La primera impresión que dejaron entre los analistas y, en general, en los mercados las nuevas cuentas que el Ministerio de Hacienda destapó, al dar a conocer el Marco Fiscal de Mediano Plazo 2024 (MFMP), es que el Gobierno se sinceró con números en mano. Aceptó que hubo una fuerte caída en los ingresos tributarios, lo que lo llevó finalmente a efectuar un recorte en el gasto público, previsto en 20 billones de pesos.

El esfuerzo, pues no es fácil ponerle tijera a un presupuesto que ya está diseñado para el año y es muy inflexible, ha sido visto como un acto de responsabilidad fiscal. No obstante, aún falta ver la forma en la que impactará a cada entidad pública, ya que todos los ministerios han sido llamados por igual a apretarse el cinturón, pero en especial los de Hacienda y Trabajo, según confirmó el ministro Ricardo Bonilla.

Frente al hecho de que los ingresos tributarios pasaron de 16,7 por ciento del PIB en 2023 a solo 15,4 por ciento según el estimado para 2024, habrá que enfrentar una menor disponibilidad de recursos. Esto se hará con una reducción de 11 billones de pesos en el gasto de funcionamiento y un ajuste de 9 billones en la inversión, según señaló Bonilla. La poda en el gasto de funcionamiento no es tan fácil, porque en reiteradas ocasiones se ha puesto en el visor que se trata de obligaciones inflexibles, que no dan espera.

Allí se incluyen el pago de pensiones y la nómina del Estado, al igual que las transferencias de la nación a las regiones a través del Sistema General de Participaciones.

El gobierno aceptó que hubo una fuerte caída en los ingresos tributarios.

Con menos plata para mover desde el Estado, a algunos expertos les preocupa el hecho de que el Ministerio de Hacienda haya subido la proyección de crecimiento de la economía para este año de 1,5 por ciento a 1,7.

Precisamente, la inversión pública es una de las que pone el dinamismo en la producción, sobre todo, cuando el sector privado aún está aporreado por las altas tasas de interés de los créditos y la incertidumbre ante el corto y mediano plazo; por lo tanto, no se anima a invertir para prender más máquinas, producir más y generar puestos de trabajo.

¿Se logrará crecer al 1,7?

A Bruce Mac Master, presidente de la Andi, gremio de empresarios, le llama la atención la revisión al alza de dicha perspectiva de crecimiento. “Las proyecciones de muchos de los analistas, incluyendo la Andi, estiman un resultado que para este año estaría dentro del rango de 1 a 1,2 por ciento. Por lo tanto, si no llegara a cumplirse la nueva meta del 1,7 por ciento, tendremos una situación fiscal que será probablemente más apretada de la que aparece ahora dentro del Marco Fiscal, para lo cual debemos prepararnos desde ya, puesto que nadie podrá decir que fue una sorpresa o un comportamiento no esperado”.

Si bien un crecimiento en 1,7 por ciento no es algo para hacer sonar bombos y platillos, por lo menos permitiría que el ingreso tributario no siga cayendo en la proporción que lo viene haciendo, cuando se registra una contracción de 4,4 por ciento en el año corrido, hasta mayo, considerada por Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, como “la peor en el siglo XXI”.

Bruce Mac Master, presidente de la Andi. | Foto: Juan Carlos Sierra

Además, agregó que “la caída en términos reales supera el 11 por ciento, lo que ratifica la necesidad del recorte en el gasto del Gobierno”. En el cuadre de cuentas del Ministerio de Hacienda en el Marco Fiscal de Mediano Plazo, el 2024 luce mejor que el próximo año.

La expectativa es que el déficit fiscal este año tenga un aumento ligero en comparación con la previsión anterior que se había impuesto el Gobierno. De esa manera, pasa de 5,3 por ciento al 5,6 por ciento, lo que permitiría todavía respetar la ley de regla fiscal, que es la que da la pauta para que el Gobierno se vea obligado a mantener sanas las finanzas públicas.

Pero Daniel Velandia, director de Investigaciones Económicas de Credicorp Capital, advierte que para el próximo año la cifra de 5,1 por ciento estimada para el déficit sobrepasa con creces la que se tenía en el Marco Fiscal de 2023, que era de 3,5 por ciento. “Es un deterioro significativo de las proyecciones fiscales. Las presiones son evidentes sobre las finanzas públicas del país, lo que, sin embargo, no es algo nuevo. Vamos a seguir dependiendo del comportamiento de los ingresos en un contexto de moderado crecimiento económico, lo que implica que los riesgos sobre el recaudo tributario se mantendrán latentes”.

El viceministro de Hacienda, Diego Guevara, entre tanto, dijo que la revisión al alza del crecimiento económico es consistente con la estrategia de reactivación económica que plantean en el MFMP, en el que se habla de continuar con el acelerador en la inversión en infraestructura.

Diego Guevara, viceministro de Hacienda.

Además, puso sobre el tapete el hecho de que la inflación, como una variable clave para el crecimiento de la producción, ayudaría. Viene en descenso desde hace 13 meses y, aunque en mayo se estabilizó en 7,16 por ciento, igual al mes anterior, aún le apuntan a que cierre el año en 5,3 por ciento para entrar en el rango meta del Banco de la República en 2025, cuando llegaría al 3,2 por ciento, como lo señala el Marco Fiscal.

