La ecuación que forma el presupuesto general de la nación para 2025 tiene piezas que no encajan y el Congreso de la República tendrá la misión de decidir lo que va a hacer, pues el rubro de la inversión, uno de los tres grandes que componen la carta financiera del país, se presenta con una caída de 16 % en medio de la necesidad de inyectar recursos a la economía.
Desde varias trincheras, como la de Fedesarrollo, que planteó un recorte de $26,6 billones para no incumplir la Regla Fiscal. Todo, porque está en el horizonte una reforma tributaria que pondría 12 billones de pesos, lo que implica una fuente de financiamiento aún sin definir, ya que ni siquiera se ha destapado el proyecto que llevará el Gobierno al Congreso.
La carta presupuestal, que será presentado este miércoles 14 de agosto por el ministro de Hacienda en las comisiones económicas del legislativo, va por 523 billones de pesos, de los cuales, $328 billones (63 %) se destinan a funcionamiento; $113 billones (21 %) al servicio de la deuda pública, y los restantes $ 82 billones (16 %) a la inversión pública, lo que suena escaso, ante las amplias necesidades que tienen las comunidades colombianas.
El desfinanciamiento es más alto que el que calcula Fedesarrollo
En ese contexto, el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana puso el ojo en el proyecto de Presupuesto y concluye que la desfinanciación que podría tener sería de $31,1 billones. Todo porque a los 12 billones en recaudo que fueron incluidos para que los ponga la reforma tributaria que aún no sale a la luz pública, habría que adicionarle $14,6 billones más que vendrían por el recaudo por gestión tributaria de la Dian y la lucha contra la evasión. De igual manera, hay otros $4,5 billones adicionales de recursos de capital, resultantes de las utilidades de Ecopetrol y el resto de empresas industriales y comerciales del Estado.
Partiendo de esas cuentas, según el Observatorio de la Javeriana, “en el escenario que el Congreso no apruebe la Ley de Financiamiento, la caída en el rubro de inversión pública podría llegar al 30 %.
Hasta el momento, son muchos los que se han mostrado preocupados por una reforma tributaria en una economía que ha mostrado debilidad y, como es sabido, el crecimiento de la producción es el que permite incrementar el recaudo.
¿Y la regla fiscal?
Lo que está en la mitad de esa situación es el cumplimiento de la regla fiscal, una ley que fue aprobada en Colombia para tratar de ponerle techo al déficit fiscal y garantizar así que las finanzas públicas se manejen lo más sanamente posible.
Por lo tanto, según conceptuó el Observatorio, “el cumplimiento de la regla fiscal en 2025 dependerá de una reducción del gasto y de la realización de ajustes fiscales adicionales si se concretan los riesgos de desfinanciamiento señalados”.
Una racionalización de los gastos de funcionamiento, según el Observatorio Fiscal, sería deseable en el corto plazo. Entre tanto, los expertos plantean una reforma a la estructura del gasto público en el país que garantice la sostenibilidad de las finanzas públicas, agregaron.
$21 de cada $100 es para deuda
En el análisis realizado por el Observatorio Fiscal, se evidencia lo abultada que es la destinación de recursos para el pago de la deuda. De hecho, teniendo en cuenta que se pagarán 110 billones de pesos, implicaría que “$21 de cada $100 pesos del presupuesto nacional se destinarán al pago de obligaciones crediticias”.
Ojo con el deterioro en las finanzas públicas
Para los expertos, “al ser la deuda pública el sector con mayor presupuesto, esto refleja un síntoma de unas finanzas públicas en deterioro, pues la mayor parte de este rubro se destina al pago de intereses cada vez más costosos”.
Peor aún si se recorta el rubro de inversión como se plantea en la carta financiera de 2025, donde las mayores contracciones se dan justo en áreas que requieren más recursos, como lo son Inclusión y reconciliación Social, que tendrá $5 billones menos (−39 %); Agricultura y Desarrollo Rural a la que le restan $3,9 billones (−48 %); sector TIC, con $1,4 billones menos (−43 %); Vivienda, con una resta de $1,4 billones (−24%), y Educación con $800 mil millones menos (−9 %).
Aparte de esos números tan grandes con el signo menos por delante, hay que sumar la preocupación por la posibilidad de una caída más pronunciada, si no llega a concretarse la reforma tributaria.
Es decir, apuntes para los congresistas.