Alivio para el bolsillo de los colombianos. Eso es lo que se espera que se dé pronto, cuando haga efecto la nueva reducción en las tasas de interés de referencia del Banco de la República, que en su junta directiva de este 31 de octubre decidió bajar en 0,50 puntos el indicador que es considerado como uno de los frenos para el crecimiento de la economía.
Con ello, las tasas de interés quedan en 9,75 %, desde los 10,25 % en los que estaban hasta ahora. Se trataría entonces del retorno de dichas tasas a un dígito, lo que no ocurría desde agosto de 2022, cuando ya habían remontado a 9 %, en medio de la crisis provocada por la pandemia de covid-19.
Cuatro contra tres
El gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, manifestó que cuatro integrantes de la junta estuvieron a favor de esa decisión, con lo cual sigue la misma tendencia que, hasta el momento, ha impedido que las tasas de interés bajen más rápido, como lo reclama de manera reiterada el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, quien tiene de su lado a otros dos miembros del equipo que maneja la política monetaria en el país.
Crecimiento mayor
La destorcida en las tasas de interés es definitiva para que la economía tenga mayor dinamismo, puesto que, sin crédito, no hay inversión ni aumento en el consumo, lo que finalmente se vuelve un círculo vicioso. Por ello, Villar recordó que la junta viene aplicando recortes de 0,50 puntos desde marzo, mientras que múltiples actores del mercado claman por reducciones de 0,75 puntos o más.
En la medida en la que se han dado reducciones significativas de las tasas de interés de referencia, el gerente del Banco de la República anunció también que la junta decidió aumentar el pronóstico de crecimiento para 2024 a 1,9 %, recordando además que —en los inicios de este año— apostaba por una cifra inferior a 1 %. Así las cosas, el objetivo es que un menor costo en el crédito ayude a la reactivación de la economía, alrededor de la cual la expectativa es que crecerá en alrededor del 2 %.
La inflación esperada para este año
El freno de la junta directiva para bajar más las tasas ya no es la inflación alta, sino el riesgo de que no se pueda mantener en los niveles bajos, lo que es una de las señales que reciben para relajar más la política monetaria.
No obstante a nubarrones que existen y que hacen temer aún a los integrantes de la junta que puedan haber presiones inflacionarias mayores a las que se tuvieron ya en este mes y que causaron la depreciación del peso frente al dólar, tanto Villar como Bonilla sustentaron que esperan que al cierre del año, la inflación se ubique en 5,3 %, una cifra más baja de la esperada.
¿Qué pasó para que no bajaran más las tasas?
Hay razones internas y externas que tienen en cuenta los integrantes de la junta directiva para adoptar las decisiones, pese a que muchos reclaman que sigan tan cautos. En esta oportunidad, para llegar a bajar 0,50 puntos, mientras muchos analistas esperaban una mayor bajada, según explicó Villar, tuvieron en cuenta lo sucedido con la tasa de cambio, que lleva más de un mes en tendencia al alza, en parte, debido a situaciones como la proximidad de las elecciones en Estados Unidos. “El dólar ha venido mostrando incrementos sucesivos, que de volverse persistentes podrían generar presiones al alza sobre la inflación”, explica el comunicado del Banco de la República, y agrega que eso “reduciría el margen de maniobra para continuar con el relajamiento de la política monetaria al ritmo que se ha venido llevando a cabo hasta el momento”.
De igual manera, también pesó en la decisión del equipo de expertos un componente interno y es el de la incertidumbre en torno a la situación fiscal en Colombia.
El hecho de que se esté tramitando un acto legislativo para reformar el sistema general de participaciones, que es el que le hace transferencias a las regiones, preocupa, pues se trata de un incremento significativo en el gasto. Esto, en medio de una caída en los ingresos por recaudo tributario y el rumbo que tomó el presupuesto general para 2025, que no fue aprobado en el Congreso de la República, por lo que tendrá que emitirse por decreto presidencial. Los parlamentarios no vieron claridad en las fuentes de financiación de dicho presupuesto. Todo junto, según estimaron los integrantes de la junta del Banco de la República, “podría comprometer la sostenibilidad de las finanzas públicas”.