No obstante, el camino para que la inflación siga la tendencia descendente no está despejado del todo. El propio ministro Bonilla habló de algunos riesgos, como los que deja a su paso el ya agónico fenómeno de El Niño, más lo que pueda aportar al aumento de precios la presencia del evento climático contrario, La Niña, que apenas empieza. Eso, sin contar con el coletazo que puede dar a los precios en general la subida del diésel, medida que está próxima a implementarse, inicialmente para grandes consumidores de ese combustible.

El tema de los combustibles es crucial y fue puesto sobre el tapete durante la presentación del Marco Fiscal 2024. Bonilla reiteró que era una deuda que no estaba incluida como tal, pese a que el déficit proveniente del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), por la existencia de subsidios al ACPM y la gasolina, era de 37 billones de pesos, según recordó el ministro.

Luego de la revisión de las cuentas, el Ministerio de Hacienda estima una menor producción de petróleo y tiene preocupación por la escalada del dólar.

Con el incremento gradual aplicado al galón del combustible, hasta llevarlo a paridad con el precio internacional, el hueco en 2023 terminó en 20 billones de pesos, de los cuales 16 billones corresponden al diésel, que aún sigue subsidiado, con un precio de alrededor de 9.000 pesos, parecido al que tenía la gasolina antes de las alzas.

Con las proyecciones que ahora estiman para el precio del petróleo, que estaría en 83 dólares este año, más una tasa de cambio cercana a los 4.000 pesos, el déficit del FEPC sería de 10 billones de pesos, ayudado, además, por un remanente que quedó al momento de cerrar el hueco con la gasolina, lo que ocurrió en enero de este año.

Sin duda, la recomposición de las cuentas del Gobierno es muy positiva, pues permite afinar las medidas que llevarán a adelantar la tan anhelada reactivación económica, la única que puede dar la estabilidad fiscal necesaria y sostenible.

Asimismo, enviar un mensaje de tranquilidad a los mercados tiene sus impactos, como se vio durante la presentación del Marco Fiscal, cuando el precio del dólar que en Colombia ha estado en movimiento, cercano a los 4.200 pesos, logró bajar 30 pesos en el momento, lo que fue atribuido por los expertos a las señales que se enviaron con el sinceramiento de las cuentas.

Las maniobras para cuadrar caja, desde el Ministerio de Hacienda, se plantean con la salvedad de que lo único que no se podrá tocar son los recursos que financiarán reformas y programas sociales y económicos.

Sobre la deuda

Colombia se alista para llevar la deuda pública al 55,3 por ciento del PIB este año y aumentarla hasta el 56,5 por ciento del PIB en 2025, según las proyecciones descritas en el MFMP. Ambas cifras estarían en un margen tolerable, teniendo en cuenta que se ha puesto como ancla un endeudamiento de 55 por ciento, con un máximo de 71 por ciento, según lo previsto en la regla fiscal.

De hecho, ya el Ministerio de Hacienda avanza en la aprobación de un proyecto de ley en el Congreso para ampliar el cupo de la deuda, con el compromiso de que lo utilizará para ponerse al día con las obligaciones crediticias, principalmente con el Fondo Monetario Internacional.

Había muchos pagos pendientes que no estaban contabilizados en las cuentas fiscales o que tenían que hacerse muy rápido.

Por ejemplo, en 2024 el país pagará 9.000 millones de dólares, mientras veníamos de pagar cifras alrededor de 5.000 millones de dólares, recordó Munir Jalil, economista jefe de BTG Pactual, quien destaca que la actualización de la foto para 2024 tiene puntos muy positivos.

“El reconocimiento del Gobierno de unos ingresos tributarios que se le han caído y la muestra de que se va a apretar el cinturón permiten incorporar esas realidades al nuevo mapa fiscal del país. Los supuestos con los que hacen las nuevas cuentas no me parecen salidos de tono”.

Munir Jalil, economista jefe de BTG Pactual. | Foto: GUILLERMO TORRES

Sin tocar lo social

Las maniobras para cuadrar caja, desde el Ministerio de Hacienda, se plantean con la salvedad de que lo único que no se podrá tocar son los recursos que financiarán reformas y programas sociales y económicos “para alcanzar una mayor justicia social”, destacó el viceministro Guevara.

A través del Marco Fiscal de Mediano Plazo, el mensaje que se pretende enviar es de compromiso con la sostenibilidad de la deuda y de las finanzas públicas, además de un estricto cumplimiento de la regla fiscal, enfatizó el funcionario.

Así las cosas, Mac Master resaltó que el Ministerio de Hacienda haya hecho lo que catalogó como “una presentación transparente de la realidad fiscal del país. Nada produce más confianza que conocer realmente con certeza las cifras frente a las cuales estamos”.

Pero eso no quita que la situación siga siendo compleja, agregó el directivo del gremio de empresarios. Enfatizó en la restricción presupuestal, la cual, a su juicio, es grande. Por lo tanto, “será muy importante la reducción del gasto que el Gobierno nacional haga para cumplir la meta de déficit fiscal. Debería haber un esfuerzo un poco mayor para tratar de mantenerse dentro del margen definido para este año en términos de gasto y en términos de endeudamiento”.

Por su parte, Mejía, de Fedesarrollo, tras destacar el hecho de que se estén sincerando las cuentas fiscales, recalcó que el contenido del Marco Fiscal “deja evidencia de que el gasto programado inicialmente era insostenible, como lo habíamos anticipado”.

Para el director del que es uno de los centros de pensamiento económico más importantes del país, las medidas prevista son efectivas, pero se debe tener en el radar que, con los aprietos que hay por la amplia diferencia entre ingresos y gastos, “no existe mucho margen adicional para enfrentar nuevos choques”.