El lunes 30 de septiembre, los ojos de la economía van a estar puestos en la reunión de la Junta Directiva del Banco de la República, que definirá el futuro de la reducción de las tasas de interés, uno de los factores clave para la reactivación.

La Junta ha sido conservadora en la disminución de las tasas, si se compara con la velocidad con que ha caído la inflación. Después de llegar a un techo de 13,25 por ciento a finales del año pasado, las tasas iniciaron un descenso que las ha llevado al 10,75 por ciento. La inflación pasó de 13,34 por ciento, su punto más alto en marzo del año pasado, a 6,12 por ciento, en su más reciente medición, de agosto de 2024.

A pesar de la caída de la inflación al 6,12%, se espera que el Banco de la República defina una mayor reducción de tasas de interés. | Foto: Libre de derechos

Para final de año, el mercado espera que las tasas del Banco de la República cierren en 8,5 por ciento. Para que eso se dé, en las tres reuniones que quedan de la Junta en el año sería necesario disminuir, en cada una de ellas, 75 puntos básicos.

“Yo debería llegar a la Junta diciendo que hay que bajar 100 puntos básicos, pero creo que podemos lograr unanimidad en que la reducción sea de 75 puntos”, dijo el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, desde Nueva York, en el viaje en el que acompañó al presidente Petro.

Ricardo Bonilla, Ministro de Hacienda.

Diversos factores se suman para que la velocidad de la reducción de las tasas se acelere. Uno, según un análisis de Corficolombiana, es el choque de demanda, pues la inflación aceleró su descenso en julio y agosto, más de lo esperado, acumulando una caída de 1,1 puntos porcentuales, que la llevó a 6,1 por ciento, su mínimo desde finales de 2021. Segundo, también pesa la fuerte depreciación del peso en 2021 y 2022. “La tasa de cambio se ha depreciado cerca de 6 por ciento desde mediados de año, y aunque es un riesgo latente, su efecto inflacionario será menor que hace dos años, cuando la depreciación fue tres veces mayor”, agrega.

Además, el incremento en el diésel será inferior: ya no de 1.900 pesos por galón, con expectativas de otros 4.000 pesos en 2025, sino que este año dos aumentos sumarán 800 pesos. También pesará menos la indexación de los arriendos, y las presiones en alimentos se estarían diluyendo. En materia de crecimiento, si bien los datos más recientes han sorprendido al alza, están soportados en sectores como la administración pública, el entretenimiento y el agropecuario, pero otros como industria, construcción y comercio aún no levantan cabeza, y como dice Corficolombiana, una parte importante de la economía requiere un mayor alivio de los costos financieros para reactivarse.

En el campo internacional, la señal la dio la FED, cuya reducción de 50 puntos básicos en la tasa implica que las condiciones financieras externas son más holgadas y abriría espacio para una mayor reducción en las tasas en Colombia.

Corficolombiana prevé para esta reunión un recorte de 75 puntos básicos. Anif, por su parte, piensa que la Junta debería inclinarse por una acción más audaz, recortando 75 puntos básicos en las reuniones que quedan de aquí a final de año. Sin embargo, en un informe advierte que no pueden ignorarse los riesgos inflacionarios en materia fiscal y de eventuales choques de oferta en 2025. “La preocupación frente a las finanzas públicas es genuina, pero está mediada por la actual paradoja en materia de gasto: si bien el Gobierno planeó un ambicioso presupuesto para 2024, la ejecución ha sido deficiente”. Y a su vez, plantea una observación al Emisor, tras un ejercicio sobre la política monetaria: “El Banco de la República se demoró y fue lento en responder al choque inflacionario en 2022; la tasa tendría que haber sido más alta en el pico inflacionario, y el nivel actual es muy contractivo”. El mercado está a la expectativa.