A partir del próximo 16 de julio entrará en vigencia en Colombia la reducción de la jornada laboral, establecida por la Ley 2101 de 2021. Esta medida implicará que los trabajadores colombianos tendrán una jornada semanal de 47 horas, en lugar de las 48 horas actuales. La ley contempla una reducción gradual hasta alcanzar las 42 horas semanales para 2026. Sin embargo, esta reducción plantea desafíos para las empresas, que deberán ajustar sus modelos de trabajo para mantener la productividad con menos horas.

Joven empresaria bosteza mientras trabaja en una laptop en la oficina. Empresaria soñolienta mirando el reloj de pulsera. El oficinista cansado siente falta de sueño debido al trabajo duro y prolongado con documentos | Foto: Getty Images

Costos y productividad: los retos para las empresas ante la nueva norma

El impacto de la reducción de la jornada laboral se espera que sea mayor en sectores como el comercio, los restaurantes, la salud y los call centers. Para los restaurantes, en particular, el recorte de la jornada implicará un aumento en los costos de nómina y una posible reducción en los horarios de funcionamiento. Según Henrique Gómez, presidente de Acodrés, el gremio gastronómico, el incremento acumulado en los precios de los menús ya ha provocado una caída del 30 % en las ventas.

El sector del transporte y la logística también se verá afectado, ya que la reducción de la jornada laboral implicará mayores costos en horas extra y prestaciones sociales. Nidia Hernández, presidente de Colfecar, señaló que esto impactará en el nivel de servicio y en las tarifas de los servicios de transporte.

La reducción de la jornada laboral también supone cambios en los costos y la productividad de las empresas. Según Carlos Mario Sandoval, socio líder de People Advisory Services para EY Colombia, la manera de liquidar las horas trabajadas y calcular los salarios sufrirá modificaciones. A partir del 16 de julio se dejará de hablar de 8 horas diarias y se pasará a 7,83 horas, con un total de 47 horas semanales. Esto generará un aumento del valor de la hora trabajada, alrededor del 2,13 %.

La reducción de la jornada laboral también supone cambios en los costos y la productividad de las empresas. | Foto: Getty

Para mantener la producción constante, las empresas deberán aumentar la productividad laboral. Según Luis Gonzalo Gómez, director del Instituto Municipal de Empleo y Fomento Empresarial de Bucaramanga, esto implicará un incremento en los costos asociados a la contratación de más empleados o el pago de horas extra. Existen dos escenarios posibles: mantener la productividad constante y asumir el costo de las horas extra o contratar más trabajadores, o aumentar la productividad para mantener la producción con las horas de trabajo reducidas, lo cual implicará un ajuste salarial.

El impacto de la reducción de la jornada laboral variará según el sector. En aquellos más intensivos en tecnología y capital humano, la productividad podría mejorar, ya que los trabajadores experimentarán mejores condiciones laborales. Sin embargo, en sectores menos intensivos en capital humano, una hora menos de trabajo podría reducir la productividad y aumentar los costos, especialmente en las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes).

El recorte de la jornada implicará un aumento en los costos de nómina y una posible reducción en los horarios de funcionamiento. | Foto: Stephan Zabel

Cabe destacar que esta medida solo aplica a los empleados formales, que representan menos del 50 % de los trabajadores en el país. Por lo tanto, el impacto general puede no ser tan significativo.

La reducción de la jornada laboral plantea desafíos y ajustes para las empresas colombianas. La necesidad de mantener la productividad con menos horas de trabajo requerirá estrategias adaptativas y un enfoque en la eficiencia para lograr los mismos resultados en un tiempo reducido.