El pasado viernes el Dane reveló una reducción de la tasa de desempleo por segundo mes consecutivo con lo que está se ubicó en 15,8 por ciento durante el mes de septiembre.
Esto significa no solo una reducción frente al mes inmediatamente anterior, cuando alcanzó el 17 por ciento, sino una mejora significativa frente a los peores meses de la pandemia cuando el desempleo alcanzó niveles superiores al 20 por ciento.
Una buena noticia para muchos analistas y el Gobierno que destacaron como alrededor de un millón de personas había recuperado o encontrado empleo durante septiembre, por cuenta de la mayor reapertura de la economía. Desde abril se habrían recuperado alrededor de 3,7 millones de empleos.
Sin embargo, esta reducción del desempleo podría ser engañosa y representar un análisis incompleto de lo que está pasando en el mercado laboral. La tasa de desempleo no solo sigue siendo muy alta y la velocidad de recuperación del mercado laboral disminuyó considerablemente en septiembre, sino que dicha recuperación se dio con una fuerte caída de la tasa global de participación. Es decir, con mucha menos gente buscando empleo o ingresando a la fuerza laboral por lo que habría un gran desempleo oculto.
Para ser clasificado como desempleado una persona debe haber buscado activamente trabajo durante el mes de referencia sino lo hicieron pasan a ser considerados dentro de la población inactiva. Sin embargo, es claro que muchas personas no habrían buscado trabajo por efectos de la misma pandemia y las aún altas medidas de restricción en algunos sectores que requieren un alto contacto como bares, restaurantes, hoteles, entretenimiento y espectáculos, entre otros
En septiembre de 2020, la población inactiva del país fue 15,9 millones de personas, es decir, 1,2 millones más frente a septiembre del año anterior.
Si este millón de personas se consideraran efectivamente desempleados como es probable que lo sean resulta que la tasa de desempleo no sería del 15,8 por ciento, sino que se habría quedado estancada alrededor del 20.
Exactamente si la tasa de participación que se ubicó en 60,1 por ciento en septiembre de este año se hubiera mantenido en los mismos niveles del año pasado cuando fue del 62,8, la tasa de desempleo en septiembre sería del 19,31.
Esto es 3,5 puntos porcentuales más ante este un poco más de un millón de desempleados ocultos que habría hoy en el país.
La tasa de desempleo actual sigue siendo muy alta. No solo representa un aumento de 5,6 puntos porcentuales frente al mismo mes del año anterior sino que indica que la población desocupada en Colombia en septiembre de 2020 fue 3,8 millones de personas, 1,3 millones más en comparación con el mismo mes del año anterior.
Sin embargo, si se considera los desempleados ocultos lo sería mucho más pues hoy habría alrededor de 4,8 millones de personas sin trabajo, lo cual significa que el número de desempleados en el país prácticamente se duplicó por cuenta de la pandemia.
Lo más preocupante de las cifras del mercado laboral es que pierde velocidad de recuperación en septiembre. Los indicadores de empleo siguieron recuperándose en septiembre, aunque a un menor ritmo frente a lo observado en agosto.
Esto significa que las ganancias de la reapertura sobre el mercado laboral ya se dieron y comenzarán a ser menores en los próximos meses. Por lo que se corre el riesgo que el desempleo se “estabilice” alrededor de los niveles actuales.
Algo preocupante que merecería acciones más contundentes y de emergencia por parte tanto de los gobiernos nacionales como territoriales. Hay que recordar que la tasa de desempleo en el total de las 13 ciudades y áreas metropolitanas fue 18,3 por ciento, lo que representó un aumento de 8,2 puntos porcentuales frente al mismo mes del año anterior (10,1 por ciento).
Además que la crisis ha afectado especialmente algunas poblaciones como las mujeres y los jóvenes. En septiembre, la tasa de desempleo de los hombres fue del 12,3 por ciento mientras que para las mujeres alcanzó el 20,7, por lo que la brecha de generó se aumentó.
Y podría ser peor. De las 1,2 millones de personas que en septiembre de 2020 se sumaron a la población inactiva del país, 951.000 eran mujeres, y de estas, 544.000 se encontraban entre los 25 y 54 años. Es decir, que el desempleo “oculto” sería mayor en las mujeres que son quienes tienen el peso de encargarse de las laborales del hogar.
Los jóvenes son otra de las poblaciones más afectadas. La tasa de desempleo de las personas de 14 a 28 años se ubicó en el 25,9 por ciento, frente a 18,1 que se alcanzó en el mismo periodo del año anterior (variación estadísticamente significativa). Ibagué registró la tasa de desempleo juvenil más alta (39,5); mientras que Barranquilla tuvo la más baja (20,4). En Bogotá alcanzó el 30,7, por encima del promedio nacional.
Un reciente estudio de la iniciativa Global Opportunity Youth Network (GOYN) que opera en Colombia a través de Fundación Corona, encontró que más de una tercera parte de los jóvenes en Bogotá ni estudian ni trabajan o están en la informalidad. La mayoría de estos jóvenes se concentra en Kennedy, Ciudad Bolívar, Suba y Bosa.
Además, encontró que la probabilidad de un joven en Bogotá no estudie ni trabaje es del 14 por ciento si pertenece a un hogar de estrato 5 o 6 pero se dispara al 63 si son jóvenes mujeres en hogares de estrato 1 o 2, debido a la mayor deserción escolar y la menor posibilidad de acceder a educación superior, entre otros factores.
Una caída de la tasa de desempleo siempre será una buena noticia, sin embargo, no hay que llamarse a engaños. La situación del mercado laboral sigue crítica y preocupante. La reapertura es necesaria pero no será suficiente por lo que se requieren acciones mucho más contundentes e inmediatas para evitar que los daños de la pandemia sobre el mercado laboral se vuelvan irreversibles.