La crítica situación por la que atraviesan las aerolíneas del mundo debido a la pandemia del coronavirus, llevó a Avianca a acogerse al Capítulo 11 en Estados Unidos este fin de semana. Pero, ¿qué significa esto? Más conocida como ley de quiebras, este es un proceso legal establecido en EE. UU., con el cual las empresas pueden reorganizarse y completar una reestructuración financiera bajo la lupa del sistema judicial de ese país. En pocas palabras, la aerolínea pone su marca, patrimonio y rutas como garantía ante un juez, de tal modo que este le dé un salvavidas para aplazar el pago de deudas y obligaciones, al tiempo que sigue operando normalmente. Según Anko van der Werff, CEO de Avianca, este es "el mejor camino a seguir para proteger los servicios esenciales de viaje y transporte aéreo que proporcionamos en Colombia y en otros mercados en toda América Latina".

Por su parte, Juan David Ballén, director de Análisis y Estrategia de Casa de Bolsa, señaló que el fin último es que la empresa vuelva a ser rentable, por lo cual se le permitirá a Avianca seguir volando, una vez los países reactiven el transporte aéreo.

La reestructuración "es el mejor camino a seguir para proteger los servicios esenciales de viaje y transporte aéreo que proporcionamos": Anko van der Werff, CEO de Avianca. "La administración de la empresa continúa realizando operaciones en el día a día, pero es un tribunal de bancarrota el que debe tomar todas las decisiones de negocios importantes (...). El Capítulo 11 proporciona un proceso para rehabilitar el negocio endeble de la empresa, en el cual a veces hace funcionar un plan de manera exitosa para recuperar su rentabilidad", pero en otras no lo logra y se liquida, explica. En este caso, se trata de mantener la operación de la compañía lo más normal posible, pero tras bambalinas se renegocian deudas y otras obligaciones, como pedido de aviones o pago de arrendamientos. Para esto, también se le permitiría a Avianca que sus acciones y bonos se sigan cotizando en el mercado de valores colombiano, aunque los tenedores de bonos dejarán de percibir intereses y pagos de capital, y los accionistas no tendrían dividendos. "Si usted es tenedor de bonos, es posible que reciba nuevas acciones, bonos nuevos o una combinación de acciones y bonos. Y si es accionista, es probable que el administrador fiduciario le pida que devuelva sus acciones a cambio de una participación en la empresa reorganizada. La nueva participación puede ser más pequeña en número y puede valer menos ", añadió Ballén.

La decisión de la aerolínea era previsible, ya que más del 90 % de sus aviones se mantienen en tierra desde que comenzó la cuarentena en Colombia, eso sin contar con las dificultades que arrastraba desde el año pasado. Según analistas de Corficolombiana, "Avianca evidenciaba desde 2019 una frágil posición financiera, con un elevado nivel de apalancamiento y una débil posición de liquidez, y la diseminación de la covid-19 ha generado un impacto significativo en su dinámica operacional, provocando una reducción en sus ingresos consolidados de más del 80 %". Este proceso no es desconocido para la empresa. De hecho, en 2003 se acogió al mismo Capítulo 11 en EE. UU., debido a la crisis que tuvo el sector después de los atentados al World Trade Center, en Nueva York. En su momento, esta reorganización le permitió a Avianca fortalecerse para su posterior expansión en América Latina, aun cuando cargaba deudas por más de US$270 millones.

Hoy, 17 años después, la historia se repite con un factor externo a Avianca, que tendrá que sentarse con acreedores y accionistas para trazar un plan de reorganización detallado. Este último debe ser aceptado por los acreedores, tenedores de bonos y accionistas, y finalmente aprobado por un tribunal norteamericano. Para lograrlo, la aerolínea contrató a un equipo de alto nivel conformado por empresas como Seabury Securities LLC, FTI Consulting, Milbank LLP, Gómez-Pinzón Abogados y Urdaneta, entre otros.