En medio de tanta diversidad de opiniones y de polarizaciones alrededor de la crisis desatada por el coronavirus, el único consenso parece estar en el hecho de que el desempleo es el peor problema, pues de superarlo depende que las naciones no agranden las cifras de pobreza.

Es por eso que el informe del Banco Mundial divulgado este viernes llega en el mejor momento, para dar luces a los países de América Latina y el Caribe, sobre los caminos que deben seguir, tanto para motivar a los ciudadanos a formarse en las áreas que van a demandar más empleos, como para darle pista a las empresas en cuanto a la oferta de lo que se va a demandar en el mundo.

El documento del Banco Mundial 'Efecto viral: covid 19 y la transformación acelerada del empleo’, enfatiza en el reto de poner el desempleo en la agenda, como una prioridad tan importante como la atención sanitaria de la población y el control del contagio.

Inclusive, la nueva realidad del mercado laboral ya se estaba dando, mucho antes de la aparición del coronavirus. Desde que se empezó a hablar de cuarta revolución industrial, ya se perfilaba el posicionamiento que tendrían las nuevas tecnologías y, por consiguiente, la demanda de empleo en este segmento.

Ahora, con la nueva coyuntura, la sugerencia del Banco Mundial es dar prioridad a un programa de reformas centrado en el crecimiento de la productividad, con énfasis en el sector servicios.

Servicios ya es el mayor empleador. Se espera que el sector servicios, que ya es el mayor empleador de la región con más del 60 por ciento de la fuerza laboral. Sin embargo, el Banco Mundial visualiza que crecerá aún más.

En ese sentido, los empleos que tienen que ver con la provisión de insumos estarán entre los más demandados.

A su vez, los responsables de la formulación de políticas sobre empleo, deberán procurar la recopilación y actualización de datos del sector servicios, toda vez que en los países de la región es común la falta de datos disponibles referentes al sector.

Distribución de empresas por tamaño, la dinámica, las barreras de entrada, la falta de competencia y las restricciones al comercio es esencial para formular políticas que puedan explotar el potencial del crecimiento de la productividad en este sector son los puntos obligados que se deben abordar en cada país.

Empleo tecnológico. El informe del Banco Mundial entra en el detalle de la transformación que está experimentando el mercado laboral. Por ello, llama la atención en la necesidad de poner el foco en una respuesta urgente de los gobiernos para preparar a la fuerza laboral del futuro.

Agricultura productiva. En la pandemia se vio al agro activo en la mayoría de los países. El cierre de fronteras, que suponía una reducción de posibilidades de adquirir productos importados, llevó a potenciar la producción local para garantizar la seguridad alimentaria de la gente. En el informe del Banco Mundial se habla de la agricultura como un componente clave para el empleo. Eso implica que las empresas de fertilizantes, maquinaria, generación de energía y riego están entre las que podrían demandar más mano de obra.

El futuro de la manufactura. Es claro que las nuevas tecnologías, de la llamada Cuarta Revolución Industrial, están reduciendo la demanda laboral en el área de industrialización. Sin embargo, esto no se debe ver como un riesgo, sino como una oportunidad para la formación en lo que se requiere. Las nuevas tecnologías están permitiendo a los proveedores producir bienes de mayor calidad a precios más bajos, por lo que los proveedores que utilizan tecnologías más antiguas tendrán que adaptarse o no sobrevivirán.