Los precios máximos históricos que registra el dólar en Colombia no solo son un motivo de preocupación interna, sino que cada vez hay más analistas externos que están prendiendo sus alarmas sobre las implicaciones y las causas de tener una cotización de la divisa por encima de los 5.000 pesos.
El turno más reciente es para el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF por su sigla en inglés), que es la asociación global de la industria financiera, y que acaba de publicar un reporte sobre Colombia en el que asegura que los activos nacionales (la moneda y los títulos de deuda pública) se han debilitado por los crecientes riesgos políticos en medio de un contexto macroeconómico interno complicado.
En particular, se refiere a los llamados déficits gemelos, un problema de vieja data en el país. Es decir, una diferencia entre la cantidad de dólares que entran y salen del país por todo concepto (déficit de cuenta corriente) y al hueco que se produce en las finanzas públicas al Gobierno gastar más dinero del que le entra (déficit fiscal).
Esos dos déficits han empeorado recientemente y en el IIF ven un margen limitado para que se reduzcan pronto, en especial porque el actual Gobierno no reducirá mucho su gasto, sino que, por el contrario, planea aumentarlo.
“Desde abril de 2021 advertimos sobre los déficits fiscales y de cuenta corriente de Colombia, argumentando que los riesgos que estos generan solo se reducirían notablemente si se endurecía la política fiscal. En este contexto, la incertidumbre sobre las políticas de la administración de Petro ha tenido un impacto severo en el mercado”, asegura el reporte.
Los expertos del IFF señalan que, a pesar de los altos precios de las materias primas como el petróleo (lo que ayuda a que entren más dólares al país), el déficit por cuenta corriente sigue siendo obstinadamente elevado. Además, las importaciones continúan siendo muy elevadas en comparación con las exportaciones. Proyectan un déficit de cuenta corriente de 4,2 % del PIB el próximo año. Si bien es una mejora (para este año está alrededor de 6 %), dicho déficit aún requiere que siga entrando una inversión extranjera considerable y “esta podría flaquear si persiste el riesgo político”.
El reporte subraya que la presión del gasto y las altas tasas de interés hacen que el otro déficit, el fiscal, también sea difícil de bajar. “Nos parece improbable una consolidación fiscal, la cual ayudaría a reducir las primas de riesgo. Esperamos que ese riesgo se mantenga alto, especialmente en relación con otros países de la región donde la incertidumbre política también es un problema”, puntualizan esos expertos.
Mal de muchos...
Colombia pertenece a un grupo de países emergentes que tienen grandes déficits fiscales y de cuenta corriente, una combinación tradicionalmente riesgosa, pero a diferencia de las demás naciones que tienen ese problema, Colombia es el único exportador de materias primas de mercados emergentes en esta situación.
“Hasta ahora, lo han podido manejar porque los flujos de capital han sido fuertes y el interés extranjero en los bonos locales no ha decaído a pesar de los desequilibrios macroeconómicos y la incertidumbre electoral. Sin embargo, el aumento del ruido político y el riesgo de cambios en la normatividad del país pueden alterar este equilibrio rápidamente”, advierten en la IIF.
Desde esta institución, que está basada en Washington y que el año entrante tendrá a la primera mujer que la presidirá (Ana Botín, la cabeza del banco Santander) aclaran que la complicada perspectiva política y normativa de Colombia no es un caso atípico en América Latina: Chile, Ecuador, Perú y, potencialmente, Brasil también sufren de incertidumbre política y descontento social.
“Como resultado, los mercados asignan una prima de riesgo a los activos de dichos países, pero desde una perspectiva fundamental, esos mercados muestran desequilibrios macroeconómicos más pequeños que Colombia. Creemos que los desequilibrios de Colombia pueden corregirse un poco el próximo año, pero no lo suficientemente rápido como para evitar un período de alto riesgo de financiamiento”, reitera el reporte del IIF.