Luego de una visita de la Contraloría General de la República al municipio de Mocoa, el ente de control manifestó la preocupación del organismo de control por el lento avance de algunas de las obras de reconstrucción de la capital del departamento de Putumayo, luego de la tragedia ocurrida en el 2017.

Una de las obras que más preocupa es la construcción de más de 900 casas, las cuales en ese momento mostraban un avance inferior al 10 por ciento, según explicó la Contraloría el progreso al día de hoy es mínimo pues apenas iniciaron las obras de corte de vía.

Este retraso preocupa sobre todo por que el Ministerio de Vivienda, en visita realizada por la Vicepresidenta de la República, se había comprometido a entregar las primeras 100 viviendas en septiembre de 2021. No obstante, esto será muy difícil a este ritmo.

“Se abre la posibilidad de un posible retraso debido a las fuertes lluvias presentadas en las últimas semanas. El contratista asegura que implementará las acciones necesarias para cumplir con el cronograma acordado”, alerta la Contraloría.

Por otro lado, también se encontró que el avance de ejecución en la construcción de 300 viviendas rurales prometidas es de 0 %. “También es motivo de preocupación el avance de las obras de mitigación. Al momento de la visita, se pudo evidenciar que la construcción de los diques no tiene un avance significativo”, agregan.

Por esta razón, la Contraloría insiste en que es necesario optimizar los trámites administrativos los más pronto posible, para iniciar cuanto antes los procesos de contratación e inicio de obras en la zona de mitigación de la parte alta, esto teniendo en cuenta que se han asignado recursos adicionales.

“De no iniciarse las obras en la parte alta, se podría generar una afectación en la parte media y baja, ante precipitaciones con altos niveles de lluviosidad, que son comunes en el municipio de Mocoa”, advierte la CGR.

En cuanto a la construcción del megacolegio, si bien explicaron que la obra avanza conforme al cronograma, el contratista les manifestó que están empezando a tener dificultades por el inicio de la temporada invernal y la escasez del hierro.

Además hay varios problemas: el primero es que se ha detectado es que el megacolegio no tiene dónde verter las aguas que produce.

“El contratista manifiesta que las aguas residuales se están vertiendo en un costado y caen directamente a la vía pública, colindante con el proyecto de vivienda Sauces I. Es posible que, durante el periodo de lluvias, estas aguas afecten las viviendas, causando eventualmente daños”, indicó la Contaloría.

Además de esto, se detectó que hay una superficie plana de 5 mil m2 en el megacolegio, entre los 3.000 m2 de tejado o cubierta y 2.000 m2 de terreno que, al momento de presentarse fuertes precipitaciones, no tendría forma de verter en el sistema de alcantarillado, dado que no tiene la capacidad para recibir el volumen de agua que pueda presentarse.

“Si no se soluciona el tema del Alcantarillado, no se podrá poner en funcionamiento el colegio una vez terminadas las obras”, alerta el organismo de control.

Otro proyecto que se encontró sin avances en su ejecución fue el de la plaza de mercado ya que El predio se encuentra en proceso de litigio por expropiación y apenas se agotó el requisito de procedibilidad de la conciliación.

Según la Contraloría, “se requiere verificar si es necesario adelantar el trámite ante el INVIAS para obtener el permiso de ocupación de vías”.

En el caso del acueducto, el contrato de obra finalizó su plazo inicial de ejecución, sin lograr la terminación del objeto contractual, ya que que el contratista no suscribió el otrosí modificatorio mediante el cual se incorporaban recursos adicionales y se otorgaba una prórroga de plazo por 6 meses para la ejecución de las obras adicionales y terminación del proyecto.

Por esta razón, Findeter dio inicio al proceso de aplicación de las cláusulas de apremio por incumplimiento, establecidas en dicho contrato.

“A la fecha se tiene un avance físico del proyecto del 85 % y avance financiero del 76,98 %. La ejecución de la optimización de la planta de tratamiento existente tiene un avance del 0 %. Mientras tanto, la ejecución de la optimización del desarenador muestra también un avance del 0 %”, aseguró la Contraloría.

Finalmente, frente a las obras en el Hospital José María Hernández, el contratista le dijo a la Contraloría que hubo un aumento en su capacidad de ejecución en un 25 %, lo que ha permitido avanzar en el desarrollo de la obra.

A la fecha, se reporta una ejecución física del 30 % y financiera del 15,4 %.

“El 9 de abril del 2021 se liquidó la primera del proyecto fase de manera bilateral; no obstante, esta primera fase no resulta funcional, dado que requiere del desarrollo de la fase dos. Solo hasta el 14 de mayo de 2021 se realizará el balance del contrato de la fase II para definir su alcance”, informó el ente de control fiscal.