Aunque ha estado en descenso, especialmente por el freno en la economía que lleva al susto por tomar créditos, la tasa de usura en Colombia sigue siendo alta y la que regirá para junio así lo evidencia: 30,84 %, cuando se trata de un crédito de consumo y ordinario.
Así lo divulgó la Superintendencia Financiera, con lo cual este será el máximo interés que le podrán cobrar a las personas por los intereses, al tomar un crédito en esas modalidades, que suelen ser las más utilizados por los usuarios, ya que son rápidos, sin mucho complique, pero caros.
De hecho, en ese paquete están las tarjetas de crédito, que en el arranque del año han sido el caballito de batalla para algunos bancos, que se dedicaron a ofrecer y a ofrecer, y luego la gente empezó a entrar en morosidad.
Se abarató el crédito productivo rural
Para junio, hay que mencionar que la tasa más baja, dentro de las distintas modalidades de crédito, es la del que ahora se conoce como productivo rural, que está en línea con la búsqueda que tiene el Gobierno de promover la productividad en el campo. Para estos préstamos, el interés efectivo anual es del 28,43 %.
Por el contrario, teniendo en cuenta que las tasas de interés tienen que ver con los niveles de riesgo de los tomadores del crédito, el interés remuneratorio y por mora más alto lo tiene la modalidad conocida como crédito popular productivo urbano: 84,6 %.
¿Sirve la tasa de usura?
Hay que señalar que, recientemente, el cofundador del neobanco Nu, David Vélez, afirmó que en Colombia había una serie de normas que afectaban el crecimiento de las entidades financieras y es algo que no ocurre en otras naciones.
Esto lleva a que las personas, pese a que solicitan productos bancarios, terminan no aceptándolos, por los costos, lo que a su vez es una de las talanqueras para que las personas hagan algo distinto con su ingreso, que consumir.
En ese contexto, desde varias trincheras se ha hablado de si sería mejor que no exista la usura y, en su reemplazo, sea el mismo mercado el que fomente la competitividad y la aplicación de intereses por parte de las entidades financieras, para atraer clientes.
Al respecto, el superintendente financiero, César Ferrari, en reciente entrevista con SEMANA, fijo que no creía que los bancos bajaran intereses por inexistencia de una usura y que, en todo caso, ese tope máximo en el cobro de créditos es una ley; por lo tanto, modificarla requeriría el paso por el Congreso.