Aunque los analistas lo esperaban, la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos no dejó de sorprender e impactar los mercados al subir las tasas de interés por segunda vez en ocho años. Más que el aumento, llamó la atención el mensaje de que en 2017 vendrán alzas a un ritmo más acelerado, ante el fortalecimiento de la economía de ese país.Es decir, la FED pondrá acelerador a la política monetaria, que tras la crisis financiera de 2008 fue laxa y llevó las tasas de interés a cero, con el fin de impulsar el crecimiento, la demanda de créditos y el empleo.Pero ahora, como los efectos de la crisis se han esfumado para la primera potencia del planeta, el panorama luce más halagüeño y la FED apretará las riendas. Así lo dijo la presidenta del banco central, Janet Yellen, en una conferencia en Washington. “Nuestra decisión de elevar las tasas debe ser entendida como un reflejo de nuestra confianza en el avance de la economía”, indicó Yellen al anunciar que la tasa de interés de los fondos federales subirá un cuarto de punto porcentual hasta 0,50 y 0,75 por ciento.Las buenas perspectivas de la economía estadounidense se basan en que el desempleo en noviembre cayó a 4,6 por ciento, la tasa más baja en nueve años, y en que el PIB creció en 2,9 por ciento en el tercer trimestre de este año, impulsado por el mayor gasto de los consumidores, motor de la economía del país del norte.Para 2017 se espera una mayor actividad económica si el presidente electo Donald Trump cumple sus anuncios de poner en marcha un ambicioso programa de infraestructura, una política fiscal más expansiva y un recorte en los impuestos para las empresas y las personas naturales, que inyectaría más liquidez.Esto podría acelerar la inflación y la FED no está dispuesta a correr ningún riesgo ya que su objetivo es mantenerla en 2 por ciento anual. Por eso lanzó un mensaje de alerta a los mercados: el año entrante las tasas subirán 0,75 puntos porcentuales, lo que implicaría tres aumentos de un cuarto de punto cada uno, y adoptaría una política semejante en 2018. Según el diario The Wall Street Journal se trata de un ritmo más veloz de lo que se había dicho en septiembre.Aunque los mercados internacionales daban por descontado el aumento, el acelerador de la FED tuvo importantes repercusiones. El dólar se fortaleció y llegó a niveles cercanos a la paridad con el euro, que no se veían en por lo menos 14 años. De hecho, la divisa europea se cambiaba la semana pasada a 1,03 dólares. La bolsa de Wall Street recibió la medida sin entusiasmo, lo que se reflejó en el precio de las acciones que registraron un descenso.En los mercados emergentes la divisa también se fortaleció. En México, que tiene un fuerte vínculo comercial con Estados Unidos, el peso se devaluó y se cotizó a 20,46 pesos por dólar. Situación similar se presentó en Colombia cuando la divisa subió el jueves más de 40 pesos y superó nuevamente la barrera de los 3.000 pesos, un valor que pone nerviosos a los que tienen deudas en esta moneda o los que aspiran a viajar al exterior en los próximos días. Ese aumento se explica por la posible salida de capitales de estas economías hacia Estados Unidos en busca de una mayor rentabilidad.Pero si bien la FED destapó sus cartas, es posible que cambie el juego el año próximo según qué tan bien marche la economía estadounidense y qué tanto se concreten los anuncios de Trump, en especial la amenaza de desatar una guerra comercial con China, otro coloso económico.Por eso el mundo estará a la expectativa de lo que pase el año entrante en el país del norte y de las decisiones de la Reserva Federal, que, quiérase o no, determinará la marcha de otras naciones.