En momentos en que crece la expectativa por las propuestas que se incluirán en la reforma tributaria, uno de los sectores que sienten pasos de animal grande es el de las bebidas azucaradas, que teme por el cobro de un gravamen al consumo, como se aplica en cerca de una veintena de países.Esta es una propuesta que viene estudiando el Ministerio de Salud con el fin de obtener recursos cercanos a un billón de pesos por año que se destinarían al sector. En línea con una tendencia mundial, el argumento de este despacho es que el consumo de bebidas gaseosas tiene un impacto negativo en la salud porque incide en enfermedades como la diabetes, y es uno de los responsables de la obesidad.Pues bien, esta semana se conoció una recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que le da un espaldarazo a las propuestas del ministro del ramo, Alejandro Gaviria.La OMS y las bebidas azucaradasSegún la OMS, es conveniente que los gobiernos graven con un impuesto del 20 % los precios de estas bebidas con el fin de reducir en el mismo porcentaje su consumo.El informe cita el caso de México, un país que impuso en el 2014 un impuesto a las bebidas azucaradas que aumentó en 10 % el precio de estas bebidas, lo que provocó una caída del 6 % en el consumo.“Si los gobiernos imponen un impuesto a los productos como las bebidas azucaradas, pueden reducir los sufrimientos y salvar vidas”, dijo la organización internacional. Señaló que el tema es muy delicado si se tiene en cuenta que uno de cada tres adultos en el mundo tiene sobrepeso.Consulte: Una controversia nada dulce: Impuestos a las bebidas azucaradasDe hecho, el gobierno de Portugal introducirá en el 2017 un impuesto para gravar las bebidas azucaradas, con el que espera recaudar 80 millones de euros (88 millones de dólares) para los servicios de salud, según el proyecto de presupuesto presentado este viernes, tres días después de que la OMS instara a los gobiernos gravar las bebidas azucaradas.Además de México, países como Francia y Sudáfrica ya tienen impuestos similares, y recientemente el gobierno británico de Theresa May lanzó una propuesta para introducir un gravamen parecido con el objetivo de luchar contra la obesidad infantil.¿Ahora Colombia?Estas recomendaciones están siendo analizadas con mucho detenimiento por el Gobierno, que se alista para presentar la próxima semana al Congreso la tan esperada reforma tributaria.Aún no hay una decisión definitiva y se estudian diversos escenarios que van desde un impuesto del 10 % hasta el 20 % no solo para las gaseosas, sino para bebidas azucaradas producidas industrialmente como los jugos, las bebidas a base de té y hasta la popular Pony Malta.El tema es muy polémico porque las industrias aseguran que un impuesto impactaría las ventas y sus resultados financieros. Un estudio de la ANDI señala que no existe evidencia que demuestre una correlación entre la obesidad y el consumo de estas bebidas.Le puede interesar: Comerciales sobre bebidas azucaradas saldrán del aire por inexactitudesSostiene que en caso de que el Gobierno imponga una elevada tasa de tributación para esta clase de productos, el recaudo adicional efectivo no superaría los 500.000 millones de pesos, que es una cifra baja en comparación con lo esperado por el Gobierno. Además, la ANDI asegura que este impuesto tendría un efecto regresivo muy grave si se tiene en cuenta que el 20 % de los hogares de menores ingresos tienen una alta demanda de estos productos. Y como el impuesto se les traslada a los consumidores, estos son los que terminarán pagando más.A pesar del espaldarazo internacional, la polémica apenas comienza y se calentará al rojo vivo si al final el Gobierno decide cobrar este gravamen.