Nadie pone en duda que la pandemia y las medidas de confinamiento para contenerla tuvieron un efecto devastador en el mercado laboral colombiano. No obstante, para más de uno quedó el sinsabor de que los subsidios de desempleo que tiene el país son insuficientes para enfrentar una crisis como la del coronavirus.
La figura que opera en Colombia, que es diferente a los subsidios que se entregan, por ejemplo, en Estados Unidos, se llama mecanismo de protección al cesante y es otorgado por las cajas de compensación familiar. Estas entidades sacan los recursos de los aportes que realizan mes a mes las empresas al contratar y los destinan a los trabajadores formales que han pertenecido a estos regímenes.
De entrada, esto deja por fuera a millones de colombianos que están en la informalidad y a aquellos que en los últimos años no pudieron estar vinculados a este sistema, con lo cual, no tienen la posibilidad de mantener acceso a salud, ahorro a pensiones, subsidio familiar y acceso a servicios de intermediación y capacitación laboral.
Así sucedió, efectivamente, con la pandemia. Según Adriana Guillén, presidenta de Asocajas -gremio de las cajas de compensación- la demanda de subsidios de desempleo llegó a los 830.000, de los cuales efectivamente se entregaron 222.000 con recursos de estas corporaciones.
“Muchos de los que se acercaron pertenecían al sector informal, y, lamentablemente, no estaban cubiertos”, aseguró.
Como si esto fuera poco, aún hay 114.000 colombianos que cumplen el lleno de los requisitos para acceder al mecanismo de protección al cesante. El problema es que los recursos de las cajas de compensación ya se acabaron y la única salvación que queda está en manos del Gobierno Nacional.
¿Qué viene?
Para esto, el Ministerio de Trabajo tomará recursos del Fondo de Mitigación de Emergencias (Fome) y les girará unos 55.000 millones de pesos a las 43 cajas de compensación. Esto les permitirá atender a 21.000 personas más, quienes recibirán cuota monetaria y pago de seguridad social por 3 meses.
La decisión del Ejecutivo permitirá darle un alivio a este grupo de ciudadanos, sin embargo, más de 90.000 personas seguirán sin atención en este frente. Según Guillén, estas serán cubiertas por el Ingreso Solidario.
“Las personas que no alcancen a ser cubiertas entrarán a Ingreso Solidario, que reciben 160.000 mensuales”, explicó la directiva.
Sin duda, esta es una salida para mitigarles los ingresos los trabajadores que perdieron sus puestos. No obstante, el efecto positivo es parcial, pues este último subsidio a duras penas alcanza para pagar facturas de servicios públicos o hacer un mercado.
De hecho, analistas laborales como Juan Carlos Guataquí ha señalado que para que el país tenga un buen mecanismo de protección al desempleado se debe comenzar por ampliar su cobertura a los informales, que representan casi la mitad de los trabajadores colombianos.
“La incidencia de este seguro de desempleo es mínima, pues solo cubre a los cesantes que eran asalariados. Es necesario revisar en detalle esta propuesta para tener mecanismos reales de protección”, dijo hace unos días el experto.
En este sentido, la presidente de Asocajas señaló que, de cara a futuras crisis, la única salida es aumentar la formalización del mercado laboral y esto, en su concepto, se logra aumentando las cualificaciones de los trabajadores.
“Las cifras de empleo en agosto son positivas y, en la medida en que no se necesiten confinamientos, la recuperación será mayor. Pero este es un problema estructural y la generación de empleo depende de aumentar la productividad”, explicó.
Además, recordó la propuesta que hizo el expresidente de Anif, Sergio Clavijo, quien señaló que al eliminar los aportes a las cajas de compensación, se aumentaría la creación de puestos de trabajo, pues, desde su perspectiva, son un costo adicional que recarga el valor de la nomina en las empresas.
Para Guillén, esta lógica es lejana a la realidad y señala que de haberse aceptado, miles de colombianos habrían quedado desprotegidos del mecanismo de protección al cesante. Además, dice que para aumentar la contratación no queda de otra que las empresas suban las ventas de sus bienes y servicios, pero también de que se ajusten aspectos de la contratación en el país.
“Se necesitan nuevos esquemas y modalidades; tenemos que ser innovadores en las nuevas relaciones laborales y que estas vengan de un proceso de concertación, porque esto es lo único que nos permitirá que las medidas que se tomen se mantengan en el futuro”, concluyó Guillén.