Quieto en primera. Así está el proceso de negociación entre el Gobierno nacional y los transportadores de carga, para el incremento en el precio del diésel, uno de los combustibles que, según lo ha expresado el Ministerio de Hacienda, contribuyó grandemente a aumentar el hueco fiscal generado por los subsidios que se aplicaron a la gasolina y el ACPM durante años.
Desde el año pasado, tras un anuncio hecho en octubre, se empezaron las negociaciones con los representantes del transporte de carga, que es el que más utiliza el diésel para su operación. En cada una, las partes se levantaban de la mesa sin un acuerdo definitivo, pese a que se hablaba de propuestas de un lado y del otro.
Eso sí, por el lado de los transportadores, la posición se ha mantenido en que no aceptan un incremento basado en el precio de paridad internacional, como ocurrió con los aumentos aplicados a la gasolina.
El Ministerio de Hacienda, por su parte, luego de escuchar las propuestas de los transportadores, según ellos mismos lo refieren, quedó de llevar una contrapropuesta.
No obstante, desde el 7 de febrero, cuando se realizó el último de muchos encuentros (nueve), no hay ningún avance.
Esta semana, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, se refirió al tema, y aseguró que, aunque los transportadores demuestran la voluntad de negociar, “siguen amenazando con paro”. Agregó: “Se autosubieron el diésel y nadie lo ha movido”.
En un pantano
De esa manera, el proceso de negociación para aplicar el incremento del diésel, asunto que no tendría escapatoria, pues sigue agrandándose el déficit fiscal que provoca este subsidio al combustible, está en una especie de pantano.
Por un lado, según dijo Bonilla, “esperaría que ellos (los transportadores) tomaran la iniciativa de convocar a una nueva reunión”. Por el otro, los transportadores, que se han agrupado en el gremio Unidos, insisten en que lo que se debe cambiar es la fórmula para establecer el precio, no el precio mismo.
De hecho, enviaron una carta dirigida al presidente Gustavo Petro, en la que se mostraron insatisfechos con declaraciones que había dado el ministro Bonilla, en las que señalaba al gremio de transporte como “carente de voluntad de acuerdo”.
En la misiva le expresan al mandatario de los colombianos que “el 5 de octubre de 2022, usted, señor presidente, expresando una voluntad correspondida en materia de diálogo y concertación, se comprometió con el Sector Transportador agrupado en la Cámara Intergremial del Transporte - Unidos a no modificar el precio del ACPM hasta llevar a cabo mesas técnicas para buscar una nueva fórmula para el precio de este. Compromiso ratificado por el ministro de Transporte, doctor William Camargo, el 14 de junio de 2023 en su discurso dado durante el evento de presentación formal de Unidos”.
Recordaron que, “derivado de este acuerdo, el Gobierno nacional y la Cámara Intergremial del Transporte iniciaron las mesas técnicas el 1° de noviembre de 2023, las cuales, de parte del Gobierno han estado lideradas por minHacienda (Bonilla) y otros funcionarios de alto nivel de los ministerios de Hacienda, Transporte y Minas. De parte de Unidos, los integrantes del gremio junto con el equipo técnico siempre han acompañado el desarrollo de las conversaciones.
A la fecha, enfatizaron en que han participado en nueve mesas técnicas con el Gobierno en las que, “con rigor técnico y respeto, ha presentado análisis debidamente sustentados sobre la situación económica de nuestro sector, del país, por lo cual, se propuso el ‘precio Colombia’ como nueva fórmula para fijar el precio del ACPM”.
“Lo que estamos pidiendo es más trabajo. Día a día hay menos y es por cómo están manejando la economía”, dijo Henry Cárdenas, del gremio Fedetranscarga. Esto, en referencia a que, de subirse en 3.000 pesos el precio del ACPM, “le sustraería a la economía privada 7,6 billones de pesos”, según sustentan en la carta al presidente.
En conclusión, el dilema con el aumento en el precio de este combustible sigue, pues el Gobierno no podrá evitar el incremento, y los transportadores continúan a la espera de que sea la fórmula la que se cambie. En relación con los diálogos, el ministro espera que ellos convoquen de nuevo y los dueños del volante en las carreteras esperan lo mismo del Ejecutivo. Alguien tendrá que soltar el nudo.