Yumbo, Orito, Yondó y Saravena son algunos municipios que resultan desconocidos por la gran parte de los colombianos. La trascendencia que pueden lograr es poca y casi siempre en la medida en que ocurra en ellos una catástrofe o sean protagonistas de algo verdaderamente extraordinario.Sin embargo, en estos municipios –y en otros 17 más en condiciones similares- está ocurriendo una revolución que les está cambiando por completo el panorama, pues desde agosto del 2012 se viene maquinando en ellos una de las iniciativas empresariales más sobresalientes de los últimos años en Colombia.Se trata del proyecto Tejido Empresarial, una apuesta emprendida por Ecopetrol, Confecámaras y la alianza entre la Universidad Jorge Tadeo Lozano y Corca, a la que más tarde se le sumó Acopi, el gremio que representa los intereses de las pymes en Colombia.Y es que ¿qué tienen en común Yumbo, Orito, Yondó o Saravena yestos 21 municipios? La respuesta es que son territorios en los que Ecopetrol tiene cobertura, es decir, en donde la empresa más grande del país ha metido la mano. Resulta que esos municipios, todos con muy bajo acompañamiento estatal, son cunas de personas humildes que veían en la macrocompañía petrolera una oportunidad para hacer negocios. Como relata Rosmery Quintero, presidente de Acopi, Ecopetrol era algo así como un ‘sueño dorado‘ de muchos pequeños y medianos empresarios, que querían convertirse en proveedores para la empresa.Ecopetrol conoció los anhelos que brotaban en esos municipios en que el emprendimiento, si bien se empezaba a vislumbrar, no tenía bases sólidas y se realizaba improvisadamente. Por esto decidió echar mano al asunto y, a través de un convenio formulado con las 15 Cámaras de Comercio y las ocho Cajas de Compensación Familiar, decidió armar Tejido Empresarial, una red para capacitar, empoderar y retroalimentar aquellas actividades económicas que venían floreciendo con el objetivo de constituirse en empresas con todas las de la ley.El asunto también tocó las puertas de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, que en conjunto con Corca se le midió al diseño de estrategias y metodologías empresariales que sirvieran para acompañar a las incipientes mipymes. Un año después, Acopi se integró a la que se venía denominando como la “Gran Alianza para el Fortalecimiento” y, con su experiencia de casos de éxito aplicados en las seccionales de Valle del Cauca y Barrancabermeja, completó la urdimbre de la red Tejido Empresarial.En tres años de funcionamiento, la Gran Alianza para el Fortalecimiento del Tejido Empresarial ha impactado cerca de 600 medianas, pequeñas y microempresas a través de la metodología empresa fuerte y sostenible (EFS), las cuales, según mediciones realizadas bajo este método, han aumentado en un 17,55 % su índice de fortalecimiento y sostenibilidad empresarial (IFSE) y han generado el 3,78 % de nuevos empleos en sus respectivas regiones.Casi 1.000 empleados han recibido capacitaciones, los modelos implementados han posibilitado la intervención de 690 soluciones empresariales. Hasta el momento, 476 mentores han sido certificados por el programa para llevar el mensaje del emprendimiento a otras mipymes. Y en materia de negocios, la Gran Alianza ha sido testigo de 585 alianzas empresariales que han generado cerca de 4.500 millones de pesos. Solamente Ecopetrol le ha invertido al proyecto cerca de 20.000 millones de pesos.Y aunque las cifras sean dicientes del proceso exitoso que viene implementado la Gran Alianza, quizá no revelen algo más significativo, que es la inyección de dinamismo en la economía de unas zonas cuya tradición económica era demasiado homogénea.Para Rosmery Quintero, la economía colombiana no alcanza su máximo potencial porque “no estamos siendo productivos y, por eso, no somos competitivos”. La actividad del país arrastraba algunos lastres del pasado, como la poca incidencia del emprendimiento, que poco a poco han sido enderezados a través de múltiples iniciativas –como la Gran Alianza para el Fortalecimiento del Tejido Empresarial-, al punto de que hoy en día, el 95 % de las empresas colombianas son mipymes.El proyecto de Tejido Empresarial, que ya se encuentra en su tercera fase de cuatro y que planea consolidarse por completo al término del 2017, se ha convertido, en palabras de Rosmery Quintero, en una opción transversal a la aplicación de recursos del sector público y privado en pro del mejoramiento de indicadores económicos en poblaciones vulnerables o sin mucho acompañamiento.“Es la oportunidad para que nuestros alcaldes y nuestros gobernadores miren la metodología de Tejido Empresarial como un activo muy importante del país para acompañar el proceso empresarial”, explica.Y no sólo por la metodología desarrollada en esos tres años, sino también por las implicaciones que tiene la filosofía misma del proyecto, que radican en las alianzas constantes de diversos actores, ya sea en la comunidad o en el plano empresarial. “Las alianzas desde el punto de vista público, desde el punto de vista privado, con la vinculación de la academia, son sumamente importantes para avanzar a pasos mucho más acelerados y lograr ese crecimiento con el que todos soñamos”.