La eurozona atraviesa la peor crisis de su corta historia y muchos creen que está en juego su supervivencia. Los graves problemas que enfrentan países como Irlanda, Grecia, Portugal y España hacen temer por una posible ruptura del euro, la moneda que, hasta hace muy poco, parecía que podría llegar a destronar al dólar como divisa internacional para el comercio.Hace una semana, el prestigioso diario The Sunday Times tituló su primera página 'La muerte del euro' y se preguntó si la eurozona podrá sobrevivir a la actual crisis. Algunos expertos consultados por el diario afirmaron que ya no es inconcebible hablar de una ruptura de la moneda única, y nadie se sintió capaz de proporcionar tranquilidad sobre el futuro a largo plazo de la moneda única. El semanario británico The Economist asegura en su último número que España, país sobre el que los inversionistas tienen puestos sus ojos, tiene la clave que puede evitar el colapso del euro.También los más escépticos de la unión monetaria europea, como los premios Nobel de Economía Paul Krugman y Joseph Stiglitz, han endurecido su posición frente a la divisa. Stiglitz ya había vaticinado en su libro Caída libre un futuro sombrío para el euro, y unos meses después de la crisis griega, en una entrevista a la BBC, no descartó un posible fin de la moneda única si Europa no logra solucionar sus problemas institucionales fundamentales.Por su parte, Krugman acaba de decir en su más reciente columna en The New York Times que España está prisionera del euro y que estaría mejor sin él. Con estos comentarios, el premio Nobel alborotó a la Península Ibérica. "¿Debería España escapar de esta trampa, dejando el euro para restablecer su propia divisa? ¿Lo hará? -se preguntó el economista. Y respondió a ambos interrogantes diciendo que no-. España lo haría mejor ahora fuera del euro si no lo hubiera adoptado nunca, pero intentar abandonarlo crearía una enorme crisis bancaria".Los comentarios del Nobel de Economía no son compartidos por todos los economistas. Para el colombiano José Antonio Ocampo, profesor de la Universidad de Columbia, en Nueva York, que España está prisionera del euro es como decir que California lo está del dólar. "No hay gran diferencia". Comparte esta posición el alemán Friedrich Heinemann, del prestigioso Centro de Investigación Económica Europeo. En diálogo con SEMANA, dijo que quienes hablan de una posible ruptura de la unión monetaria europea no solo exageran, sino demuestran un desconocimiento en la materia. "Le diré por qué es equivocado ese pronóstico con una sola pregunta: ¿por qué no se rompe el dólar cuando California se declara insolvente? Establecer una necesidad causal entre la crisis de un miembro de la unión y el fin de la moneda es absurdo".En defensa del euro también salió el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, quien dijo la semana pasada que la crisis actual de la eurozona debe atribuirse al mal comportamiento de algunos países y no a debilidades estructurales de la moneda única. "No es toda la UE la que está en juego. Se trata de una inestabilidad financiera que se ha producido por un mal comportamiento de las políticas fiscales y con una interacción de los mercados". Según Trichet, hay una tendencia en ciertos canales de comunicación a tomar a Europa como chivo expiatorio y a decir que las cosas no van bien por culpa de la Comisión, del Banco Central Europeo o del euro. Cunde el pánico Lo cierto es que por estos días, mientras la temperatura baja en los termómetros de casi toda Europa, la tensión sube entre los inversionistas del Viejo Continente. La preocupación se debe especialmente a España, a quienes muchos ven como la siguiente economía en entrar en situación crítica después de Irlanda. Y si esto llega a ocurrir, se estaría hablando en palabras mayores. Krugman considera que si Grecia, Portugal e Irlanda son tapas, España es el plato principal. Para el destacado economista Nouriel Roubini, España debe poner en marcha una serie de medidas para evitar caer en el abismo. "Sería un desastre tener que rescatar a España, porque es demasiado grande para caer y demasiado grande para ser salvada".Por estos días, los consejos le llueven al gobierno de Rodríguez Zapatero, que debe emprender nuevas reformas y ajustes rápidamente. Krugman recomienda una 'devaluación interna', mediante la rebaja de salarios y precios, ya que no puede hacer una devaluación de su moneda para favorecer las exportaciones y las empresas. Reconoce que sería algo muy doloroso que podría provocar varios años de tasas de desempleo altas e ir acompañadas de una caída de los ingresos de las empresas. "Todo esto significa perspectivas económicas muy pobres para España en los próximos años", concluye Krugman.Ahora bien, en opinión del semanario The Economist, los miedos sobre España parecen exagerados ya que, aunque comparte algunos de los problemas bancarios de Irlanda o de la horrible competitividad de Grecia, tiene menos problemas que ellos. "Su deuda pública, de alrededor del 60 por ciento del PIB, está por debajo de la alemana y de la media de la UE. Sus bancos son fuertes. Sus multinacionales están incrementando sus exportaciones", señala.El problema es que aunque los analistas españoles digan que España no es Irlanda, y que la situación de la banca es muy diferente y que están trabajando para reducir el déficit, esto no parece calmar a los mercados.José Antonio Ocampo afirma que los mercados financieros en crisis son irracionales. Lo han demostrado una y otra vez. Y, nuevamente, en este caso están siendo irracionales y pueden empujar a otros a las crisis. Son más fuente de problemas que de soluciones. No son capaces de distinguir claramente entre uno y otro país. "Yo creo que la situación de Grecia -por la dificultad fiscal- y la de Irlanda -por la crisis bancaria- son muy diferentes a lo que vive España". Según el ex ministro colombiano, el gobierno de Rodríguez Zapatero deberá tomar medidas, pero no ve que España sea un problema potencial.Y si bien la mayor preocupación la genera España, no es la única economía que tiene en vilo a la eurozona. En el periódico portugués Diario Económico, Roubini -reconocido por sus predicciones respecto a la crisis financiera desatada a partir de las hipotecas subprime- dijo que el rescate de Portugal es cada vez más probable.Para el experto, por el bien de España, Portugal debe acudir al Fondo Monetario Internacional a pedir dinero prestado. Según él, antes de ir contra las cuerdas, Portugal debe salir del ring y pedir ayuda, pues mientras esté afuera puede dar los pasos adecuados sin la presión que tiene ahora de los mercados. Ahora bien, todos saben sobre quién recae la responsabilidad de sacar adelante la eurozona. "El futuro del euro reside en Alemania y el Banco Central Europeo. Ellos, al fin y al cabo, son quienes tienen el dinero", dice The Economist.Pero el riesgo, según Friedrich Heinemann, es que los instrumentos de ayuda no se pueden convertir en la salida a los problemas centrales de los países más débiles. Y ese es otro gran problema que tienen que enfrentar los líderes europeos, pues los contribuyentes de Alemania, Gran Bretaña y otros países, después de haber sacado de apuros a Grecia y ahora a Irlanda, no estarían muy contentos con futuros rescates. ¿Cuántas veces más sucederá?, se preguntan varios líderes en Alemania. En el fondo, todo el mundo confía en que Europa saldrá de esta crisis -como ha salido de otras en su larga historia- y que los actuales líderes podrán evitar que el sueño hecho realidad hace 12 años se desvanezca o se convierta en una pesadilla.