Uno de los grandes interrogantes entre aquellos que tienen más de una nacionalidad es dónde tributar. Pero lo que pocos saben es que no solo la nacionalidad es uno de los aspectos que tiene en cuenta los gobiernos para cobrar impuestos. Lo que más pesa suele ser la residencia fiscal.
Frente a lo anterior, lo primero que hay que tener en cuenta es quién es un residente fiscal. Así llaman a la persona natural, ya sea nacional o extranjera, que permanezca más de seis meses en un país, ya sea de manera continua o por intervalos, pero que sume al año ese tiempo, que en días suman 183.
Ese en realidad se convierte en el primer criterio para determinar la obligación de pago de impuesto de renta, según explicó Santiago Arbouin, Socio de la firma de abogados CMS Rodríguez-Azuero.
Arbouin indicó que “la nacionalidad puede constituir un criterio alternativo o subsidiario, como también ocurre en el caso colombiano, en donde aún sin cumplir los 183 días de permanencia en el país, se presume que se es residente fiscal colombiano por ser nacional colombiano y por tener su núcleo familiar en Colombia o que su patrimonio e ingresos sea mayoritariamente de fuente colombiana”.
De manera didáctica, los expertos explican que en caso de tener que tributar en ambos países, existen 3 alternativas para hacer sus declaraciones de impuestos y evitar pagar impuestos dos veces:
- Crédito Fiscal: con esa figura se puede descontar los impuestos pagados en el exterior, como ocurre en el caso colombiano que permite un descuento tributario por impuestos pagados en el exterior de conformidad con el artículo 254 del Estatuto Tributario colombiano.
- Convenios de doble imposición: estos son aquellos que establecen reglas para atribuirse las rentas entre ambos países y evitar la doble tributación.
- Asesoría fiscal internacional: esta lo que le permite es planear adecuadamente la tributación en aquellos países en los que se tengan intereses económicos o se tenga residencia. Esos tratados son acuerdos internacionales suscritos por distintos países que buscan evitar que a sus residentes se les impongan varios gravámenes tributarios por un mismo hecho. Actualmente, Colombia cuenta con doce y están suscritos con los siguientes países: Francia, Italia, Reino Unido, República Checa, Portugal, India, Corea del Sur, México, Canadá, Suiza, Chile y España.
Desde la firma de juristas explican que, el tener cuentas bancarias en ambos países, no es generador de pago de impuestos de manera automática, salvo que en dichos países exista un impuesto al patrimonio, como en el caso colombiano, que grava patrimonios que superen los $3.053.664.000.
Para Santiago Arbouin, las normas fiscales del impuesto sobre la renta usualmente gravan ingresos generados en el respectivo año y no el patrimonio, como sería el caso de poseer saldos en cuentas bancarias en dichos países.
Sin embargo, existe la excepción de aquellas normas fiscales que graven el impuesto al patrimonio, caso en el cual, la posesión de cuentas bancarias sí conformará la base de dicho impuesto al patrimonio.
De igual manera, también señala que es posible que se pueda generar otro tipo de cargas fiscales, reportes o declaraciones, como ocurre en el caso colombiano con las Declaraciones de Activos en el Exterior.
Por lo anterior, dependerá de las normas fiscales de los países sobre los cuales se cuenta con doble nacionalidad para determinar si el criterio de nacionalidad es suficiente para atribuir responsabilidades fiscales tanto sustanciales como formales en dicho país.
Los colombianos se están yendo del país. En 2022 se fueron 547.000 ciudadanos, ¿qué está pasando?
Según un informe del diario español El País, citando un reporte del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac) que analiza datos reportados por Migración Colombia, el año pasado el flujo de colombianos emigrantes alcanzó los 547.000, un nivel inédito, rompiendo los registros históricos.
La migración de colombianos al exterior en 2022 es la más alta desde que se llevan registros y muy superior a la que se presentó en 1999, 2000 y 2001, durante una aguda crisis tanto económica como de seguridad en el cuatrienio de Andrés Pastrana, cita el informe. En ese momento, años 2000 y 2001, 282.000 colombianos emigraron, en un fenómeno asociado entonces a una profunda recesión y a la frustración que dejó el no concretar la negociación de paz con la guerrilla de las Farc.