Esta semana el Ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, redujo sus expectativas de crecimiento de la economía colombiana para este año. Lo hizo durante la entrega del plan financiero para 2020, y aprovechó para dar un parte de tranquilidad sobre el rumbo de las finanzas públicas y confirmar que seguirá cumpliendo con la regla fiscal. Pero, al contrario de lo que podría esperarse, muchos analistas económicos consideran a Carrasquilla muy optimista. Y les preocupa la forma en que el país está cumpliendo sus metas: “Dependiendo de ingresos extraordinarios y con revisiones frecuentes, lo cual ha reducido sobre la credibilidad de la política fiscal”, dice Richard Francis, de la calificadora Fitch Ratings. Varios temas, incluido en la Ley de Crecimiento, generan temores. Entre ellos la devolución del IVA, los tres días al año sin este impuesto y la rebaja en la contribución a salud de los pensionados, que significan menos ingresos fiscales de alrededor de un punto del PIB –10 billones de pesos–. Eso hará más desafiante la sostenibilidad de las cuentas fiscales para los próximos años. No obstante, el Gobierno insiste en que el alivio de impuestos a las empresas que trae la reforma tributaria apalancará el crecimiento económico. “Es una apuesta que funcionó en 2019, y esperamos que siga funcionando en 2020”, dice un funcionario de Hacienda. También confían en medidas como la normalización extendida, la sobretasa al sector financiero y la puesta en marcha de la factura electrónica para frenar los altos niveles de evasión. Estas son las cuentas de Carrasquilla para este año. Ajuste en el crecimiento El Gobierno ajustó sus expectativas de crecimiento para 2020. Este año la economía crecería un 3,7 por ciento, por debajo del 4 por ciento previsto hace un par de meses. El pronóstico se basa en la desaceleración de la economía mundial, el aún pobre desempeño de la construcción de vivienda y algunos problemas en sectores minero-energéticos. Esto significa que el país continuará por la senda de la recuperación y al frente del crecimiento de América Latina, dice Carrasquilla.
Pero se trata de un estimativo muy optimista. El consenso del mercado espera 3,2 por ciento, un pronóstico más moderado y parecido al año anterior. En 2019, la economía creció alrededor del 3,3 por ciento, según los nuevas cálculos del Gobierno, que había estimado un 3,6 por ciento al comenzar el año. El dato oficial saldrá la próxima semana. No es una diferencia menor, pues solo un crecimiento cercano al potencial de la economía garantiza que el desempleo disminuya.
Ingresos tributarios estables El Gobierno espera recaudar este año 158 billones de pesos en impuestos brutos, un 6,8 por ciento más que los 148 billones del año anterior, cuando repuntaron 10 por ciento. Para Carrasquilla, el resultado proviene de la buena gestión de la Dian y de los efectos positivos sobre el recaudo de la Ley de Crecimiento. Pero algunos analistas lo dudan. Afirman que el crecimiento del recaudo apenas cumplió la expectativa y que para 2020 la economía comenzará a sentir la caída en los ingresos corporativos que trajo dicha ley. Además, consideran poco responsable montar toda la estrategia fiscal sobre ingresos extraordinarios mientras una reestructuración en la Dian aún está en camino.
No a las grandes privatizaciones Este año será muy parecido al anterior en materia de privatizaciones. En 2019, el Gobierno tenía previsto ingresos por enajenaciones por 6,2 billones de pesos. Pero no realizó ninguna a raíz de los ingresos extraordinarios que generó Ecopetrol y las utilidades del Banco de la República. El viceministro de Hacienda, Juan Alberto Londoño, dice que no planean vender activos estratégicos como Ecopetrol e ISA. Sin embargo, el Estado tiene participaciones en cerca de 60 empresas no estratégicas o donde no ejerce control –como las centrales de abasto y CDA–, que podrían valer cerca de 2 billones en conjunto. De esas sí podría salir, pero el problema será encontrarles comprador. También está la idea de unificar las electrificadoras regionales para crear una gran holding de energía más rentable y con mayor valor. Para este año Carrasquilla espera ingresos por las utilidades de Ecopetrol de 6,5 billones de pesos, mientras el año anterior el Banco de la República ganó 7 billones. Gastos sin recorte El gasto total se mantendrá en 19 por ciento del PIB, con tendencia a favorecer la mayor inversión pública, como el año pasado, cuando quedaron aplazadas partidas presupuestales de gasto por 8,5 billones de pesos. El Gobierno advierte que seguirá revisando el tamaño del Estado, pero no hay medidas concretas de ajuste en este frente, y menos en un año de protesta social. Quizás la única novedad será el Grupo Bicentenario –la holding financiera– que podría ser la mayor reforma al Estado en muchos años, sin que implique privatización ni masacre laboral. Por el contrario, permitiría comprar servicios de tecnología compartida y lograr eficiencias y sinergias.
Déficit en regla El déficit fiscal en 2019 alcanzó 2,5 por ciento, un punto básico por encima de la meta del 2,4 que tenía Carrasquilla. El ministro ha dicho que “esto no hace la diferencia en la estabilidad fiscal” y que cumplió, pues está por debajo de la meta del 2,7 por ciento que le puso el Comité de la Regla Fiscal. Además, es positivo que se estén generando superávits primarios por primera vez en muchos años, y se estén reconociendo muchas deudas que antes no estaban en el balance. Pero de nuevo analistas y calificadoras de riesgo critican que el Gobierno haya cumplido las metas con ingresos extraordinarios. Carrasquilla las desestima y afirma que no son piruetas, y que son críticas mal enfocadas porque, si no se afectaron los planes de la petrolera estatal y hay ingresos por situaciones inesperadas, “por qué no utilizarlos”. Para este año el Gobierno espera seguir cumpliendo estas metas y estima un déficit fiscal de 2,2 por ciento. Pero preocupa que sigan usando ingresos por rentas extraordinarias y no haya un verdadero ajuste para garantizar la reducción de la deuda pública, cuyo nivel estaría alrededor del 50,1 por ciento del PIB. De ahí la importancia de las reformas estructurales, que enfrentan dificultades ante los problemas sociales y políticos en el Gobierno. Por último, el ministro cree que la inflación seguirá bajo control y que convergerá hacia la meta de largo plazo del emisor. Este espera para 2020 una inflación anual de 3,1 por ciento, mientras le apuesta a un dólar de 3.320 en promedio durante el año.
El Gobierno hizo su plan financiero con base en un precio del barril de petróleo Brent, de referencia para la economía colombiana, de 60,5 dólares por barril. Una leve caída frente al 64,2 por ciento que promedio en 2019. Estos supuestos se parecen a los que estima el mercado. No obstante, habrá que esperar qué tanto duran los efectos del coronavirus sobre la economía mundial, que ya tienen el petróleo en niveles de 50 dólares por barril y hacen que los sesgos sobre el crecimiento sigan a la baja.