El gran grupo de telecomunicaciones español Telefónica suprimirá alrededor de 5.100 empleos en España, casi un tercio de sus efectivos en el país, informaron este lunes los sindicatos y fuentes cercanas a las negociaciones.

Esta reducción de personal, anunciada durante una reunión entre la dirección y los sindicatos, afectará a la totalidad de las actividades de la empresa en España, dijo a la AFP una fuente sindical. Los despidos tendrán lugar progresivamente hasta 2026, explicó una fuente próxima a las negociaciones.

El grupo, integrado por varias sociedades, está presente en 12 países incluyendo Brasil, Alemania o el Reino Unido, y tiene actualmente 16.500 empleados en España, de un total de 100.000 en el mundo. En los últimos años ya suprimió miles de empleos en España.

Contactada por la AFP, la dirección de Telefónica señaló haber “comunicado a los distintos representantes de los trabajadores el ajuste correspondiente a cada una” de las sociedades del grupo “para adecuarlas al exigente proceso de transformación y adaptación que requiere la nueva era digital”, pero no confirmó la cifra.

La reducción de plantilla se hará bajo la modalidad de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), usual en España, en el que los trabajadores reciben indemnizaciones negociadas y superiores a las normales de un despido.

El sindicato UGT (Unión General de Trabajadores) advirtió que no facilitará el acuerdo si no ofrece “garantías y estabilidad”.

UGT reveló que el plan afectará a trabajadores nacidos en 1968 o antes, y con al menos 15 años de antigüedad en la empresa, y que la cifra final de personal que acabe abandonando la empresa podría ser inferior a los 5.100, ya que algunos podrían acabar recolocados en otras funciones.

El lastre de la deuda

Peso pesado de la telefonía mundial, Telefónica afronta, como gran parte de sus rivales europeos, una alta deuda que crea inquietud sobre su solvencia a causa del aumento de las tasas de interés y la alta inflación.

Para reducir esta deuda, el grupo ha realizado importantes cesiones de activos en los últimos años, incluida la venta de las torres de telecomunicaciones de su filial Telxius por 7.700 millones de euros.

Telefónica opera en Perú desde 1994

También ha llevado a cabo varios planes de despidos voluntarios. Estas medidas se han traducido en una fuerte caída de la deuda, de 50.000 millones de euros a 27.500 millones desde que José María Álvarez-Pallete tomó el timón de la sociedad en 2016, pero no de la ratio deuda/fondos propios del grupo, ya que la empresa ha reducido su tamaño y ha visto cómo se diluía su capitalización.

Desde la crisis financiera, el precio de las acciones de Telefónica se ha desplomado desde casi 23 euros en 2007 a unos 4 euros en la actualidad, lo que ha reducido su capitalización bursátil de 100.000 millones de euros a 21.000 millones.

En los últimos resultados de los que dio cuenta, Telefónica anunció hace menos de un mes que cumplirá sus objetivos financieros para 2023 tras registrar un aumento de los beneficios de 9,3% en el tercer trimestre y pese a una leve caída en la facturación.

Los beneficios netos del operador histórico español alcanzaron entre julio y septiembre los 502 millones de euros (545 de dólares), por 460 millones de euros en el mismo periodo de 2022.

Los despidos se conocen en un momento de gran actualidad para la compañía, que lanzó una OPA por el 28% de su filial alemana (Telefónica Deutschland) que no posee, por 1.970 millones de euros.

Además, a principios de setiembre, la Saudi Telecom Company (STC), principal operador telefónico de Arabia Saudí, entró por sorpresa en el capital del grupo español, convirtiéndose en su primer accionista por delante del banco BBVA (4,87%) y creando inquietud en el Gobierno español del socialista Pedro Sánchez, por considerar a Telefónica una empresa estratégica.