior. Esta última medida muestra cómo el PIB “relevante” desde el punto de vista de recaudo de renta se encuentra en terreno negativo.
Al revisar la evolución del valor agregado de la economía –que difiere del PIB sólo por la exclusión del rubro de impuestos menos subvenciones– y del valor agregado de cada uno de los sectores económicos ponderado por la participación respectiva en el recaudo de renta del año anterior, muestra cómo el PIB “relevante” desde el punto de vista de recaudo de renta se encuentra en terreno negativo, dice el informe.
“Desde abril de este año, en Anif advertimos que la divergencia sectorial, sobre todo en los sectores de mayor contribución al impuesto de renta corporativa y el resto, tendría un efecto adverso en el recaudo tributario. Resulta difícil diferenciar y cuantificar las dos hipótesis detrás de la caída en el recaudo en 2024″, agrega el análisis.
En el ejercicio teórico que adelantó Anif, para aislar el efecto de mayores anticipos, simuló el recaudo de renta corporativa con base en el crecimiento del PIB nominal, asumiendo un valor de la elasticidad de dicho recaudo frente a la actividad económica de 1,1 %. Este ejercicio permite calcular un escenario teórico de cuánto hubiera sido el recaudo tributario en ausencia de mayores anticipos de renta empresarial el año pasado.
“Nuestros cálculos sugieren que el recaudo bruto consistente con el crecimiento del PIB con corte a septiembre habría sido de 208 billones de pesos, solo 2 billones de pesos superior al observado. Ahora, para calcular el impacto de los anticipos en 2023, calculamos el “exceso” de recaudo en renta el año pasado y lo sumamos a los ingresos fiscales en 2024 consistentes con el crecimiento económico. Así, los ingresos tributarios brutos ascenderían a 235 billones de pesos para los primeros tres trimestres de este año”, explica la asociación.
A su vez, para desagregar el efecto entre anticipos y composición del crecimiento, en el ejercicio estimó también el recaudo de renta en función del PIB de los sectores más relevantes desde el punto de vista de renta corporativa: minas y canteras, industria y comercio. “Este escenario alterno, acota el informe de Anif, permite aproximarnos al efecto de la composición del crecimiento en las cifras de impuestos. El recaudo hubiera sido 17 billones de pesos superior si no se hubieran dado mayores anticipos de renta en 2023, y 12 billones de pesos mayor si el efecto de composición del crecimiento no estuviera presente en la economía”.
Estos cálculos sugieren, como lo advierte el análisis, que el efecto de los anticipos fue importante, pero no explica la totalidad de la caída del recaudo en 2024. El próximo año la calibración de anticipos no jugará un papel relevante, pero sí lo será el crecimiento económico y su composición.
Para Anif, este ejercicio sirve de llamado para el manejo prudencial de la planeación fiscal. Aunque el centro de pensamiento espera que 2025 sea un año de mayor crecimiento económico que el previsto para 2024, la composición sectorial continuará sesgando a la baja el recaudo tributario en la medida en que es probable que la actividad de hidrocarburos continúe en terreno negativo.
“El Presupuesto General de la Nación para 2025, en espera de sanción presidencial, presupone ingresos del Gobierno Nacional Central por 343 billones de pesos, un 24 % superior a nuestro estimado para cierre de 2024. Esta cifra parece improbable, más teniendo en cuenta el ejercicio que aquí presentamos y la evidencia a favor de la relevancia de la composición sectorial de crecimiento. Hacemos un llamado al Gobierno para que sancione un Presupuesto mucho más austero, reconociendo la débil dinámica observada de recaudo y recordando que, en 2025, no podrá excusarse en retenciones y anticipos”, concluye el informe.