La Navidad es una época del año en la que se celebran tradiciones, reuniones familiares y, por supuesto, los gastos y otros elementos se incrementan de gran manera en comparación con el presupuesto establecido en primer momento.
Estos consumos que no se tienen establecidos en el día a día son conocidos como “gastos hormiga”. Son compras, a menudo invisibles, que pueden acumularse rápidamente y, si no se controlan, pueden generar un importante desajuste en las finanzas personales.
Durante la temporada navideña, los gastos hormiga pueden ser más frecuentes debido a las numerosas actividades sociales, compras y celebraciones, y es esencial ser consciente de ellos para evitar que afecten negativamente nuestro presupuesto.
¿Qué son los gastos hormiga?
En términos económicos, el concepto de gastos hormiga se refiere a aquellos gastos pequeños, pero recurrentes, que suelen pasar desapercibidos a lo largo del día, pero que, al sumarse, pueden representar una cantidad significativa de dinero.
Aunque cada uno de estos gastos individualmente puede parecer insignificante, al final del mes o del año pueden tener un impacto considerable en nuestras finanzas. Los gastos hormiga se caracterizan por ser poco planificados y, a menudo, innecesarios.
¿Cuáles son los gastos hormiga que se generan en la época navideña?
Durante los meses finales del año las promociones generadas por los comercios llevan a las personas a realizar gastos inesperados que repercuten en el presupuesto final de las personas y en las deudas que deberán enfrentar en el año venidero.
- Compras impulsivas. Las tiendas están llenas de promociones y descuentos especiales, lo que puede llevar a realizar compras que no se habían planeado. Ya sea un detalle para un amigo, una prenda de ropa o un adorno para la casa, estos pequeños gastos se van acumulando sin que las personas lo noten.
- Regalos innecesarios. En el afán de darle un regalo a todos aquellos que se consideran fundamentales para la vida de una persona, muchas veces se adquieren productos o servicios sin pensar si realmente son necesarios o si el receptor los disfrutará. La presión social y las expectativas de la temporada pueden llevarnos a gastar más de lo que deberíamos en regalos que terminan siendo innecesarios.
- Comidas y bebidas fuera de casa. Las cenas navideñas, las reuniones con amigos y las visitas a familiares suelen ir acompañadas de comidas y bebidas. Muchas veces se opta por comer fuera de casa o comprar productos que parecen no afectar demasiado al presupuesto en el momento, pero que, al final de la temporada, dejan un impacto considerable en las finanzas. Otro aspecto importante en este punto es la compra de elementos de marcas reconocidas que lanzan nuevos productos a fines a la época.
- Decoraciones navideñas. Adornar la casa es una tradición que todos disfrutan, pero puede resultar costosa si no se controla. Las luces, los árboles de Navidad, los adornos y las velas pueden representar un gasto hormiga que, al acumularse, se convierte en un desembolso importante.
- Transporte y viajes. Si bien viajar para visitar a la familia o amigos es una parte esencial de las celebraciones, los gastos asociados al transporte (combustible, peajes, billetes de avión, etc.) pueden aumentar considerablemente durante la temporada navideña, especialmente si no se planifican con antelación.
¿Cómo controlar estos gastos?
Primero se debe establecer un presupuesto en el cual se anoten los gastos principales que se van a tener, además de poder hacer investigaciones sobre los productos que se van a adquirir para de esta manera determinar las mejores opciones del mercado.
Por último, tener una lista con opciones más económicas con regalos que logren cumplir con la misma finalidad, pero generen un gasto menor.