Aunque la tormenta por la crisis del Silicon Valley Bank (SVB) en Estados Unidos y del Credit Suisse en Europa se ha apaciguado, las alertas siguen encendidas, en especial por los coletazos que puedan registrarse.

El primer trimestre de este año terminó marcado por la volatilidad y la incertidumbre que produjeron estos colapsos. Las más recientes alertas las entregó el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, quien prometió estar “muy atento” en medio de la volatilidad actual y sugirió que el mercado está “probando” a los bancos para encontrar debilidades.

Las acciones bancarias mundiales han recibido una paliza en marzo luego del colapso del SVB y del rescate de emergencia del Credit Suisse por parte del también suizo UBS. El Departamento del Tesoro en Estados Unidos dio tranquilidad al mercado al anunciar, después de la crisis, que los depositantes del SVB tendrían acceso a “todo su dinero” y que los contribuyentes estadounidenses no pagarán por el descalabro. Sin embargo, a principios de abril, en Europa los reflectores volvieron a apuntar al sector bancario tras el anuncio de la Fiscalía Federal suiza de abrir una investigación sobre la adquisición de Credit Suisse por UBS con el fin de buscar posibles infracciones a la legislación penal de ese país.

Este tsunami surgió luego de un año en el que los bancos centrales mantenían una agresiva estrategia de política monetaria contractiva frente a la inflación, que, aun cuando en algunos mercados ya empieza a ceder, aún se mantiene lejos de las metas. Mientras la inflación alcanzó cifras históricas en las últimas décadas, las tasas han seguido en aumento, buscando encontrar pronto su punto más alto.

La quiebra del Silicon Valley Bank estremeció al mundo entero. | Foto: AFP or licensors

A pesar de la tranquilidad reciente en los mercados, Jamie Dimon, CEO de JPMorgan Chase, dijo en su carta anual sobre el último shock financiero: “La crisis actual aún no ha terminado e, incluso, cuando haya pasado, habrá repercusiones en los próximos años”. Otros aseguran que habrá un apretón en el crédito y que es mejor estar vigilantes.

¿Y en el país?

La pregunta es qué va a pasar en el contexto colombiano. La primera señal vino de los mismos mercados internacionales. Para Moody’s Investors Service, en medio de un entorno de incertidumbre global en el sector bancario, el efecto contagio del colapso de bancos en Estados Unidos será limitado para los bancos de América Latina. Esto, porque las instituciones financieras de la región tienen una exposición directa limitada a los bancos afectados en Estados Unidos, una regulación estricta y una amplia liquidez con depósitos estables. “La mayoría de los sistemas bancarios de América Latina se concentran en bancos grandes, sólidos y altamente diversificados. En consecuencia, la concentración por segmento hacia una sola industria es relativamente limitada, lo que ayuda a proteger los sistemas bancarios en la región”, explica Marianna Waltz, managing director de Moody’s Investors Service. Una perspectiva adicional la dio la Junta Directiva del Banco de la República en las minutas de su reunión de marzo: “Si bien los recientes problemas de estabilidad financiera en Estados Unidos y en algunos países europeos han generado nerviosismo y volatilidad en los mercados internacionales, lo cual ha aumentado la incertidumbre sobre la evolución de la economía mundial, sus efectos sobre la economía colombiana han sido limitados, gracias a un sistema bancario bien regulado y supervisado que cumple holgadamente con los estándares del Comité de Basilea”.

La directiva del Banco de la República explicó que los efectos por la caída de los dos gigantes bancarios en la economía colombiana han sido limitados. | Foto: GUILLERMO TORRES REINA

A su vez, un informe de la Superintendencia Financiera señala que la intervención sobre los bancos internacionales en crisis y la incertidumbre sobre otros no representan un impacto directo significativo sobre el sistema financiero nacional.

¿Por qué? La radiografía sobre el sector financiero colombiano advierte que, por regulación, los establecimientos de crédito no tienen inversiones de capital, es decir, acciones, en compañías diferentes a sus filiales. Por lo tanto, no se encuentran inversiones directas en bancos internacionales que han presentado intervenciones. En cartera, por su parte, no hay operaciones con esas contrapartes ni tampoco en compañías fintech, fondos de capital privado o venture capital. “En instrumentos financieros derivados donde la contraparte es Credit Suisse, no se identifica una exposición significativa y estos contratos cuentan con acuerdos de compensación de intercambio de garantías, por lo cual el riesgo de contraparte se encuentra mitigado”, dice el análisis.

La caída del Credit Suisse profundizó la crisis bancaria. | Foto: Restringido

Frente a los portafolios de las administradoras de fondos de pensiones (AFP), con corte al 28 de febrero de 2023, ninguna de estas presentó una exposición directa al SVB o al Signature Bank (SB). Además, la Superfinanciera identificó una exposición no significativa en Credit Suisse, “sin embargo, es preciso señalar que el remanente de dichas posiciones en títulos de renta fija no son instrumentos perpetuos, pues la autoridad regulatoria de Suiza determinó aplicar la cláusula de absorción de pérdidas”.

Pero debido a las volatilidades del mercado producto de la aversión al riesgo, podrían registrarse impactos indirectos. Uno es en las participaciones en fondos de capital privado (FCP) constituidos en el exterior. En ellos podría existir un impacto indirecto, en el sentido de que alguno de los subyacentes de los fondos tenga alguna exposición con SVB o SB. Por ahora, no hay ninguna.

Otro son las participaciones en fondos representativos de índices accionarios y participaciones en fondos mutuos o de inversión internacionales cuyo objetivo principal sea invertir en acciones. Según la Superfinanciera, para los fondos de pensiones obligatorias y cesantías, la inversión en este tipo de activos asciende a 104 billones de pesos. Las desvalorizaciones que se podrían presentar obedecerían directamente a la aversión al riesgo y a las volatilidades del mercado.

“Sin embargo, el impacto directo es marginal debido a la diversificación implícita de este tipo de activos, los cuales van a estar expuestos a diversos sectores”, dijo la entidad y señaló que se analizaron los diez ETF (vehículos que ayudan a inversión diversificada y con bajo costo) con la más alta exposición al SVB y se encontró que ninguna AFP tiene inversiones directas en esos activos.

“El impacto esperado en los portafolios administrados por las AFP se produciría vía desvalorización de los activos norteamericanos, dependiendo de cómo evolucione la situación, cómo perciban los mercados los anuncios realizados por las autoridades norteamericanas y las medidas que tomen las autoridades internacionales para contener la propagación de la crisis de confianza en el sistema bancario. Sin embargo, los portafolios se construyen de manera diversificada, de forma que ante este tipo de eventos la desvalorización de algunos activos se compense con la valorización de otros”, agregó la entidad.

Para el caso de los portafolios de inversiones de las compañías aseguradoras, tampoco se evidenció una exposición, directa ni indirecta, frente a SVB o SB. De cara a Credit Suisse, la exposición, al igual que las AFP, no es significativa y es un instrumento que no se ve afectado por la operación con UBS.

A pesar de que por ahora el impacto es apenas marginal, ningún mercado está blindado. Hoy los vasos comunicantes en materia de financiación pueden ser cada vez más estrechos y es necesario seguir monitoreando los mercados en medio de la incertidumbre.