Pese a las lluvias recientes, no hay razón para relajarse con el ahorro de agua. Según el registro de los niveles de embalses de la CAR (Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca), hubo un ligero aumento en todos, a excepción del Sisga. No obstante, los números muestran aún una escasa recuperación.
Dentro de los reservorios de agua con niveles más bajos se destacan el sistema Chingaza, que se encuentra en un 16,19 %, impulsado por la sequía de Chuza, que es parte de dicho sistema. Aunque ha caído lluvia sobre este cuerpo de agua y la tendencia es ascendente, se requerirá mucho más tiempo para que se vea el aporte hídrico.
Lo más preocupantes es que el racionamiento de agua, por cuenta del nivel de Chingaza, podría demorarse, teniendo en cuenta que el 70 % del agua que consumela capital del país viene de ese sistema.
En otras palabras, como lo han señalado muchos analistas, aunque la ciudadanía se anima cuando ve llover en Bogotá, se requiere que las precipitaciones se intensifiquen en Chingaza.
Hay que recordar que alrededor del Parque Natural Chingaza, que está impregnado de bosques y páramos, se construyó el modelo de captación de agua, lo que se hace de forma artificial, para acumularla en los embalses.
Justamente hace un año se había hablado de una alianza entre la secretaría de Ambiente del Distrito y WEF Nexus Colombia - EE.UU. y Amazon, para la conservación del Parque Nacional Natural Chingaza, en busca de la seguridad hídrica en la capital.
De manera individual, el embalse con el nivel más alto es el Neusa, con un porcentaje de 81,29 %. Este reservorio es clave, pero para el abastecimiento de agua apta para consumo humano, de los acueductos de Cogua y Zipaquirá.
Eso si, hay que destacarle una función adicional, que es la que ya han puesto en el horizonte algunos líderes de opinión: el control de las inundaciones en la sabana de Bogotá y el Neusa es clave en ello.
La represa de Sisga, qué hace
Las estadísticas de la CAR evidencian que la represa del Sisga se mantiene en niveles descendentes (-0,043 %). Entre tanto el nivel de este embalse es de 45,93 %.
Este embalse sirve de reserva hídrica y, a diferencia de Chingaza, no es un parque natural. Se construyó en la mitad del siglo pasado y su función, desde los orígenes, fue prevista para controlar las inundaciones en la Sabana de Bogotá.
De paso, se aprovecha para almacenar el exceso de agua que se produce en la temporada de invierno y poder utilizarla en época de sequía para abastecer a Bogotá.
En conclusión, hay que seguir cerrando la llave y aplicando las medidas de ahorro, hasta que parezca exagerado.