Si hay algo que les duele a miles de colombianos que tienen acceso al sistema financiero es que buena parte de los pagos que realizan se van al pago de intereses.
Esta es apenas una de las reflexiones que se escuchan a esta hora en la Comisión Tercera de Senado, donde se acaba de aprobar -en primer debate- un cambio en las reglas de juego para definir la metodología en que se fijan los intereses de las tarjetas de crédito.
Históricamente, estos productos les han servido a millones de colombianos para adelantar compras o realizar inversiones a mediano y largo plazo. No obstante, regularmente han estado atadas a la tasa de usura mensual, es decir, la tarifa máxima que pueden cobrar los bancos y entidades financieras, fijada por la Superintendencia Financiera.
"Los bancos estarán obligados a la hora de definir la tasa de interés factores del perfil de riesgo del usuario. Para definir la tasa tendrán que establecer si ese usuario paga a tiempo, los montos y plazos. Hoy nos cobran como si todos fuéramos malos clientes y esa tasa está pegada al techo de la usura. Entonces, esta ley va a ayudar a que la gran mayoría de los usuarios que tienen un buen perfil, que pagan a tiempo, les tenga que bajar sustancialmente la tasa de interés en su tarjeta de crédito”, explicó el senador David Barguil, uno de los autores de la iniciativa.
En este orden de ideas, se le darían facultades a la Superintendencia Financiera para fijar tarifas diferenciales en las tasas de interés. Según el proyecto, “el sistema actual de imposición de tasas de interés para tarjetas de crédito es indiferente entre buenos clientes y malos clientes, ya que les imponen la misma penalidad por adquirir el servicio y no toma en cuenta el comportamiento individual de cada cliente en el sistema”.
En plata blanca, las entidades del sector tendrían que fijar una tasa según el perfil de riesgo de cada cliente. Con esto presente, si es buena paga, le tendrían que dar un mayor beneficio. En contraste, si tiene un historial negativo, su cobro sería mayor, debido al mayor riesgo que implica prestarle recursos.
En este punto, el senador Richard Aguilar señaló que el proyecto cae como anillo al dedo y recordó lo sucedido durante los dos primeros días sin IVA, en los cuales, según sus cuentas, los bancos aumentaron las tasas de interés de tarjetas de crédito. Y buena parte de los que compraron con dicho descuento lo hicieron a cuotas. “Este proyecto tiene una causa muy justa y necesaria, porque los bancos pese a que aumentan sus utilidades, no han transferido nada a los usuarios en medio de la pandemia”, señaló.
No menos importante, el proyecto trae consigo un mandato para ponerle control a los llamados gastos por cobranzas cuando los clientes se atrasan. Hoy en día, con solo un día de mora ya se pueden causar estos cobros. Según Barguil, a las personas "no le podrán poner ninguna multa adicional ni cobrar la totalidad de los intereses del crédito como pasa actualmente en algunas entidades financieras”.
Es decir, si una persona, por cualquier motivo, se retrasa en uno o dos días con el pago de su cuota, no le podrán cobrar el mes completo.
De otro lado, Barguil y otros congresistas alertaron, durante el debate, sobre una presunta práctica que va en contra del mercado.
Para el senador, “en tarjetas de crédito parece haber una práctica anticompetitiva y eso uno lo puede decir sin muchas pruebas. Cómo es posible que casi todas las tasas sean las mismas y estén pegadas al techo de usura y sin importar el perfil de riesgo. Esto nos demuestra que hay práctica restrictiva de la competencia”.
De hecho, congresistas de otros partidos -incluido el de gobierno, Centro Democrático- reiteraron su apoyo a la iniciativa y respaldaron las denuncias sobre una posible ‘cartelización’ en las tasas de interés, independiente de si esta práctica es o no tácita.
En todo caso, el proyecto recibió un fuerte espaldarazo este lunes en la Comisión Tercera, a tal punto que pasó sin problema su primer debate y ahora sigue su trámite en la plenaria del Senado. Eso sí, para avalarse definitivamente tendrá que hacer lo propio en la Cámara de Representantes.