La compañía había lanzado recientemente el nuevo producto para medirse con el iPhone 7 de Apple, su mayor competidor. Sin embargo, la coreana tuvo que recoger cerca de 2,5 millones de aparatos vendidos por fallas en las baterías, varias de las cuales estallaron por sobrecalentamiento. Para evitar mayores riesgos anunció que no volverá a producir aparatos de esta serie. Las repercusiones para la multinacional, la mayor fabricante de celulares en el mundo, no se hicieron esperar. La semana pasada el precio de la acción cayó 8 por ciento, con lo cual su valor de mercado retrocedió 17.000 millones de dólares. Adicionalmente anunció que sus utilidades se contraerán en 2.300 millones de dólares en el trimestre julio-septiembre, a 4.628 millones de dólares. Sin embargo, el mayor impacto se podría ver en el largo plazo por la pérdida de confianza de los consumidores. Mientras tanto su competencia le saca partido a este duro episodio, ya que las ventas del iPhone 7 están en aumento.