“Tomen dióxido de cloro: en Perú se salvaron muchos pacientes, cientos, con dióxido de cloro. Hora de despertar”. Esa fue la frase de la empresaria Natalia París que causó una tormenta en las redes y llevó ahora a que la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), que debe velar por la protección del consumidor, le hiciera una advertencia a la modelo y empresaria.

De manera inmediata, París debe detenerse en la promoción del dióxido de cloro y retirar los comentarios en los que invitaba a las personas a consumir este producto para prevenir el contagio de covid-19.

La orden impartida por la SIC a través de una resolución, es tajante, pues no deja cabida para acudir a algún recurso de apelación de los que contempla la ley. Además, no fue el único requerimiento que hizo el organismo de control a la modelo. También le pidió que allegue información del laboratorio que elabora el “dióxido de cloro”, el cual promociona en sus redes sociales.

La empresaria tendrá que indicar si el producto recomendado cuenta con registro sanitario y remitir copia del mismo. Estos documentos técnicos y/o científicos que soportan los beneficios atribuidos al producto referido en los comentarios de París, tendrán que contrastarse con la literatura que ya existe alrededor del producto, algo que resultará difícil, pues ya, desde el año pasado, había una alerta sanitaria expedida por el Invima, que subrayaba la inexistencia de ensayos clínicos que pudieran avalar el uso del dióxido de cloro para el tratamiento de la covid-19.

Médico suministró dióxido de cloro a pacientes con covid-19 en Bogotá.

En su momento, el Invima fue enfático en afirmar que dicho producto no es un medicamento y que en el territorio nacional no hay registros sanitarios que permitan su comercialización para tales fines.

El dióxido de cloro es conocido en el mercado de los productos químicos como un desinfectante muy potente para la eliminación de bacterias y virus. Los comentarios de Natalia París, sobre su uso en el tratamiento de la covid-19 llevan a recordar el episodio sucedido el año pasado, cuando el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, mencionó en una rueda de prensa las inyecciones de desinfectante para lograr la limpieza de los pulmones. El exmandatario, posteriormente, dijo que hacía alusión a ese tratamiento contra el coronavirus en tono sarcástico. Sin embargo, alcanzó a causar confusión, en medio de la angustia de la población por recorrer un camino de protección ante la enfermedad.

VIDEO: LE PUEDE INTERESAR

En esta ocasión, la Superintendencia volvió a revisar los pronunciamientos internacionales expedidos por una de las entidades de mayor credibilidad en el mundo: la FDA (Administración de Alimentos y Drogas de los Estados Unidos de Norteamérica). En ellos se advierte que, entre las consecuencias derivadas del consumo de dióxido de cloro, están algunas que podrían poner en riesgo de muerte a las personas. Insuficiencia respiratoria causada por una condición grave en donde la cantidad de oxígeno que se transporta a través del torrente sanguíneo se reduce considerablemente; cambios en la actividad eléctrica del corazón, lo que puede llevar a ritmos cardíacos anormales y posiblemente mortales; baja presión arterial mortal causada por deshidratación; insuficiencia hepática aguda; conteo bajo de células sanguíneas, debido a la rápida destrucción de los glóbulos rojos, lo que requiere una transfusión de sangre inmediata; vómitos severos y diarrea severa son algunos de los efectos descritos por la FDA.

Por todas esas razones, los desafortunados comentarios de la famosa modelo, que además de sugerir el consumo de dióxido de cloro, también puso la sustancia como un ‘salvamento’ de la vacuna contra covid-19, fue que la Superintendencia se apresuró a emitir la orden a Natalia París.

El incumplimiento de la resolución emitida por la SIC en este caso puede llevar a multas sucesivas hasta por mil salarios mínimos.

Y no es todo, en caso de encontrar alguna conducta que viole los derechos de los consumidores, como información engañosa o insuficiente y que pueda poner en riesgo la salud de las personas, podrán imponerse multas hasta por dos mil salarios mínimos.