Con la puesta en marcha del TLC con Estados Unidos, Colombia espera triplicar las exportaciones no tradicionales y dar un salto en la inversión extranjera directa. Como efecto del crecimiento en los negocios, Planeación Nacional proyecta que solo el impacto que tiene eliminar los aranceles le permitirá a la economía colombiana crecer 0,48 puntos adicionales y se prevé que el desempleo disminuya dos puntos cinco años después de su puesta en marcha. El reto ahora es saber dónde están y cómo aprovechar las oportunidades del Tratado y enfrentar las amenazas que llegarán para sectores como el agropecuario. 1) ¿Como juega el agro? Opciones en frutas y verduras. Dudas en algodón y arroz. En este sector están las mayores preocupaciones, pues se considera que, en algunos renglones, la llegada de productos estadounidenses podría amenazar la producción nacional. Sin embargo, el ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo, asegura que el gobierno no permitirá importaciones desordenadas, una inquietud que se presenta principalmente para cereales, lácteos y carnes. Pero también hay oportunidades. Productos como frutas, verduras y hortalizas se podrían convertir en exportadores para el mercado norteamericano. “Si no tuviéramos TLC, esas posibilidades se frustrarían y se entregarían en bandeja de plata a los centroamericanos, que tienen una oferta exportable similar, más infraestructura, están más cerca de Estados Unidos y además ya tienen un TLC”, afirma Restrepo. El Ministerio ha identificado varios productos que tienen gran demanda en Estados Unidos y que Colombia podría aprovechar, aunque en este punto hay que negociar la admisibilidad fitosanitaria. Uno de los productos de amplísima demanda en Estados Unidos es la piña gold, que tiene un mercado de 500 millones de dólares que ha sido explotado por los costarricenses. También hay oportunidades en brócoli (en este los protocolos de acceso están negociados); lima tahití, aguacate hass, melón, sandía y pimentón. Las preocupaciones están en algodón, pues al liberarse las importaciones se podría desestimular la producción nacional. El gobierno deberá implementar programas de choque. En arroz, aunque el contingente que se negoció permite el ingreso ordenado (79.000 toneladas con un incremento de 4,5 por ciento anual por 20 años, arancel base de 80 por ciento y período de gracia de seis años), hay incertidumbre porque puede darse una caída en el precio de compra al productor. En maíz amarillo, el contingente aprobado fue de 2.100.000 toneladas y el saldo tendrá un arancel de 25 por ciento. Para el sector es clave el control de puertos. La estrategia del Pan País Maíz busca incrementar la oferta y que la industria tenga menos necesidad de importar. El sector ganadero y avicultor esperan que se adopten medidas sanitarias y fitosanitarias que les permitan llegar al mercado de Estados Unidos. El presidente de Fedegán, José Félix Lafaurie, asegura que hasta el momento no hay admisibilidad sanitaria para que pueda exportar un solo kilo a ese mercado, donde no se reconoce el estatus de país libre de fiebre aftosa de Colombia. Pero Estados Unidos, principal productor de carne del mundo, sí podrá ingresar inmediatamente al mercado nacional con 6.400 toneladas de cortes finos. El presidente de Fenavi, Andrés Fernando Moncada, señala que ante la llegada de 26.000 toneladas de cuartos traseros de pollo se requiere que el gobierno les dé facilidades mediante líneas de crédito para que una baja en los precios no los golpee muy fuerte. Para Fenavi, la necesidad de importar casi todo el maíz amarillo y la soya que consumen las aves aumenta sus costos. 2) Plataforma exportadora Interés de empresas foráneas para establecerse en el país. Colombia se puede convertir en una plataforma exportadora al permitir que empresas de otras naciones que no tienen TLC con Estados Unidos lleguen a ese mercado, o que exportadores estadounidenses que pagan altos aranceles y quieran ingresar a los países andinos o a los de Mercosur vean a Colombia como su puerta de entrada. Juan Camilo Nariño, vicepresidente de Comercio Exterior de la Andi, reconoce que el interés de empresas extranjeras por establecerse aquí es alto porque hay un sector manufacturero de gran tradición, compañías sólidas y reglas de juego estables. “En el país hay un mundo de oportunidades para hacer alianzas estratégicas entre nacionales y extranjeros y para fomentar la transferencia de tecnología”, afirma. Jorge Humberto Botero, exministro de Comercio y socio de Ibarra Asociados, sostiene, por su parte, que el potencial es grande porque naciones como China o Brasil, que exportan a Estados Unidos, no gozan de preferencias arancelarias, razón por la cual verían una oportunidad en establecerse aquí para exportar a ese mercado cumpliendo con las normas de origen, que establecen los porcentajes de valor agregado nacional que debe tener el producto a exportar. El gobierno tiene identificados algunos sectores en los que se espera una mayor inversión. Entre ellos están la industria automotriz, el software y las tecnologías de comunicación, cosméticos y productos de aseo, hotelería, servicios petroleros, minería y agroindustria. Según el ministro de Comercio, Sergio Díaz-Granados, el país podría traer inversión de China para Colombia, aprovechando los menores costos de fletes aéreos y marítimos y la cercanía con Estados Unidos. Se han identificado unos 250 productos en textiles, confecciones, manufactura plástica y alimentos que compra ese país a China, los cuales serían más competitivos si se producen y venden desde Colombia. 3) Ampliar la oferta Textiles, cuero y autopartes pueden abrir nuevos mercados. Esta es la oportunidad para diversificar la oferta exportadora, concentrada en petróleo, carbón y café. Los sectores que se beneficiarán con el TLC son cuero y calzado, plásticos y caucho, vehículos, biocombustibles, servicios y textiles y confecciones. En confecciones hay oportunidades para ropa interior femenina, deportiva, fajas, confecciones para el hogar, vestidos de baño. Hay oportunidades para ampliar el mercado en más de diez estados, entre ellos Colorado, Alabama, Tennessee, Ohio y Carolina del Norte y del Sur. Actualmente China es el principal proveedor de textiles de Estados Unidos con una participación de mercado del 42 por ciento. Colombia debe competir con calidad más que con precio. En cuero y calzado hay un potencial enorme. Las nuevas oportunidades están en Nevada y California. En este último estado se podría comercializar calzado de playa. En vehículos Colombia ya se está preparando para ser una plataforma de fabricación y ensamble para atender el mercado interno y el internacional. GM Colmotores y Renault Sofasa dieron los primeros pasos al construir plantas para este fin. Hay oportunidades para la venta de autopartes y piezas de ensamblaje que podrían comercializarse en Alabama, Illinois, Kentucky, Georgia o Michigan. En este aspecto el país competirá con México, que es hoy el principal proveedor con un 27 por ciento del mercado. El sector de servicios también podría entrar en la lista de los ganadores. Hay potencial para la tercerización, ya que Estados Unidos tiene 50 millones de hispanohablantes. Colombia tiene una experiencia ganada en servicios de salud, ingeniería de sistemas, contabilidad, tecnologías de la información, transporte y logística. En biocombustibles el país tiene identificadas 6,5 millones de hectáreas aptas para producir etanol y biodiésel, productos que pueden ingresar al mercado estadounidense en la medida en que se vaya disminuyendo la dependencia del petróleo.