Durante un debate de control político en la Comisión Quinta de la Cámara, el presidente de Ecopetrol respondió a todos los cuestionamientos de los parlamentarios y, entre otras cosas, dijo que la junta directiva de la empresa tiene claro lo que él les ha dicho: que si en algún momento el buen nombre de la compañía se viera afectado por su presencia, se haría a un lado.
“No estamos ahorcando ni matando a la iguana”, señaló el directivo, quien hizo una extensa explicación de los reclamos que le hacen porque no responde sobre las investigaciones que estarían adelantando los órganos de control, sobre su accionar. “Busquen ustedes (dijo a los medios de comunicación). Yo no puedo salir a responder por investigaciones que a mí no me han hecho.”
Según las explicaciones que dio Roa, ni en la Procuraduría, ni en la Fiscalía, ni en la Contraloría ni en el Consejo Nacional Electoral ha sido citado para rendir cuentas sobre investigación alguna. “Si ustedes las tienen, por favor muéstrenmelas”, dijo Roa.
Durante el debate que tuvo lugar en el recinto del Congreso de la República, manifestó su compromiso con el cargo. “Es un compromiso honesto, transparente y tranquilo: “me haría a un lado sin necesidad de que nadie me lo pida, si en algún momento se viera afectada la compañía en su buen nombre, en su valor, en el mercado bursátil”.
Con esa prerrogativa, Roa invitó a los parlamentarios presentes en la jornada a que denuncien ante las autoridades cualquier acto de corrupción que lo involucre.
La iguana sigue robusta
El debate de control político a Ecopetrol fue solicitado por el representante a la Cámara Luis Ramiro Ricardo Buelvas. Entre otras, tenía como objetivo revisar el proyecto de distribución de utilidades de la compañía, en parte, por la reducción que tuvo en relación con el año anterior.
En general, Ricardo Buelvas, quien se remitió a las respuestas a las preguntas que le hicieron llegar al citado presidente de Ecopetrol, dijo que las explicaciones le resultaban incompleta y se metió con el interrogante que hay alrededor de la sostenibilidad de la empresa que le da la mayor parte de los recursos al Estado, en un escenario en el que no hay cabida a nuevos contratos de exploración de hidrocarburos. “El Gobierno viene a darnos respuestas en el Congreso y se van por las ramas”, dijo el parlamentario.
Por su parte, Roa empezó su defensa. Arrancó por sustentar las razones de los números del año 2023, cuando se presentó la disminución del dividendo, lo que explicó con la situación presentada a nivel global, por efecto del precio del petróleo en descenso. “Nosotros somos tomadores de precios, no somos formadores”, argumentó.
A juicio de Roa, “la iguana sigue estando robusta. Estamos trabajando para que de aquí a 2040 Ecopetrol siga siendo una industria petrolera que produzca entre 700 y 750.000 barriles diarios, de 255 a 270 millones de barriles año”.
Le reclamaron por la importación de gas a Venezuela
En relación con las recientes declaraciones de Roa, en el Congreso de Naturgás, donde habló de los avances para hacer realidad la importación de gas desde Venezuela, el parlamentario citante (Buelvas) reclamó, pues ellos estaban recibiendo un doble mensaje (a veces parece que sí, en ocasiones dicen que no importarán el hidrocarburo). “Con el gas hay un respaldo a la firmeza de la energía que no tienen las renovables”, recordó Roa.
Robledo asistió como ciudadano
El exsenador Jorge Robledo, quien en el pasado fue uno de los protagonistas de las comisiones quintas en el Legislativo, donde estuvo por 20 años, participó como ciudadano común y corriente, para lo cual tuvo que ser declarada la sesión informal. “Usted es sumiso a las políticas del presidente Gustavo Petro”, le dijo el exparlamentario al presidente de Ecopetrol, en relación con la no exploración de hidrocarburos con nuevos contratos.
El debate de control fue álgido. Concluyó en un tono más tranquilo, con el compromiso de una reunión entre congresistas y Roa, para esclarecer las verdaderas intenciones de esta nación con un posible relacionamiento con PDVSA, la petrolera venezolana que sería de nuevo sancionada por Estados Unidos y en la cual el país tiene cifradas las esperanzas de abastecimiento de gas a través de la importación.